River prolongó su festejo ante Newell's y se instaló en la pelea

Se impuso por 1-0 en el Monumental con un gol de Carbonero. El equipo de Ramón Díaz aprovechó el envión anímico que le dio el triunfo sobre Boca e hilvanó su tercera victoria al hilo para quedar como escolta junto a Vélez, a un punto de Colón.


Buenos Aires, Clarín
River supo utilizar a la victoria ante Boca como impulso para ir por más. Y en el primer partido después del Superclásico se sacó de encima nada menos que a Newell's, uno de los mejores equipos del fútbol argentino que anoche no estuvo a la altura de las circunstancias en el Monumental. No porque haya traicionado su estilo ni sus convicciones, sino porque en ningún momento supo encontrar el fútbol que lo caracteriza. Y a River le alcanzó con un primer tiempo a tono con sus pretensiones de salir campeón y con una segunda etapa en la que le entregó la pelota a Newell's y se metió demasiado atrás, aunque sin sufrir complicaciones, para sumar otros tres puntos que lo mantienen a un escalón de la punta.


Ramón Díaz se puso el traje de los técnicos tacticistas. Atento a que Newell's suele progresar mucho por los costados a partir de la salida limpia de Marcos Cáceres y de Milton Casco, decidió taparle las bandas. Entonces decidió el ingreso de Daniel Villalva por Teo Gutiérrez para que el Keko obstaculizara el juego de Casco. Y, por el andarivel opuesto, Manuel Lanzini jugó bien abierto para tapar a Cáceres. Cuando Newell's tenía la pelota, entonces, el dibujo de River era un 4-5-1, con Villalva y Lanzini de alas, Ledesma en el medio y Carbonero y Rojas como interiores.

River demoró sólo siete minutos en destrabar el partido. Carbonero la cabeceó al gol después de una jugada que él mismo inicio y que luego pasó por Villalva, Lanzini y Cavenaghi, cuyo remate fue tapado por Nahuel Guzmán y conectado hacia la red por el colombiano.

River pudo haber resuelto el duelo en el primer tiempo, pero desaprovechó tres situaciones muy claras: dos en los pies de Cavenaghi y una en los de Lanzini. Le tendió una trampa táctica a un Newell's carente de sorpresa para buscar el arco rival. Y de a ratos manejó bien la pelota a partir de la claridad de un Ledesma que, además de concepto, otra vez volvió a aportar mucho despliegue físico.

Newell's apenas generó tres llegadas claras en los 90 minutos. Dos fueron en el primer tiempo: un disparo que se fue alto de Fabián Muñoz y un toque desviado de Ezequiel Ponce ante un centro de Cáceres. En la etapa final, la producción ofensiva del equipo rosarino resultó aún más escasa: apenas un remate del ingresado Trezeguet que fue tapado por Barovero.

Esta vez, el juego de posesión de Newell's se volvió intrascendente. Pero como River por momentos se refugió demasiado cerca de su arco, algunos centros causaron cierta zozobra. Y la gente de River soltó más de una vez murmullos de preocupación al ver que el equipo sólo atinaba a defenderse y después perdía la pelota demasiado rápido.

Así y todo, River también dispuso de las chances de gol más claras del segundo tiempo: un mano a mano desperdiciado por Cavenaghi, a quien se lo notó algo lento y además errático, y un remate que salió alto de Gutiérrez.

River salió a jugar tomando nota de las bondades rivales y Ramón Díaz acertó con el planteo: anuló a Newell's. Tiene cosas por mejorar, claro, pero con lo que hizo le bastó para ganarle con fundamentos a Newell's. El torneo avanza y River se hace camino al andar.

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