Conozca las ocho claves que le permitieron al Real Madrid pasar a la final de la Champions
Múnich, EFE
El Real Madrid accedió doce años después a una final de Liga de Campeones, con una goleada histórica en su primer triunfo en Múnich (0-4), en un duelo convertido en una reivindicación de un estilo con claves como la mano de Ancelotti, la venganza de Ramos y la pegada de Cristiano.
Las claves del pase a la final son:
1. La mano de Ancelotti: Tenía la fórmula en Múnich, terreno maldito del Real Madrid donde nunca había ganado, y bendito para Ancelotti, donde nunca perdió. El italiano es el gran vencedor del pase a la final. Su imagen sale reforzada. Alejado del ruido que acompañó a José Mourinho en sus tres años y más cerca de la imagen calmada y la mano izquierda de Vicente del Bosque. La forma en la que manejó los conflictos de la temporada le reforzó ante sus jugadores. Sus triunfos en la final de Copa del Rey y Liga de Campeones dejan en el olvido la leyenda de que no vencía a ningún rival directo. Se ha ganado su continuidad pase lo que pase hasta la final de campaña, superados los méritos de ‘Mou’ en su primera campaña, que fue aplaudida por todos los miembros del club.
2. La venganza de Ramos: El fútbol ofrece, casi siempre, la opción de venganza y todo el madridismo tenía ganas al Bayern pero especialmente un jugador, Sergio Ramos. Sufrió el peor momento de su carrera cuando lanzó a las nubes el último penalti de la tanda madridista de semifinales de hace dos años. Aguantó chistes de todos los colores y hasta la mofa de su rival, el portero Neuer, al que ayer marcó dos goles con dos testarazos de raza que eran su forma de hablar sobre el campo. El andaluz fue un guerrero de la defensa, como sus compañeros, midiendo más que nadie el peligro de una cartulina amarilla que le habría alejado de la final con la que sueña. Es su gran objetivo desde que llegó al Real Madrid y está a un paso de conseguir un nuevo reto de su carrera.
3. El sacrificio del equipo: El Real Madrid no fue un grupo de individualidades, en el Allianz Arena las explotó partiendo del concepto equipo. Se mostró en la implicación defensiva de todos los jugadores, incluidos jugadores que en otros partidos rebajan el nivel de esfuerzos cuando no tienen el balón. Benzema y Cristiano Ronaldo colaboraron para que la presión fuese alta al Bayern Múnich. Gareth Bale hizo un esfuerzo titánico para ayudar a Carvajal a secar a Ribery y doblegarse en ataque en contragolpes que siempre hicieron daño a su rival.
4. El récord goleador de Cristiano: nunca nadie en la historia de Liga de Campeones había superado la barrera de 14 tantos. Cristiano Ronaldo la fulminó para protagonizar un nuevo registro goleador. Sus 16 tantos en diez partidos muestran su importancia. El Real Madrid confiaba antes de visitar Múnich en que marcaría y el portugués nunca había faltado a la cita en una eliminatoria europea con su club en los tres últimos años. Tras no marcar en el Bernabéu, dejó un doblete que le reivindica como el mejor futbolista del mundo. Ambicioso, siempre quiere más, y su reto es dar al madridismo la deseada ‘Décima’ Copa de Europa. En el camino ya es tras Raúl el segundo máximo artillero del club en competiciones internacionales, tras superar a Alfredo Di Stéfano.
5. La reivindicación de un estilo: la semifinal profundizó una lucha de estilos entre un Bayern retocado por Pep Guardiola, que aumentó el toque y la posesión pero ante el Real Madrid restó profundidad y disparos a puerta. En el Allianz tardó una hora en hacer intervenir a Iker Casillas. El 5-0 total de la eliminatoria es una bofetada futbolística. Reivindica el estilo por el que apuesta Ancelotti en el Real Madrid, toque y cariño hacia el balón pero velocidad en la transición. Lo ha modelado a semejanza de sus estrellas. Con Bale, Cristiano, Di María y Benzema no podía jugar a otra cosa y perfeccionó una base dejada por Mourinho. Cuando tuvo que jugar al contragolpe destrozó al Bayern y con la posesión siempre impuso su criterio.
