Sarkozy regresa como víctima

El expresidente imita la estrategia de Berlusconi al comparar sus escuchas con las de la Stasi, y a la Francia socialista con la antigua Alemania Oriental

Miguel Mora
París, El País
Casi dos años después de perder las elecciones y de dejar a la derecha francesa en la ruina financiera y la irrelevancia política, el expresidente francés Nicolas Sarkozy regresa a escena declarando la guerra al sistema judicial, a la policía y al Gobierno socialista. Implicado en seis causas abiertas, y desprovisto de la inmunidad que protege al jefe del Estado, el ex líder de la Unión por un Movimiento Popular (UMP) dio un paso más en su deriva berlusconiana al publicar una larga carta en Le Figaro en la que trata de dar la vuelta a su apurada situación judicial y pasa del silencio al ataque.


En su texto, Sarkozy se erige en víctima de una “encarnizada” persecución de los jueces y sus adversarios políticos, y compara los pinchazos judiciales que recibe desde septiembre de 2013 a los métodos empleados por la STASI, la siniestra policía política de la antigua Alemania comunista.

Berlusconi ve togas rojas y fiscales comunistas por todas partes y se proclama “el hombre más perseguido por la justicia de la historia de la humanidad”. Usando un tono parecido, a la vez violento y victimista, Sarkozy afirma que hay “cientos de policías” vigilándole, añade que los magistrados le han elegido como “diana personal”, les acusa de “violar” su “privacidad”, y asegura que es inocente de todas las acusaciones que le atribuyen los jueces.

En su carta, cargada de preguntas retóricas, alusiones implícitas y medias verdades, Sarkozy afirma que las escuchas ordenadas por los maistrados que investigan el caso Gadafi –presunta financiación ilegal de su campaña electoral de 2007- “pisotean los principios sagrados de la República”, y añade que el sistema judicial ha sido “instrumentalizado”.

“Todavía hoy, todos los que me llamen por teléfono deben saber que están siendo escuchados”, escribe el exjefe del Estado. “Esto no es un extracto de la maravillosa película La vida de los otros sobre la Alemania Oriental y las actividades de la STASI. No son los comportamientos de un dictador con sus opositores. Es Francia".

La reacción furibunda de Sarkozy, como sucede o sucedía con Berlusconi, obedece a una estrategia forzosa pero bien diseñada. Es el primer mensaje de calado que emite desde que perdió las presidenciales, y llega a dos días de las municipales, es decir horas antes de que Alain Juppé sea reelegido alcalde de Burdeos por aclamación y -probablemente- en primera vuelta. Juppé es a día de hoy el gran rival de Sarkozy para la candidatura de los conservadores a las presidenciales de 2017, y su popularidad crece a medida que los escándalos cercan a Sarkozy.

Quizá por eso, la carta contiene varios mensajes dirigidos al electorado de la derecha, como cuando afirma: “A los que me aprecian, les quiero decir que jamás he traicionado su confianza”. La apelación recuerda mucho a las proclamas del ex Cavaliere, que no dudaba en jurar por sus hijos y sus nietos que jamás había cometido ningún delito.

Sarkozy deja entender que los socialistas están maniobrando con la prensa afín para impedir su regreso, critica la publicación de extractos de sus conversaciones con su abogado, y se burla del Gobierno por haber negado en principio que estuviera al corriente de las escuchas. “Me niego a que en la vida política francesa solo quepan las trampas y las manipulaciones groseras”, escribe.

Irónicamente, la transcripción de esas escuchas, publicada por el sitio web Mediapart, indica que Sarkozy y su abogado maniobraron con un juez amigo del Tribunal Supremo que les pasaba información sobre diversas causas abiertas –violando así el secreto sumarial-, a cambio de la promesa de una sinecura en Mónaco. Según la versión de Sarkozy, ese juez es “uno de los mejores juristas de Francia”, y se limitó a asesorar a su letrado “sobre la estrategia que debía seguir su cliente”, es decir él mismo.

El texto concluye con un recado que parece dirigido a François Hollande: “A todos los que temen mi regreso, estén seguros de que la mejor forma de evitarlo sería poder vivir mi vida tranquilamente, como un ciudadano normal”.

Los socialistas replicaron a las diatribas de Sarkozy subrayando su creciente berlusconización. Desde Bruselas, Hollande consideró “insoportable” que su predecesor compare a Francia con una dictadura: “Sugerir que nuestro país pueda no basarse en las libertades es introducir una duda que está fuera de lugar. Cualquier comparación con las dictaduras es, por fuerza, insoportable”.

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