NBA: Scott y Mack destrozan a los Pacers y ponen 2-3 a los Hawks
Atlanta, As
Los Hawks están a un solo paso de apear de los playoffs a los campeones del Este, los Pacers, que firmaron el cuarto mejor récord de la liga regular (56-26), 18 victorias más que Atlanta, octavo. Esa diferencia no se ha visto casi nunca en lo que va de eliminatoria, esta noche de lunes mucho menos. Al equipo del estado de Georgia le bastaron 17 minutos brillantes, los que fueron desde el inicio del segundo cuarto hasta poco menos de la mitad del tercero, para vencer en Indiana por 97-107 y adelantarse por 2-3 en la serie, a un triunfo de la semifinales de su Conferencia. Dentro de la buena actuación colectiva (Millsap, Carroll y Korver rayaron a un gran nivel), destacó la aportación del banquillo de Atlanta, con la explosiva aportación de Mike Scott en ese rato de gloria visitante y la consistente actuación de Shelvin Mack: 37 puntos entre ambos. Así, un equipo que entró en la postemporada de rebote y casi sin querer, está a punto de dar la mayor sorpresa de estos increíbles playoffs. Podría ocurrir este jueves en su pista, y si no, aún le quedaría otra oportunidad el sábado en la cancha de su rival.
Después de un primer cuarto lleno de energía y buena defensa, los Pacers, que habían arrancado con un 7-12 en cinco minutos, no vieron venir la que se les venía encima. Atlanta había perdido seis balones en pocos minutos y sólo sin Hibbert en pista, tras cometer su segunda falta, fue capaz de nivelar fuerzas con un 0-7. Todo ese esfuerzo de Indiana sirvió para obtener un pírrico parcial de 21-20.
Y en esas apareció Mike Scott. Drafteado en 2012 por los Hawks con el número 43, la pasada temporada la pasó saltando de la NBA a la Liga de Desarrollo (Bakersfield Jam) y viceversa, pero en la actual ya fue importante con medias de 9,6 puntos y 3,6 rebotes en liga regular. Hasta este quinto partido de la serie ante Indiana había anotado 2 triples de 9 intentos. Pues bien, en el arranque del segundo cuarto clavó los cuatro primeros (0-12) y más tarde añadió una canasta de dos y otro triple: 17 puntos sin fallos con los que destrozó a unos Pacers atónitos y sin respuesta ante este aluvión de atrevimiento. Para colmo, también se animó Korver, fiel a su cita con la larga distancia, y los Hawks acabaron con una serie de 9/11 desde lejos en esos 12 minutos. Aconteció un parcial demoledor que fue creciendo, 4-20, 4-25, 6-28… y 19-41 para el 40-61 con el que se llegó al descanso.
Y la cosa, lejos de mejorar para los de Frank Vogel, empeoró. Con Hibbert intrascendente (0/2 en tiros de campo), George voluntarioso pero insuficiente y Hill y Stephenson haciendo la guerra por su cuenta, Atlanta se paseó durante unos minutos. Empezó añadiendo otros tres triples a su cuenta y asistió al desacierto de su rival, que veía el aro como un gua, mientras que para el equipo de Georgia era una hula hoop. La diferencia visitante alcanzó los 30 tantos (50-80, min 29). Un 10-2 la redujo a 20 al final del tercer cuarto. Mucha tela aún.
El partido siguió vinculado al perímetro. Dos triples locales de Copeland y uno visitante de Mack abrieron el último parcial. Indiana apretó en defensa y se puso después a tiro de 11 con un parcial de 33-14 (83-94, min 42), pero la reacción y el orgullo llegaron algo tarde. Los Hawks jugaron ‘small ball’, con pequeños, los últimos cinco minutos y resistieron gracias a un lanzamiento lejanísimo de Korver que sentenció antes de un baldío intercambio final de canastas. Indiana se ha quedado sin alma, algo pasa en ese vestuario y teniéndolo todo a su favor va a perder, si no media una transformación asombrosa, una oportunidad histórica de llegar lejos en los playoffs. Y Larry Bird, la paciencia.
