Puntos claros en la afición culé: amamos a Messi, odiamos a Fábregas
Barcelona, dpa
En tiempos convulsos para el Barcelona, el Camp Nou tiene claros sus sentimientos: ama a Lionel Messi y no quiere a Cesc Fábregas.
El Barcelona ganó 2-1 el domingo al Athletic de Bilbao en una noche que sirvió para comprobar que Messi es intocable. Al menos, para su hinchada, que obvió las últimas actuaciones del crack azulgrana para mostrar su rechazo absoluto a una hipotética venta del argentino.
“Si hubo un jugador que quedó especialmente señalado fue Cesc cuando salió al terreno de juego sustituyendo a Xavi”
“Los aficionados que anoche asistieron al Camp Nou demostraron, como no podía ser de otra manera, que están al lado de Leo Messi. Solo algunos necios le tratan ya como a un futbolista más”, explicó hoy “Sport”.
Para “Mundo Deportivo”, “Messi no se toca”. Y agregó: “Por si alguien tenía la más mínima duda, la afición dictó sentencia: cualquier nuevo proyecto que se ponga en marcha pasa por Leo, por su liderazgo”.
Messi marcó un gol y se le vio más implicado que en encuentros anteriores después de asistir a un aluvión de críticas por su actitud en citas que sirvieron para que el Barcelona se despidiera de Liga de Campeones y Copa del rey, además de quedar relagado en la pelea por la Liga.
El acto de amor del Camp Nou comenzó con la pronunciación por megafonía de su nombre, recibido con una clamorosa ovación, y continuó con el comienzo del encuentro. Dio lo mismo que perdiera balones, pues fue coreado igual.
Por muchos reproches que haya recibido esta temporada, el argentino sigue metiendo goles y los 26 que lleva en la Liga española lo sitúan a solo dos de Cristiano Ronaldo, el máximo artillero del torneo. Y eso en una discreta temporada, si se atiende a sus logros pasados.
El Camp Nou demostró el domingo que Messi es su gran ídolo, por más que continúe encendido el debate sobre qué le pasa -o qué le pasó- al argentino.
Así, el propio diario “Sport” continúa reclamando las explicaciones de un jugador que permanece mudo, tanto en la derrota como en la victoria. “Messi no debe estar exento de la crítica pero sin olvidar nunca todo lo que el argentino ha dado al Barça. Ahora, sería bueno conocer su propia versión de los hechos”, opinó el diario barcelonés.
Pero los últimos sucesos del equipo se cobraron una víctima clara y ésta llevó el nombre de Fábregas. El futbolista entró en el campo en la segunda parte y recibió un enorme abucheo de la grada, que lo señaló como culpable.
“Si hubo un jugador que quedó especialmente señalado fue Cesc cuando salió al terreno de juego sustituyendo a Xavi”, recordó “Marca”.
Son malos tiempos para un Fábregas que a sus 26 años vive sus días más duros desde que regresó al Barcelona, hace tres casi tres años, tras su exitosa aventura en el Arsenal. Por alguna razón, el centrocampista catalán no conecta con la grada a pesar de sus ocho goles y 12 asistencias acumulados en la Liga española.
En tiempos en los que se habla de una intensa renovación en el plantel azulgrana para la próxima temporada, Fábregas sabe que no cuenta con el aprecio de su hinchada. Todo lo contrario que Messi.
En tiempos convulsos para el Barcelona, el Camp Nou tiene claros sus sentimientos: ama a Lionel Messi y no quiere a Cesc Fábregas.
El Barcelona ganó 2-1 el domingo al Athletic de Bilbao en una noche que sirvió para comprobar que Messi es intocable. Al menos, para su hinchada, que obvió las últimas actuaciones del crack azulgrana para mostrar su rechazo absoluto a una hipotética venta del argentino.
“Si hubo un jugador que quedó especialmente señalado fue Cesc cuando salió al terreno de juego sustituyendo a Xavi”
“Los aficionados que anoche asistieron al Camp Nou demostraron, como no podía ser de otra manera, que están al lado de Leo Messi. Solo algunos necios le tratan ya como a un futbolista más”, explicó hoy “Sport”.
Para “Mundo Deportivo”, “Messi no se toca”. Y agregó: “Por si alguien tenía la más mínima duda, la afición dictó sentencia: cualquier nuevo proyecto que se ponga en marcha pasa por Leo, por su liderazgo”.
Messi marcó un gol y se le vio más implicado que en encuentros anteriores después de asistir a un aluvión de críticas por su actitud en citas que sirvieron para que el Barcelona se despidiera de Liga de Campeones y Copa del rey, además de quedar relagado en la pelea por la Liga.
El acto de amor del Camp Nou comenzó con la pronunciación por megafonía de su nombre, recibido con una clamorosa ovación, y continuó con el comienzo del encuentro. Dio lo mismo que perdiera balones, pues fue coreado igual.
Por muchos reproches que haya recibido esta temporada, el argentino sigue metiendo goles y los 26 que lleva en la Liga española lo sitúan a solo dos de Cristiano Ronaldo, el máximo artillero del torneo. Y eso en una discreta temporada, si se atiende a sus logros pasados.
El Camp Nou demostró el domingo que Messi es su gran ídolo, por más que continúe encendido el debate sobre qué le pasa -o qué le pasó- al argentino.
Así, el propio diario “Sport” continúa reclamando las explicaciones de un jugador que permanece mudo, tanto en la derrota como en la victoria. “Messi no debe estar exento de la crítica pero sin olvidar nunca todo lo que el argentino ha dado al Barça. Ahora, sería bueno conocer su propia versión de los hechos”, opinó el diario barcelonés.
Pero los últimos sucesos del equipo se cobraron una víctima clara y ésta llevó el nombre de Fábregas. El futbolista entró en el campo en la segunda parte y recibió un enorme abucheo de la grada, que lo señaló como culpable.
“Si hubo un jugador que quedó especialmente señalado fue Cesc cuando salió al terreno de juego sustituyendo a Xavi”, recordó “Marca”.
Son malos tiempos para un Fábregas que a sus 26 años vive sus días más duros desde que regresó al Barcelona, hace tres casi tres años, tras su exitosa aventura en el Arsenal. Por alguna razón, el centrocampista catalán no conecta con la grada a pesar de sus ocho goles y 12 asistencias acumulados en la Liga española.
En tiempos en los que se habla de una intensa renovación en el plantel azulgrana para la próxima temporada, Fábregas sabe que no cuenta con el aprecio de su hinchada. Todo lo contrario que Messi.