Occidente entra en estado de alerta

Los primeros aviones de combate F-16 de EE UU aterrizan en Polonia
Berlín advierte a Moscú de que puede haber “daños políticos y económicos”

Lucía Abellán / Yolanda Monge
Bruselas / Washington, El País
La respuesta que Occidente está dando al desafío de Rusia en Crimea adquiere tintes defensivos. Estados Unidos envió este jueves los primeros aviones de combate F-16 para proteger a Polonia, uno de los cuatro países de la Unión Europea que comparten frontera con Ucrania. Aunque la maniobra estaba ya prevista dentro de la cooperación militar que mantienen Washington y Varsovia, la situación de alerta que vive la región la ha acelerado. A dos días del referéndum convocado en la península ucrania de Crimea para decidir sobre su posible independencia, Europa refuerza sus advertencias a Moscú, a la que le pueden esperar “daños políticos y económicos masivos”, en palabras de la canciller alemana, Angela Merkel.


La llegada de los 12 aviones de combate que deberán estar desplegados en Polonia a finales de esta semana supone el colofón de una serie de movimientos similares ocurridos en los últimos días. La OTAN desplegó el miércoles dos aviones AWACS de vigilancia en las fronteras polaca y rumana con Ucrania para controlar los movimientos marítimos y aéreos de las tropas rusas. Y la semana pasada, otros seis aviones estadounidenses aterrizaron en una base aérea lituana para reforzar la vigilancia báltica.

Prueba de esta inquietud por la seguridad europea es la creciente presencia pública de la OTAN en este conflicto. El presidente del comité militar de esta organización, Knud Bartels, mantuvo este jueves una conversación telefónica con un alto cargo de las fuerzas armadas rusas, el general Valeri Gerasimov, según confirma un portavoz de esta organización. Bartels le explicó que la OTAN ha suspendido algunas actividades militares con Rusia a raíz de este episodio, aunque acordaron mantener “la línea abierta” para dialogar, según el portavoz.

El secretario general de la Alianza Atlántica, Anders Fogh Rasmussen, se ha reunido en los últimos días con diferentes protagonistas del conflicto, incluido el primer ministro ucranio, Arseni Yatseniuk. Tras ese encuentro, Rasmussen declaró que esta crisis representa “la amenaza más grave para la seguridad desde el final de la guerra fría”.

Más allá de estos movimientos, Washington sigue —de momento— apostando por la diplomacia para lograr una solución de último minuto a la crisis que enfrentan los que antes fueron enemigos de una guerra fría que pareciera que no hubiera caducado. Con el reloj marcando ya las horas que faltan para el referéndum de Crimea, el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, se verá este viernes en Londres con su homólogo ruso, Serguéi Lavrov.

Antes de partir hacia Europa, ante una comisión del Senado, Kerry advirtió a Moscú contra la toma de “decisiones equivocadas” en la crisis ucrania y amenazó de que enfrentará consecuencias “muy serias” e inmediatas tanto por parte de Washington como de Bruselas si se anexiona Crimea. El secretario de Estado volvió a reiterar que confiaba en que prevaleciera “la razón” pero recordó que no había garantías para ello.

También Merkel —la líder europea más partidaria del buen entendimiento con Rusia— elevó este jueves el tono, informa Enrique Müller. “Si Rusia continúa con su curso de las últimas semanas [...] no solo volveríamos a ver a nuestros vecinos de Rusia como una amenaza. Y no solo cambiaría la relación de la UE con Rusia. No. Todo esto podría causar masivos daños a Rusia”, sentenció.

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