Un triunfo que sale carísimo al Barcelona
El portero se lesionó de gravedad en la rodilla derecha y enmudeció al Camp Nou. Neymar, con dos goles, y Messi solucionaron un partido en el que el Celta fue muy blando atrás.
Barcelona, As
Dura muy poco el optimismo en casa del Barça. Llegaba el equipo de Martino después de ganar al Madrid en su estadio y salvar el match ball del Bernabéu, todo estaba preparado en el estadio culé para asaltar el liderato ante el Celta, ni que fuera de manera provisional y así parecía confirmarlo el tanto de Neymar a los cinco minutos de partido. Pero cuando todo pintaba de color de rosa, la desgracia volvió a cebarse en el equipo barcelonista, que parece que debe pagar con plagas sus éxitos deportivos. A los 20 minutos de juego, Valdés paró sin problemas aparentes un lanzamiento de falta de Orellana que el infame Ayza Gámez había señalado como penalty en primera instancia a pesar de que fue unos dos metros fuera del área. El asistente le hizo rectificar y tras la consiguiente falta, la rodilla derecha de Valdés crujió y ahí el partido, que lo liquidó el equipo de Martino por 3-0, se acabó para el Barça.
La lesión de Valdés parecía grave desde el principio. Cuando un jugador se lleva las manos a la cara, es que algo muy malo pasa.
A partir de la lesión de Valdés, ya nada fue igual. El partido entró en un tempo tan gélido como el que invadió a la grada del Camp Nou. Hasta entonces, justo es decirlo, el Barça había sido un vendaval. Con el partido paralizado por el miedo de los visitantes y el impacto de la lesión de sus compañeros en lo que hacía referencia a los locales, únicamente Messi, tras conectar con Iniesta, estuvo por la labor y marcó el segundo. Que se suponía que era el de la seguridad.
Tras el descanso, Iniesta, mejor amigo de Valdés, no salió a jugar. El club informó que se debía a la precaución por un golpe en el muslo. Pero el Barça salió como un zombi y el Celta se aprovechó. Pinto, dando esperanzas al barcelonismo realizó dos paradones y el Barça se volvió a conectar. Neymar, tras un gran pase de Alexis marcó el 3-0. Pero el Barça siguió preocupado. Obviamente.
Dura muy poco el optimismo en casa del Barça. Llegaba el equipo de Martino después de ganar al Madrid en su estadio y salvar el match ball del Bernabéu, todo estaba preparado en el estadio culé para asaltar el liderato ante el Celta, ni que fuera de manera provisional y así parecía confirmarlo el tanto de Neymar a los cinco minutos de partido. Pero cuando todo pintaba de color de rosa, la desgracia volvió a cebarse en el equipo barcelonista, que parece que debe pagar con plagas sus éxitos deportivos. A los 20 minutos de juego, Valdés paró sin problemas aparentes un lanzamiento de falta de Orellana que el infame Ayza Gámez había señalado como penalty en primera instancia a pesar de que fue unos dos metros fuera del área. El asistente le hizo rectificar y tras la consiguiente falta, la rodilla derecha de Valdés crujió y ahí el partido, que lo liquidó el equipo de Martino por 3-0, se acabó para el Barça.
La lesión de Valdés parecía grave desde el principio. Cuando un jugador se lleva las manos a la cara, es que algo muy malo pasa.
A partir de la lesión de Valdés, ya nada fue igual. El partido entró en un tempo tan gélido como el que invadió a la grada del Camp Nou. Hasta entonces, justo es decirlo, el Barça había sido un vendaval. Con el partido paralizado por el miedo de los visitantes y el impacto de la lesión de sus compañeros en lo que hacía referencia a los locales, únicamente Messi, tras conectar con Iniesta, estuvo por la labor y marcó el segundo. Que se suponía que era el de la seguridad.
Tras el descanso, Iniesta, mejor amigo de Valdés, no salió a jugar. El club informó que se debía a la precaución por un golpe en el muslo. Pero el Barça salió como un zombi y el Celta se aprovechó. Pinto, dando esperanzas al barcelonismo realizó dos paradones y el Barça se volvió a conectar. Neymar, tras un gran pase de Alexis marcó el 3-0. Pero el Barça siguió preocupado. Obviamente.