El Bayern se tragó dos contras y aplastó luego al flojo Werder
A tres días de abrirle al Madrid las puertas del infierno y del incendio forestal que profetiza Michael Rummenigge, el Bayern se deshizo del Werder Bremen con la contundencia que se le supone pero con ciertas lagunas defensivas que ya asomaron en Madrid. Guardiola se ahorró de salida a Kroos, Lahm, Robben y Mandzukic, pero en su once sólo hubo dos declarados suplentes: el lateral Wieser y el delantero Pizarro. Javi Martínez, Müller y Götze, que en Madrid salieron cuando pintaban bastos, estuvieron en el once.
El Bayern se salió en la primera curva del partido. Sin ser los atletas que admiró Guardiola en el Bernabéu, los jugadores del Werder Bremen hilvanaron en el minuto 9 una buena contra, con pase medido de Makiadi y remate sencillo del lateral derecho Gebre Selassie ante Neuer, para volver a sacar la superficie las dificultades que tiene el Bayern en el retorno. Sin discutir la posesión a los de Guardiola, el Werder se protegió sin demasiados agobios atrás y buscó un segundo tanto, en osado intento de vaselina de Januzovic. No llegó y Pizarro le ofreció a Ribéry la oportunidad de redimirse al mandarle un preciso balón en profundidad que el deprimido francés colocó entre las piernas de Wolf con habilidad y sencillez. Fue un fogonazo entre el aburrido dominio de los bávaros.
Sólo el veteranísimo Pizarro, metido a meritorio, puso cierto entusiasmo, virtud del Bayern que se marchó con la conquista de la Bundesliga. El peruano tuvo el 2-1 en su bota derecha, pero el remate cruzado y picado que dejó inmóvil a Wolf lo cazó sobre la línea el lateral Fritz. Casi de inmediato, el Bayern se tragó otra contra del Werder. Wieser no fue puntual en la vuelta y Aaron Hunt controló en la banda izquierda, recortó y batió con facilidad a Neuer. Zarpazo a zarpazo los de Dutt, que no está demasiado lejos de la zona de descenso, intentaron abrirse paso en el encuentro mientras duró la siesta bávaro.
Tras el descanso, con Lahm en el campo, el Bayern fue otra cosa. Recuperó cierto ímpetu y alcanzó el empate, en preciso envío de Müller y remate a puerta vacía de Pizarro. Y sin pestañear, culminó la remontada, otra vez con tanto de Pizarro, tras combinación precisa de Ribéry y Alaba. A partir de ahí el Werder Bremen se hizo pedazos y encajó el cuarto tanto, obra de Schweinsteiger tras pase colocado de Lahm. Después Pizarro erró un cabezazo a puerta vacía y Robben firmó la manita nada más entrar por Dante en suerte que maneja a la perfección: recorrió el borde del área hasta que pudo meter su izquierda y colocar la pelota junto al palo. El Madrid ya sabe que la artillería germana está intacta pero también que la retaguardia se encuentra bajo sospecha.