6. El balón parado: Ancelotti sabía que el gran defecto del Bayern de Guardiola llegaba en las acciones a balón parado. Las ensayó en entrenamientos y sus jugadores las calcaron en el Allianz Arena. Los dos goles de Ramos fueron un golpe imposible de levantar para su rival. El córner de Bale y la falta lateral de Di María buscaban la potencia aérea del central andaluz. La defensa en zona de ese tipo de acciones del conjunto alemán quedó en evidencia. El infierno se apagó a balón parado.
7. El año de Casillas: se perfilaba como su temporada más difícil, tocado por la herencia de Mourinho y el enfrentamiento personal que le convirtió en suplente. La llegada de Ancelotti no ayudó a mejorarlo. Su decisión de repartir competiciones dejó al capitán a expensas de la Copa del Rey y la Liga de Campeones. La primera la ganó y ya está en la final de la segunda. No ha encajado ningún gol en semifinales ante el todopoderoso Bayern Múnich. Factor clave de éxito. El capitán era el jugador madridista con más derrotas en Múnich. Saboreó la venganza.
8. La amarilla de Alonso: el partido se presentaba con un factor de alto riesgo para dos jugadores imprescindibles en la columna vertebral de Ancelotti: Ramos y Xabi Alonso. Con el Real Madrid ganando por tres goles, la entrada que realizó el centrocampista tolosarra a los 38 minutos fue absurda. Le costó el castigo más duro que puede recibir un futbolista titular con salud para jugar. Su baja en la gran final de Lisboa será un quebradero de cabeza. Ancelotti pierde a su ancla. Debe decidir entre Illarramendi, Casemiro y Khedira, que apura su puesto a punto para regresar.
El Real Madrid accedió doce años después a una final de Liga de Campeones, con una goleada histórica en su primer triunfo en Múnich (0-4), en un duelo convertido en una reivindicación de un estilo con claves como la mano de Ancelotti, la venganza de Ramos y la pegada de Cristiano.
Las claves del pase a la final son:
1. La mano de Ancelotti: Tenía la fórmula en Múnich, terreno maldito del Real Madrid donde nunca había ganado, y bendito para Ancelotti, donde nunca perdió. El italiano es el gran vencedor del pase a la final. Su imagen sale reforzada. Alejado del ruido que acompañó a José Mourinho en sus tres años y más cerca de la imagen calmada y la mano izquierda de Vicente del Bosque. La forma en la que manejó los conflictos de la temporada le reforzó ante sus jugadores. Sus triunfos en la final de Copa del Rey y Liga de Campeones dejan en el olvido la leyenda de que no vencía a ningún rival directo. Se ha ganado su continuidad pase lo que pase hasta la final de campaña, superados los méritos de ‘Mou’ en su primera campaña, que fue aplaudida por todos los miembros del club.
2. La venganza de Ramos: El fútbol ofrece, casi siempre, la opción de venganza y todo el madridismo tenía ganas al Bayern pero especialmente un jugador, Sergio Ramos. Sufrió el peor momento de su carrera cuando lanzó a las nubes el último penalti de la tanda madridista de semifinales de hace dos años. Aguantó chistes de todos los colores y hasta la mofa de su rival, el portero Neuer, al que ayer marcó dos goles con dos testarazos de raza que eran su forma de hablar sobre el campo. El andaluz fue un guerrero de la defensa, como sus compañeros, midiendo más que nadie el peligro de una cartulina amarilla que le habría alejado de la final con la que sueña. Es su gran objetivo desde que llegó al Real Madrid y está a un paso de conseguir un nuevo reto de su carrera.
