Incendio de Valparaíso deja al menos 16 muertos y miles de damnificados en Chile
Al menos 16 personas murieron y otras 10.000 tuvieron que ser evacuadas en el puerto de Valparaíso, uno de los más importantes de Chile, donde el sábado se desató un voraz incendio que arrasó unas 500 viviendas y que aún mantenía algunos focos este domingo.
La presidenta Michelle Bachelet llegó la mañana del domingo a Valparaíso (120 km al oeste de Santiago) para coordinar la emergencia.
"Es una tremenda tragedia, tal vez el peor incendio de la historia de Valparaíso,", dijo Bachelet.
El incendio ha causado la muerte de por lo menos 16 personas, indicó el general Julio Pineda, jefe de Carabineros de la región de Valparaíso. Hay además tres heridos graves y 500 leves, de acuerdo con la Oficina Nacional de Emergencias (Onemi), así como unas 500 viviendas destruidas.
En Valparaíso, ciudad de unos 270.000 habitantes, se han habilitado cinco albergues, aunque muchos de los daminificados han ido a casas de familiares, según las autoridades.
Con la luz del día, los vecinos volvieron a sus casas para evaluar los daños, y en la mayoría de los casos, solo encontraron escombros.
Mónica Vergara perdió todo salvo a sus cuatro hijos. Su casa estaba en el cerro La Cruz uno de los más afectados por el incendio
"Sentí una explosión desde bajo la tierra, la explosión levantó entera la casa, y un bombero nos evacuó. Lo perdí todo pero los hijos están vivos y es lo que importa", dijo abrumada a la AFP.
En los cerros era intenso el humo y el olor a madera quemada. El fuego afectó a barrios muy pobres, instalados de forma precaria y a veces sin permiso en los cerros, donde las casas son en su mayoría de madera y de lata.
"Tenía un infierno alrededor de mi familia", dijo a la AFP Miguel Ramírez, poblador del cerro Mariposas. "El fuego bajó desde los cerros y quemo todas las casas de alrededor", agregó.
El incendio comenzó en horas de la tarde del sábado en el camino La Pólvora, una zona forestal, precisó la Onemi, para luego extenderse rápidamente debido a la alta temperatura y fuertes vientos que se registran en la zona.
Los bomberos, con rostros cansados y enrojecidos, seguían trabajando en los cerros Mariposas y la Cruz, los más afectados por el siniestro, donde ya no había fuego pero si mucho humo.
Las familias que no fueron evacuadas se mantenían en las puertas de sus casas, asustadas de que el fuego se reavive a causa de las altas temperaturas previstas para este domingo -con máximas de 28 grados- y los vientos de 40 km.
El incendio se combate con el apoyo de 17 aeronaves y unos 3.500 efectivos de los bomberos y la policía.
Las autoridades decretaron una prohibición de venta de alcohol y evacuaron a unas 200 mujeres de la cárcel femenina que se ubica en Valparaíso.
- Zona de Catástrofe -
En la madrugada, Bachelet decretó zona de catástrofe y desplegó a las Fuerzas Armadas para resguardar la seguridad y ayudar a los damnificados.
Casi en seguida comenzó una campaña para recolectar ayuda para los damnificados, como colchonetas, frazadas, agua potable y leche.
Los incendios son un viejo enemigo de Valparaíso, donde miles de familias viven encaramadas en los cerros, en terrenos no aptos para la construcción.
El puerto, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, es visitado cada años por miles de turistas maravillados por sus 44 cerros, desde donde cuelgan casas de colores, a las que se accede por interminables escaleras, añosos ascensores y estrechos pasajes, una geografía que complica las labores de emergencia.
En dos semanas, la ciudad ha vivido dos evacuaciones masivas: primero por una alerta de tsunami desatada por un terremoto de 8,2 grados de magnitud en el norte del país que obligó a evacuar las costas, y esta madrugada por el incendio que se propagó con rapidez entre los cerros.
En ambos casos, Bachelet decretó rápidamente el estado de catástrofe, y dejó a las Fuerzas Armadas desplegadas por las calles a cargo de la seguridad y la ayuda de los damnificados.
El voraz incendio suma un nuevo desafío para Bachelet, quien a un mes de asumir la presidencia con un ambicioso programa de reformas estructurales deberá reordenar nuevamente sus prioridades tanto en el norte del país con los damnificados por el terremoto, como en Valparaíso.