Los Hawks están a un solo paso de apear de los playoffs a los campeones del Este, los Pacers, que firmaron el cuarto mejor récord de la liga regular (56-26), 18 victorias más que Atlanta, octavo. Esa diferencia no se ha visto casi nunca en lo que va de eliminatoria, esta noche de lunes mucho menos. Al equipo del estado de Georgia le bastaron 17 minutos brillantes, los que fueron desde el inicio del segundo cuarto hasta poco menos de la mitad del tercero, para vencer en Indiana por 97-107 y adelantarse por 2-3 en la serie, a un triunfo de la semifinales de su Conferencia. Dentro de la buena actuación colectiva (Millsap, Carroll y Korver rayaron a un gran nivel), destacó la aportación del banquillo de Atlanta, con la explosiva aportación de Mike Scott en ese rato de gloria visitante y la consistente actuación de Shelvin Mack: 37 puntos entre ambos. Así, un equipo que entró en la postemporada de rebote y casi sin querer, está a punto de dar la mayor sorpresa de estos increíbles playoffs. Podría ocurrir este jueves en su pista, y si no, aún le quedaría otra oportunidad el sábado en la cancha de su rival.
Después de un primer cuarto lleno de energía y buena defensa, los Pacers, que habían arrancado con un 7-12 en cinco minutos, no vieron venir la que se les venía encima. Atlanta había perdido seis balones en pocos minutos y sólo sin Hibbert en pista, tras cometer su segunda falta, fue capaz de nivelar fuerzas con un 0-7. Todo ese esfuerzo de Indiana sirvió para obtener un pírrico parcial de 21-20.
Y en esas apareció Mike Scott. Drafteado en 2012 por los Hawks con el número 43, la pasada temporada la pasó saltando de la NBA a la Liga de Desarrollo (Bakersfield Jam) y viceversa, pero en la actual ya fue importante con medias de 9,6 puntos y 3,6 rebotes en liga regular. Hasta este quinto partido de la serie ante Indiana había anotado 2 triples de 9 intentos. Pues bien, en el arranque del segundo cuarto clavó los cuatro primeros (0-12) y más tarde añadió una canasta de dos y otro triple: 17 puntos sin fallos con los que destrozó a unos Pacers atónitos y sin respuesta ante este aluvión de atrevimiento. Para colmo, también se animó Korver, fiel a su cita con la larga distancia, y los Hawks acabaron con una serie de 9/11 desde lejos en esos 12 minutos. Aconteció un parcial demoledor que fue creciendo, 4-20, 4-25, 6-28… y 19-41 para el 40-61 con el que se llegó al descanso.
Y la cosa, lejos de mejorar para los de Frank Vogel, empeoró. Con Hibbert intrascendente (0/2 en tiros de campo), George voluntarioso pero insuficiente y Hill y Stephenson haciendo la guerra por su cuenta, Atlanta se paseó durante unos minutos. Empezó añadiendo otros tres triples a su cuenta y asistió al desacierto de su rival, que veía el aro como un gua, mientras que para el equipo de Georgia era una hula hoop. La diferencia visitante alcanzó los 30 tantos (50-80, min 29). Un 10-2 la redujo a 20 al final del tercer cuarto. Mucha tela aún.
El partido siguió vinculado al perímetro. Dos triples locales de Copeland y uno visitante de Mack abrieron el último parcial. Indiana apretó en defensa y se puso después a tiro de 11 con un parcial de 33-14 (83-94, min 42), pero la reacción y el orgullo llegaron algo tarde. Los Hawks jugaron ‘small ball’, con pequeños, los últimos cinco minutos y resistieron gracias a un lanzamiento lejanísimo de Korver que sentenció antes de un baldío intercambio final de canastas. Indiana se ha quedado sin alma, algo pasa en ese vestuario y teniéndolo todo a su favor va a perder, si no media una transformación asombrosa, una oportunidad histórica de llegar lejos en los playoffs. Y Larry Bird, la paciencia.