Dos papas vivos honran a 2 muertos: la ceremonia
Ciudad del Vaticano, AP
En un encuentro histórico de papados presentes y pasados, el papa Francisco y el emérito Benedicto XVI honraron a los pontífices Juan XXIII y Juan Pablo II. Aunque la ocasión es trascendental la ceremonia es breve y sorprendentemente directa, aunque tendrá el beneficio de que se presentarán las reliquias de los dos nuevos santos para su veneración por vez primera. Presentamos cinco aspectos a seguir, aunque es necesario acotar que la ceremonia se llevó a cabo en latín, la lengua oficial de la iglesia católica.
1. LA CEREMONIA
La parte preliminar de la ceremonia comenzó con oraciones, himnos y culminó con el canto de la hipnótica letanía de los Santos, la enunciación de la lista de santos, tras la pronunciación de cada nombre se usa la frase "Ora pro nobis" que significa "reza por nosotros.
El jefe de la oficina de la causa de los santos, cardenal Angelo Amato, pidió al papa en tres ocasiones que incluyera a Juan XXIII y Juan Pablo II entre los santos. En el rito de beatificación la petición se hace sólo una vez. Las tres peticiones repetidas de canonización "representan la importancia de esta celebración", subrayó el vocero del Vaticano Federico Lombardi.
2. EL PRONUNCIAMIENTO
Luego el papa Francisco dijo: "Por la honra de la santa Trinidad, al exaltación de la fe católica y el incremento de la vida cristiana, por la autoridad de nuestro señor Jesucristo y de los santos apóstoles Pedro y Pablo y la nuestra, tras la debida deliberación, y la oración para recibir la ayuda divina, y habiendo buscado consejo en muchos de nuestros hermanos obispos, declaramos bendecidos y definimos como santos a Juan XXIII y Juan Pablo II y los incluimos entre los santos, decretando que deberán ser venerados como tales por toda la Iglesia. En el nombre del padre, del hijo y del espíritu santo".
3. LAS RELIQUIAS
Las reliquias de los dos nuevos santos fueron llevadas hacia el altar. En el caso de Juan Pablo II se usó la misma reliquia empleada para su beatificación, su sangre, que fue llevada al altar por Floribeth Mora, una mujer de Costa Rica que en 2011 se recuperó de un aneurisma cerebral inoperable, hecho que fue atribuido a la intercesión de Juan Pablo II y que se consideró el milagro necesario para declararlo santo.
En el caso de Juan XXIII será un pequeño trozo de piel que fue removido de su cuerpo, exhumado en 2001 para su beatificación. Las reliquias —los restos físicos de un santo o los objetos que tocó en vida— se usan para que los fieles puedan venerar.
Amato entonces agradeció a Francisco y le pidió que elaborara un documento oficial para dejar testimonio de la canonización. Francisco responderá: "Entonces lo decretamos". Y el rito finalizó con el canto del "Gloria".
Luego se celebró la misa como de costumbre.
4. LOS NÚMEROS
El Vaticano dijo el sábado que Francisco celebrará la misma y Benedicto será el concelebrante, junto con otros 150 cardenales y 700 obispos. Es la primera vez que Benedicto se une a Francisco para celebrar una misa en público desde su renuncia en 2013. Benedicto acudió a la ceremonia en la Basílica de San Pedro en la que Francisco ordenó a 19 nuevos cardenales, pero como espectador.
Alrededor de 600 sacerdotes darán la comunión en la plaza de San Pedro y 210 diáconos también practicarán este rito para las multitudes que estarán formadas en la Via della Conciliazione, la principal avenida que conduce a la plaza.
Noventaitrés delegaciones oficiales acudirán a la ceremonia, se calcula que entre ellas haya 24 jefes de Estado. Se espera la visita de los reyes de Bélgica y España, así como integrantes de las familias reales de Andorra, Gran Bretaña y Luxemburgo. De Polonia llegará una de las delegaciones más nutridas, en la que participarán el actual presidente y dos exmandatarios, entre ellos Lech Walesa, fundador del movimiento Solidaridad, que fue apoyado por Juan Pablo en su oposición al comunismo que, a la postre, derrocó.
Veinte líderes judíos de Estados Unidos, Israel, Argentina, Polonia y Roma estarán presentes.