3. El sacrificio del equipo: El Real Madrid no fue un grupo de individualidades, en el Allianz Arena las explotó partiendo del concepto equipo. Se mostró en la implicación defensiva de todos los jugadores, incluidos jugadores que en otros partidos rebajan el nivel de esfuerzos cuando no tienen el balón. Benzema y Cristiano Ronaldo colaboraron para que la presión fuese alta al Bayern Múnich. Gareth Bale hizo un esfuerzo titánico para ayudar a Carvajal a secar a Ribery y doblegarse en ataque en contragolpes que siempre hicieron daño a su rival.
4. El récord goleador de Cristiano: nunca nadie en la historia de Liga de Campeones había superado la barrera de 14 tantos. Cristiano Ronaldo la fulminó para protagonizar un nuevo registro goleador. Sus 16 tantos en diez partidos muestran su importancia. El Real Madrid confiaba antes de visitar Múnich en que marcaría y el portugués nunca había faltado a la cita en una eliminatoria europea con su club en los tres últimos años. Tras no marcar en el Bernabéu, dejó un doblete que le reivindica como el mejor futbolista del mundo. Ambicioso, siempre quiere más, y su reto es dar al madridismo la deseada ‘Décima’ Copa de Europa. En el camino ya es tras Raúl el segundo máximo artillero del club en competiciones internacionales, tras superar a Alfredo Di Stéfano.
5. La reivindicación de un estilo: la semifinal profundizó una lucha de estilos entre un Bayern retocado por Pep Guardiola, que aumentó el toque y la posesión pero ante el Real Madrid restó profundidad y disparos a puerta. En el Allianz tardó una hora en hacer intervenir a Iker Casillas. El 5-0 total de la eliminatoria es una bofetada futbolística. Reivindica el estilo por el que apuesta Ancelotti en el Real Madrid, toque y cariño hacia el balón pero velocidad en la transición. Lo ha modelado a semejanza de sus estrellas. Con Bale, Cristiano, Di María y Benzema no podía jugar a otra cosa y perfeccionó una base dejada por Mourinho. Cuando tuvo que jugar al contragolpe destrozó al Bayern y con la posesión siempre impuso su criterio.
6. El balón parado: Ancelotti sabía que el gran defecto del Bayern de Guardiola llegaba en las acciones a balón parado. Las ensayó en entrenamientos y sus jugadores las calcaron en el Allianz Arena. Los dos goles de Ramos fueron un golpe imposible de levantar para su rival. El córner de Bale y la falta lateral de Di María buscaban la potencia aérea del central andaluz. La defensa en zona de ese tipo de acciones del conjunto alemán quedó en evidencia. El infierno se apagó a balón parado.
7. El año de Casillas: se perfilaba como su temporada más difícil, tocado por la herencia de Mourinho y el enfrentamiento personal que le convirtió en suplente. La llegada de Ancelotti no ayudó a mejorarlo. Su decisión de repartir competiciones dejó al capitán a expensas de la Copa del Rey y la Liga de Campeones. La primera la ganó y ya está en la final de la segunda. No ha encajado ningún gol en semifinales ante el todopoderoso Bayern Múnich. Factor clave de éxito. El capitán era el jugador madridista con más derrotas en Múnich. Saboreó la venganza.
8. La amarilla de Alonso: el partido se presentaba con un factor de alto riesgo para dos jugadores imprescindibles en la columna vertebral de Ancelotti: Ramos y Xabi Alonso. Con el Real Madrid ganando por tres goles, la entrada que realizó el centrocampista tolosarra a los 38 minutos fue absurda. Le costó el castigo más duro que puede recibir un futbolista titular con salud para jugar. Su baja en la gran final de Lisboa será un quebradero de cabeza. Ancelotti pierde a su ancla. Debe decidir entre Illarramendi, Casemiro y Khedira, que apura su puesto a punto para regresar.