LIGA DE CAMPEONES: El mejor marco para un desempate

Barcelona y Atlético buscan romper las tres igualadas de este curso en un duelo marcado por la duda de Diego Costa, con problemas físicos, y el gran momento realizador de Messi

Ramon Besa
Barcelona, El País
Máximos rivales actualmente en la Liga, liderada por el Atlético, y finalistas de la pasada Supercopa, ganada por el Barcelona, azulgrana y atléticos desempatarán a partir de hoy (20.45, La 1 y TV3) en la Champions. Los tres partidos en que se han enfrentado hasta ahora han acabado en empate, solo se han marcado dos goles y el número total de remates de cada equipo no llegó a 10. Han sido encuentros muy trabados —la media de faltas por choque asciende a 32— más sufridos que divertidos —1-1, 0-0 y 0-0—, presididos por detalles como la parada de Valdés al remate de Arda en el Camp Nou o el cabezazo de Neymar que sorprendió a Courtois en el Calderón.


A partir del juego colectivo, el Atlético ha sabido negar al Barcelona, de la misma manera que los barcelonistas siempre compitieron bien contra los muchachos de Simeone. El Cholo, que ha convertido su maestrazgo en una religión denominada cholismo, nunca le ganó al Barça en los seis partidos jugados desde su llegada a finales de diciembre de 2011. Hoy, sin embargo, se presenta como el peor de los adversarios posibles para el plantel de Martino. Nadie quería al Atlético como rival en los cuartos. Le tocó al Barça, y lo asume sin más, porque acaba de eliminar al Manchester City.

A los azulgrana les motivan los retos exigentes, o al menos sus mejores resultados se han dado en las confrontaciones más duras, las últimas en el clásico y el derbi. A su favor cuenta con la mejor versión de Messi, prácticamente inédito en las citas anteriores del curso con el Atlético y verdugo preferido de los rojiblancos en la Liga. Un año después de la lesión de París, el 10 ha encontrado su mejor punto de forma; suma 17 goles en 12 últimos partidos y ha reactivado las opciones del Barcelona. La importancia del argentino en el bando azulgrana es tan capital como la de Diego Costa en el Atlético (25 tantos en la Liga, siete en la Champions).

Derrengado por su estelar actuación en San Mamés, el ariete rojiblanco no completó el ensayo de ayer en el Camp Nou. Tiene un golpe traumático en la cara interna de la rodilla izquierda y su titularidad no es nada segura si se atiende a las explicaciones de Simeone: “En principio, saliendo del entrenamiento lo veo difícil para mañana [hoy]”. Nadie se imagina el partido de hoy sin Diego Costa. Al delantero, que curiosamente no se ha estrenado como goleador en sus duelos con el Barça, no le han tumbado ni las lesiones ni los defensas, y se le supone a punto para un torneo tan goloso como la Copa de Europa. Al técnico le viene bien que se especule con la lesión del nuevo internacional español, protagonista definitivo de la previa, foco de la atención mediática en Barcelona.

Martino: “Lo último que necesitamos es desesperarnos. Necesitamos orden”

El duelo Messi-Diego Costa se presenta tan interesante como la pugna Martino-Simeone. Ambos técnicos se piropean desde los banquillos, argentinos los dos, puñeteros y diplomáticos en sus apreciaciones, especialmente jugones con las pizarras.

La ausencia por sanción de Raúl García permite muchas especulaciones alrededor de la formación del Atlético. Simeone puede reforzar la medular con Diego Ribas o Sosa o por el contrario apostar por Villa, un exazulgrana que cuenta seis goles en sus nueve visitas al Camp Nou. También dispone de alternativas Martino. Aunque la fórmula de los cuatro volantes (Xavi, Busquets, Cesc e Iniesta) nunca se dio contra el Atlético y siempre le ha funcionado en los partidos de máximo riesgo, no hay que descartar la entrada de Alexis o Pedro y formar con tres delanteros como ya pasó en Cornellà-El Prat.

La titularidad de Neymar, especialmente valiente contra el Espanyol, se da por descontada si se atiende a las declaraciones del entrenador y de compañeros como Dani Alves, ayer reivindicativo: “Si ganamos es por los árbitros y si perdemos se anuncia el fin de ciclo. Le hemos dado la vuelta a una situación que hace 15 días se definía como un desmadre”.

A falta de regularidad en el fútbol, se imponen las jugadas de sus estrellas en el Barça, especialmente de Iniesta y Messi, dos figuras que seguramente obligarán al Atlético a cerrarse bien por dentro a cambio de ceder los costados. “La valentía está garantizada, aunque deberemos ir con cuidado con las pérdidas de balón y las contras”, argumentó Martino. “Y, por otra parte, hay que ser tan intensos como los muchachos de Simeone”. “No veo un partido abierto”, añadió el entrenador rosarino. “No hay que desequilibrarse ni poner en riesgo la eliminatoria en un partido. Lo último que necesitamos es desesperarnos. Necesitamos orden. No hay que encajar goles”.

La réplica de Simeone fue igualmente cortés con Martino: “Vamos a tener enfrente al mejor Barcelona. Va a ser un partido más complicado que los anteriores”. “El Barça juega a partir de la pelota y nosotros de los espacios”. Y, para contextualizar la eliminatoria, reflexionó: “Si decimos que somos favoritos quedamos de soberbios; si no, vamos de víctimas. Estoy seguro de que vamos a competir”. A juego con su técnico, el central Miranda concretó: “El Barça aspira al título; nosotros somos un francotirador”.

Le estrategia y el contragolpe son dos de las especialidades del Atlético, un equipo muy físico, puro fuego, y un adversario difícil de contrarrestar para el Barcelona precisamente porque se vence especialmente en los saques de esquina y le cuesta replegarse. Los azulgrana, sin embargo, se corrigieron contra el Espanyol, un equipo al que Martino comparó con el Atlético, igualmente vencedor del Athletic. Valdés, intervenido ayer, decisivo en los duelos con los rojiblancos ya no jugó en Cornellà-El Prat. La zaga arropó bien a Pinto, sometido hoy, a sus 38 años, al reto de la Champions.

Los detalles pueden ser decisivos en un duelo tan intenso como el que se presiente en el Camp Nou. Antes muy abiertos, últimamente muy cerrados, tanto en la Liga como en los torneos coperos, no sabe muy bien qué puede ocurrir en el inédito contencioso de la Champions, un torneo con un encanto único. Quiere hacer historia el Atlético y no quiere dejar de hacerla el Barcelona.

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