En un encuentro histórico de papados presentes y pasados, el papa Francisco y el emérito Benedicto XVI honraron a los pontífices Juan XXIII y Juan Pablo II. Aunque la ocasión es trascendental la ceremonia es breve y sorprendentemente directa, aunque tendrá el beneficio de que se presentarán las reliquias de los dos nuevos santos para su veneración por vez primera. Presentamos cinco aspectos a seguir, aunque es necesario acotar que la ceremonia se llevó a cabo en latín, la lengua oficial de la iglesia católica.
1. LA CEREMONIA
La parte preliminar de la ceremonia comenzó con oraciones, himnos y culminó con el canto de la hipnótica letanía de los Santos, la enunciación de la lista de santos, tras la pronunciación de cada nombre se usa la frase "Ora pro nobis" que significa "reza por nosotros.
El jefe de la oficina de la causa de los santos, cardenal Angelo Amato, pidió al papa en tres ocasiones que incluyera a Juan XXIII y Juan Pablo II entre los santos. En el rito de beatificación la petición se hace sólo una vez. Las tres peticiones repetidas de canonización "representan la importancia de esta celebración", subrayó el vocero del Vaticano Federico Lombardi.
2. EL PRONUNCIAMIENTO
Luego el papa Francisco dijo: "Por la honra de la santa Trinidad, al exaltación de la fe católica y el incremento de la vida cristiana, por la autoridad de nuestro señor Jesucristo y de los santos apóstoles Pedro y Pablo y la nuestra, tras la debida deliberación, y la oración para recibir la ayuda divina, y habiendo buscado consejo en muchos de nuestros hermanos obispos, declaramos bendecidos y definimos como santos a Juan XXIII y Juan Pablo II y los incluimos entre los santos, decretando que deberán ser venerados como tales por toda la Iglesia. En el nombre del padre, del hijo y del espíritu santo".
3. LAS RELIQUIAS
Las reliquias de los dos nuevos santos fueron llevadas hacia el altar. En el caso de Juan Pablo II se usó la misma reliquia empleada para su beatificación, su sangre, que fue llevada al altar por Floribeth Mora, una mujer de Costa Rica que en 2011 se recuperó de un aneurisma cerebral inoperable, hecho que fue atribuido a la intercesión de Juan Pablo II y que se consideró el milagro necesario para declararlo santo.
En el caso de Juan XXIII será un pequeño trozo de piel que fue removido de su cuerpo, exhumado en 2001 para su beatificación. Las reliquias —los restos físicos de un santo o los objetos que tocó en vida— se usan para que los fieles puedan venerar.
Amato entonces agradeció a Francisco y le pidió que elaborara un documento oficial para dejar testimonio de la canonización. Francisco responderá: "Entonces lo decretamos". Y el rito finalizó con el canto del "Gloria".
Luego se celebró la misa como de costumbre.
4. LOS NÚMEROS
El Vaticano dijo el sábado que Francisco celebrará la misma y Benedicto será el concelebrante, junto con otros 150 cardenales y 700 obispos. Es la primera vez que Benedicto se une a Francisco para celebrar una misa en público desde su renuncia en 2013. Benedicto acudió a la ceremonia en la Basílica de San Pedro en la que Francisco ordenó a 19 nuevos cardenales, pero como espectador.
Alrededor de 600 sacerdotes darán la comunión en la plaza de San Pedro y 210 diáconos también practicarán este rito para las multitudes que estarán formadas en la Via della Conciliazione, la principal avenida que conduce a la plaza.
Noventaitrés delegaciones oficiales acudirán a la ceremonia, se calcula que entre ellas haya 24 jefes de Estado. Se espera la visita de los reyes de Bélgica y España, así como integrantes de las familias reales de Andorra, Gran Bretaña y Luxemburgo. De Polonia llegará una de las delegaciones más nutridas, en la que participarán el actual presidente y dos exmandatarios, entre ellos Lech Walesa, fundador del movimiento Solidaridad, que fue apoyado por Juan Pablo en su oposición al comunismo que, a la postre, derrocó.
Veinte líderes judíos de Estados Unidos, Israel, Argentina, Polonia y Roma estarán presentes.