Irán y las grandes potencias intentan avanzar hacia un acuerdo nuclear
Viena, EFE
Las seis grandes potencias mundiales e Irán comienzan mañana en Viena una nueva ronda de las negociaciones que buscan cerrar el próximo julio un acuerdo definitivo que permita asegurar, tras más de una década de conflicto, que Teherán no busque desarrollar un arma nuclear.
Esta cita, la tercera en tres meses, tendría que servir para seguir acercando posturas y permitir que el próximo mes de mayo los negociadores empiecen a redactar los detalles del futuro acuerdo final, que debería ser rubricado de aquí al 20 de julio.
Ese es el objetivo del acuerdo firmado el pasado noviembre, y que empezó aplicarse el 20 de enero, entre Irán y el llamado Grupo 5+1, formado por las cinco potencias con derecho a veto del Consejo de Seguridad (China, Estados Unidos, Francia, Rusia y Reino Unido) y Alemania.
Según ese documento, que fijó la suspensión de ciertos aspectos del programa nuclear iraní a cambio de un levantamiento de sanciones internacionales, las partes tienen medio año, prorrogable, para negociar un acuerdo final.
“Estamos cumpliendo el plan de trabajo. Esperamos poder empezar a redactar (el acuerdo) en mayo”, señaló un alto funcionario estadounidense en una teleconferencia con la prensa internacional.
Los negociadores llegan a Viena “con una visión clara de los desafíos que les esperan y decididos a poder mantener los progresos en estos asuntos muy difíciles”, agregó esa fuente.
Israel denuncia que Irán sólo pretende ganar tiempo y sigue sin descartar un ataque militar contra las instalaciones nucleares de este país.
De hecho, en la última ronda celebrada en Viena el 18 y 19 de marzo pasados, las partes tocaron por primera vez asuntos concretos, tras haber aclarado los procedimientos técnicos de la negociación.
Así las cosas, los negociadores conocen ahora mejor que nunca las posiciones del otro, aseguraron fuentes del proceso.
La responsable de Política Exterior de la Unión Europea (UE), Catherine Ashton, coordinadora del G5+1, y el ministro de Exteriores de Irán, Mohamad Yavad Zarif, dirigirán de nuevo los contactos, que se espera terminen el miércoles.
Aunque la cumbre no empezará hasta mañana, está previsto que Ashton y Zarif mantengan esta noche un encuentro informal, informó la agencia iraní IRNA.
Los asuntos más delicados de la negociación siguen siendo el programa de enriquecimiento de uranio y el reactor de agua pesada de Arak, una instalación que produce plutonio.
El uranio enriquecido y el plutonio son dos combustibles nucleares de uso civil, pero también esenciales para la construcción de armas atómicas.
La reunión se celebra en un momento de malestar en Irán con la UE, tras la aprobación la pasada semana por el Parlamento Europeo de una resolución que critica la falta de respeto a los derechos fundamentales y democráticos en la República Islámica.
Varios diputados iraníes han llegado a proponer el abandono de las negociaciones nucleares en represalia.
Irán asegura que su programa atómico solo tiene intenciones pacíficas, como la generación de energía eléctrica y la lucha contra el cáncer.
Por eso, la República Islámica quiere producir su propio combustible nuclear, con uranio enriquecido, y sus propios isótopos contra el cáncer, con la planta de agua pesada.
Estados Unidos y sus aliados occidentales no se fían de esas intenciones y exigen un acuerdo vinculante que limite, sin prohibirlo, el programa atómico iraní e imposibilite que Teherán se haga con un arsenal militar atómico.
Mientras que el G5+1 negocia, Israel denuncia que Irán sólo pretende ganar tiempo y sigue sin descartar un ataque militar contra las instalaciones nucleares de este país, argumentando que se siente amenazado por Teherán.
Las seis grandes potencias mundiales e Irán comienzan mañana en Viena una nueva ronda de las negociaciones que buscan cerrar el próximo julio un acuerdo definitivo que permita asegurar, tras más de una década de conflicto, que Teherán no busque desarrollar un arma nuclear.
Esta cita, la tercera en tres meses, tendría que servir para seguir acercando posturas y permitir que el próximo mes de mayo los negociadores empiecen a redactar los detalles del futuro acuerdo final, que debería ser rubricado de aquí al 20 de julio.
Ese es el objetivo del acuerdo firmado el pasado noviembre, y que empezó aplicarse el 20 de enero, entre Irán y el llamado Grupo 5+1, formado por las cinco potencias con derecho a veto del Consejo de Seguridad (China, Estados Unidos, Francia, Rusia y Reino Unido) y Alemania.
Según ese documento, que fijó la suspensión de ciertos aspectos del programa nuclear iraní a cambio de un levantamiento de sanciones internacionales, las partes tienen medio año, prorrogable, para negociar un acuerdo final.
“Estamos cumpliendo el plan de trabajo. Esperamos poder empezar a redactar (el acuerdo) en mayo”, señaló un alto funcionario estadounidense en una teleconferencia con la prensa internacional.
Los negociadores llegan a Viena “con una visión clara de los desafíos que les esperan y decididos a poder mantener los progresos en estos asuntos muy difíciles”, agregó esa fuente.
Israel denuncia que Irán sólo pretende ganar tiempo y sigue sin descartar un ataque militar contra las instalaciones nucleares de este país.
De hecho, en la última ronda celebrada en Viena el 18 y 19 de marzo pasados, las partes tocaron por primera vez asuntos concretos, tras haber aclarado los procedimientos técnicos de la negociación.
Así las cosas, los negociadores conocen ahora mejor que nunca las posiciones del otro, aseguraron fuentes del proceso.
La responsable de Política Exterior de la Unión Europea (UE), Catherine Ashton, coordinadora del G5+1, y el ministro de Exteriores de Irán, Mohamad Yavad Zarif, dirigirán de nuevo los contactos, que se espera terminen el miércoles.
Aunque la cumbre no empezará hasta mañana, está previsto que Ashton y Zarif mantengan esta noche un encuentro informal, informó la agencia iraní IRNA.
Los asuntos más delicados de la negociación siguen siendo el programa de enriquecimiento de uranio y el reactor de agua pesada de Arak, una instalación que produce plutonio.
El uranio enriquecido y el plutonio son dos combustibles nucleares de uso civil, pero también esenciales para la construcción de armas atómicas.
La reunión se celebra en un momento de malestar en Irán con la UE, tras la aprobación la pasada semana por el Parlamento Europeo de una resolución que critica la falta de respeto a los derechos fundamentales y democráticos en la República Islámica.
Varios diputados iraníes han llegado a proponer el abandono de las negociaciones nucleares en represalia.
Irán asegura que su programa atómico solo tiene intenciones pacíficas, como la generación de energía eléctrica y la lucha contra el cáncer.
Por eso, la República Islámica quiere producir su propio combustible nuclear, con uranio enriquecido, y sus propios isótopos contra el cáncer, con la planta de agua pesada.
Estados Unidos y sus aliados occidentales no se fían de esas intenciones y exigen un acuerdo vinculante que limite, sin prohibirlo, el programa atómico iraní e imposibilite que Teherán se haga con un arsenal militar atómico.
Mientras que el G5+1 negocia, Israel denuncia que Irán sólo pretende ganar tiempo y sigue sin descartar un ataque militar contra las instalaciones nucleares de este país, argumentando que se siente amenazado por Teherán.