Casillas se juega el final de Liga
Madrid, ABC
Hace cinco meses, Íker temía que su reserva constante le dejara sin la posibilidad de defender el título de la Copa del Mundo conquistado en Sudáfrica gracias a aquel despeje de espuela que evitó el gol de Robben y llevó a España a la prórroga y al éxito con el tanto de Iniesta. Del Bosque ha manifestado siempre que para estar en su lista hay que tener ritmo de competición. Lo mejor para el guardameta es que el título de Copa y la clasificación para las semifinales de la Champions le han permitido disputar diecinueve partidos, nueve en Copa y diez en la Liga de Campeones, que se convertirán en veintiuno con el doble duelo ante el Bayern. Y ahora pretende jugar varios más. Para ello necesita llegar a la final de la Copa de Europa.
La calificación para la final de la Champions es fundamental en ese objetivo del portero. Ancelotti ha expuesto que si el Madrid alcanza la final de la Champions, Casillas no podrá permanecer un mes sin fútbol de competición. El encuentro de vuelta de semifinales, en Múnich, se celebra el martes 29 de abril y, si los blancos ganaran la eliminatoria, el capitán pasaría veintisiete días hasta disputar la hipotética final de Lisboa, que tendrá lugar el 24 de mayo. El entrenador del Real Madrid no dejaría al madrileño parado durante ese tiempo. Le concederá dos o tres jornadas ligueras para mantener su ritmo de competición.
El estreno en la Liga será la gran noticia del cancerbero más laureado de la historia del club. Incluso podría producirse el hecho de que el Madrid ganara la Liga con Íker bajo los palos, cuando Diego López ha sido protagonista a lo largo de treinta y tres jornadas. Ahora mismo, lo que el capitán anhela es romper el favoritismo del Bayern y conquistar la Décima, que sería la tercera en su palmarés particular.
El conjunto alemán le va a poner a prueba en el Bernabéu y especialmente en el Allianz Arena muniqués. Es la hora de demostrar una vez más su nivel en los momentos cumbre. De decidir. De marcar la diferencia. De ser importante. Íker tiene otra ocasión de hacer leyenda viva de su historia. El mostoleño nunca pasa desapercibido. Tiene muchos ojos encima. Será juzgado universalmente. A Casillas le va la marcha. Sabe que está en el ojo del huracán. Íker suele cambiar los huracanes de rumbo. Los pone a su favor. Ha conseguido incluso que Mourinho hable solo en inglés al volver a Madrid. Si Casillas hubiera jugado la última temporada con el portugués, hoy no viviríamos estos espectáculos mediáticos. Diego López se ganó el puesto a pulso. Lo que se perdió fue el pulso interno del equipo con un antagonismo Mourinho-Íker que trascendía al fútbol. Tanto, que Mourinho solo habló en inglés en la capital de España cuán un curso acelerado del Brians Institute, mientras Guardiola se expresó en alemán, español, catalán e inglés. Mourinho también sabe portugués, italiano y español. No los quiso utilizar. Pensamiento único.
Hace cinco meses, Íker temía que su reserva constante le dejara sin la posibilidad de defender el título de la Copa del Mundo conquistado en Sudáfrica gracias a aquel despeje de espuela que evitó el gol de Robben y llevó a España a la prórroga y al éxito con el tanto de Iniesta. Del Bosque ha manifestado siempre que para estar en su lista hay que tener ritmo de competición. Lo mejor para el guardameta es que el título de Copa y la clasificación para las semifinales de la Champions le han permitido disputar diecinueve partidos, nueve en Copa y diez en la Liga de Campeones, que se convertirán en veintiuno con el doble duelo ante el Bayern. Y ahora pretende jugar varios más. Para ello necesita llegar a la final de la Copa de Europa.
La calificación para la final de la Champions es fundamental en ese objetivo del portero. Ancelotti ha expuesto que si el Madrid alcanza la final de la Champions, Casillas no podrá permanecer un mes sin fútbol de competición. El encuentro de vuelta de semifinales, en Múnich, se celebra el martes 29 de abril y, si los blancos ganaran la eliminatoria, el capitán pasaría veintisiete días hasta disputar la hipotética final de Lisboa, que tendrá lugar el 24 de mayo. El entrenador del Real Madrid no dejaría al madrileño parado durante ese tiempo. Le concederá dos o tres jornadas ligueras para mantener su ritmo de competición.
El estreno en la Liga será la gran noticia del cancerbero más laureado de la historia del club. Incluso podría producirse el hecho de que el Madrid ganara la Liga con Íker bajo los palos, cuando Diego López ha sido protagonista a lo largo de treinta y tres jornadas. Ahora mismo, lo que el capitán anhela es romper el favoritismo del Bayern y conquistar la Décima, que sería la tercera en su palmarés particular.
El conjunto alemán le va a poner a prueba en el Bernabéu y especialmente en el Allianz Arena muniqués. Es la hora de demostrar una vez más su nivel en los momentos cumbre. De decidir. De marcar la diferencia. De ser importante. Íker tiene otra ocasión de hacer leyenda viva de su historia. El mostoleño nunca pasa desapercibido. Tiene muchos ojos encima. Será juzgado universalmente. A Casillas le va la marcha. Sabe que está en el ojo del huracán. Íker suele cambiar los huracanes de rumbo. Los pone a su favor. Ha conseguido incluso que Mourinho hable solo en inglés al volver a Madrid. Si Casillas hubiera jugado la última temporada con el portugués, hoy no viviríamos estos espectáculos mediáticos. Diego López se ganó el puesto a pulso. Lo que se perdió fue el pulso interno del equipo con un antagonismo Mourinho-Íker que trascendía al fútbol. Tanto, que Mourinho solo habló en inglés en la capital de España cuán un curso acelerado del Brians Institute, mientras Guardiola se expresó en alemán, español, catalán e inglés. Mourinho también sabe portugués, italiano y español. No los quiso utilizar. Pensamiento único.