Mou vuelve a 'casa'
Madrid, Marca
José Mourinho regresó esta temporada al Chelsea, su añorado hogar y club en el que siempre fue un mito. En Stamford Bridge le comenzaron a echar de menos el mismo día que cerró la puerta rumbo a Milán para ponerse al frente del Inter. Pancartas, cánticos y camisetas le recordaban en cada encuentro del conjunto blue en Londres.
Ni parecido es el recuerdo que ha dejado The Special One en Madrid, donde más de uno y de dos brindaron el día en que el Real Madrid y el técnico de Setúbal decidi
eron poner fin a su relación contractual, dando paso a la actual etapa de Carlo Ancelotti al frente del conjunto blanco.
Su presencia en el banquillo del Bernabéu dejó, en tres temporadas, tres trofeos. En su primera campaña conquistó la Copa del Rey, después se llevó la Liga y, ya en la última, levantó la Supercopa de España. La Décima, eso sí, se le resistió, algo que pesó como una losa en su currículo. Él llegó al Madrid para reverdecer aquellos laureles y no fue capaz.
Pero más allá de lo puramente deportivo, con Mourinho al frente del conjunto de Chamartín se produjeron innumerables conflictos tanto de puertas hacia dentro del vestuario como de puertas hacia fuera.
En cuanto a los internos, especial mención merece la suplencia a la que relegó a Iker Casillas, decisión a la que esta temporada también se ha apuntado el propio Ancelotti y que la grada del Santiago Bernabéu no ha terminado de entender nunca. Más de uno piensa que aquello le ha costado a los blancos la posibilidad de pelear por algún que otro título más y que su rendimiento con la selección también puede verse afectado.
De puertas hacia fuera Mourinho tampoco fue un tipo que dejara indiferente a nadie. Desde la prensa hasta sus propios colegas, con todos tuvo algún que otro encontronazo.
Dado que mañana mismo se verá las caras con el Atlético, cabe resaltar el roce que tuvo con Germán Burgos, segundo de Simeone -reconocido admirador de Mou-. El altercado tuvo lugar en el Bernabéu, mediado el pasado campeonato liguero. Durante un lance del choque, Mourinho protestó por el hecho de que hubiera varias personas levantadas en el área técnica rojiblanca. Lo hizo airadamente. La respuesta del Mono, contundente. Se acercó a su banquillo y le dijo: "Yo no soy Tito, yo te arranco la cabeza", recordando otro triste incidente del de Setúbal, esta vez con el por entonces segundo de Pep.
José Mourinho regresó esta temporada al Chelsea, su añorado hogar y club en el que siempre fue un mito. En Stamford Bridge le comenzaron a echar de menos el mismo día que cerró la puerta rumbo a Milán para ponerse al frente del Inter. Pancartas, cánticos y camisetas le recordaban en cada encuentro del conjunto blue en Londres.
Ni parecido es el recuerdo que ha dejado The Special One en Madrid, donde más de uno y de dos brindaron el día en que el Real Madrid y el técnico de Setúbal decidi
eron poner fin a su relación contractual, dando paso a la actual etapa de Carlo Ancelotti al frente del conjunto blanco.
Su presencia en el banquillo del Bernabéu dejó, en tres temporadas, tres trofeos. En su primera campaña conquistó la Copa del Rey, después se llevó la Liga y, ya en la última, levantó la Supercopa de España. La Décima, eso sí, se le resistió, algo que pesó como una losa en su currículo. Él llegó al Madrid para reverdecer aquellos laureles y no fue capaz.
Pero más allá de lo puramente deportivo, con Mourinho al frente del conjunto de Chamartín se produjeron innumerables conflictos tanto de puertas hacia dentro del vestuario como de puertas hacia fuera.
En cuanto a los internos, especial mención merece la suplencia a la que relegó a Iker Casillas, decisión a la que esta temporada también se ha apuntado el propio Ancelotti y que la grada del Santiago Bernabéu no ha terminado de entender nunca. Más de uno piensa que aquello le ha costado a los blancos la posibilidad de pelear por algún que otro título más y que su rendimiento con la selección también puede verse afectado.
De puertas hacia fuera Mourinho tampoco fue un tipo que dejara indiferente a nadie. Desde la prensa hasta sus propios colegas, con todos tuvo algún que otro encontronazo.
Dado que mañana mismo se verá las caras con el Atlético, cabe resaltar el roce que tuvo con Germán Burgos, segundo de Simeone -reconocido admirador de Mou-. El altercado tuvo lugar en el Bernabéu, mediado el pasado campeonato liguero. Durante un lance del choque, Mourinho protestó por el hecho de que hubiera varias personas levantadas en el área técnica rojiblanca. Lo hizo airadamente. La respuesta del Mono, contundente. Se acercó a su banquillo y le dijo: "Yo no soy Tito, yo te arranco la cabeza", recordando otro triste incidente del de Setúbal, esta vez con el por entonces segundo de Pep.