Obama y Putin vuelven a conversar sobre la crisis Ucrania
Los líderes no consiguen avanzar en la resolución del conflicto. El presidente de EE UU le explica a su homólogo las últimas sanciones y aboga por la vía diplomática
Eva Saiz
Washington, El País
Por segunda vez desde que Rusia interviniera militarmente en la región ucrania de Crimea, los presidentes estadounidense y ruso, Barack Obama y Vladímir Putin, han conversado por teléfono para tratar sobre la crisis en Ucrania. La llamada no ha servido para avanzar en la solución del conflicto pero, en ella, el mandatario norteamericano ha podido explicar a su homólogo la razón del nuevo paquete de sanciones aprobado por la Casa Blanca durante la mañana y le ha instado, de nuevo, a que abrace la vía diplomática.
“El presidente Obama indicó que existe un camino para resolver la situación de manera diplomática que satisfaga los intereses del pueblo ruso, del ucranio y de la comunidad internacional”, ha informado la Casa Blanca. El tono de esta última llamada aparentemente ha sido mucho más distendido que el que protagonizó la que ambos mantuvieron el pasado sábado. Entonces, y a lo largo de 90 minutos, el presidente estadounidense amenazó a Putin con promover el aislamiento político y económico de Rusia, si no retiraba las tropas de Crimea.
A lo largo de esta semana, EE UU ha ido concretando su estrategia de boicot anunciando su ausencia en la cumbre del G-8 del próximo junio en Sochi, la congelación de las negociaciones comerciales y las prácticas militares bilaterales, a las que, este jueves, ha sumado la prohibición de visados a altos funcionarios rusos y ucranios implicados en la violación de la soberanía de Ucrania y el anuncio de sanciones individuales a particulares y compañías rusas.
Obama ha explicado a Putin que han sido las acciones rusas en “violación de la soberanía y la integridad territorial de Ucrania” las que han motivado la adopción de las medidas de castigo por parte de EE UU y de la Unión Europea. No obstante, como ha hecho esta mañana durante su comparecencia ante los medios para deslegitimar la convocatoria de un referéndum secesionista por parte del Parlamento de la región de Crimea, el presidente estadounidense ha vuelto a dejar clara su apuesta por la solución diplomática del conflicto.
EE UU está tratando de no aumentar la tensión en la región sin renunciar tampoco a la firmeza frente a lo que Washington considera como una clara violación de la legalidad internacional por parte de Rusia, mientras el secretario de Estado, John Kerry, trata en Roma de mediar con los principales actores para poder hallar una solución pacífica del conflicto. El martes, tras la rueda de prensa del presidente ruso para explicar la presencia de tropas rusas en Ucrania, Obama señaló que “daba la impresión de que Putin se había tomado un tiempo para reflexionar sobre la situación”.
La apuesta por la vía diplomática de Obama en el panorama internacional ha sido criticada en el Congreso, sobre todo entre los halcones republicanos, como un síntoma de debilidad del que se ha aprovechado Putin, no solo en el caso de Ucrania, sino en Siria o Irán. Sin embargo, en esta crisis, el Capitolio respalda la estrategia del presidente. Este jueves, la Cámara de Representantes ha aprobado un paquete de ayuda para Ucrania que alivien su dependencia energética de Rusia que el viernes será aprobado por el Senado, en una rara muestra de unanimidad política.
Eva Saiz
Washington, El País
Por segunda vez desde que Rusia interviniera militarmente en la región ucrania de Crimea, los presidentes estadounidense y ruso, Barack Obama y Vladímir Putin, han conversado por teléfono para tratar sobre la crisis en Ucrania. La llamada no ha servido para avanzar en la solución del conflicto pero, en ella, el mandatario norteamericano ha podido explicar a su homólogo la razón del nuevo paquete de sanciones aprobado por la Casa Blanca durante la mañana y le ha instado, de nuevo, a que abrace la vía diplomática.
“El presidente Obama indicó que existe un camino para resolver la situación de manera diplomática que satisfaga los intereses del pueblo ruso, del ucranio y de la comunidad internacional”, ha informado la Casa Blanca. El tono de esta última llamada aparentemente ha sido mucho más distendido que el que protagonizó la que ambos mantuvieron el pasado sábado. Entonces, y a lo largo de 90 minutos, el presidente estadounidense amenazó a Putin con promover el aislamiento político y económico de Rusia, si no retiraba las tropas de Crimea.
A lo largo de esta semana, EE UU ha ido concretando su estrategia de boicot anunciando su ausencia en la cumbre del G-8 del próximo junio en Sochi, la congelación de las negociaciones comerciales y las prácticas militares bilaterales, a las que, este jueves, ha sumado la prohibición de visados a altos funcionarios rusos y ucranios implicados en la violación de la soberanía de Ucrania y el anuncio de sanciones individuales a particulares y compañías rusas.
Obama ha explicado a Putin que han sido las acciones rusas en “violación de la soberanía y la integridad territorial de Ucrania” las que han motivado la adopción de las medidas de castigo por parte de EE UU y de la Unión Europea. No obstante, como ha hecho esta mañana durante su comparecencia ante los medios para deslegitimar la convocatoria de un referéndum secesionista por parte del Parlamento de la región de Crimea, el presidente estadounidense ha vuelto a dejar clara su apuesta por la solución diplomática del conflicto.
EE UU está tratando de no aumentar la tensión en la región sin renunciar tampoco a la firmeza frente a lo que Washington considera como una clara violación de la legalidad internacional por parte de Rusia, mientras el secretario de Estado, John Kerry, trata en Roma de mediar con los principales actores para poder hallar una solución pacífica del conflicto. El martes, tras la rueda de prensa del presidente ruso para explicar la presencia de tropas rusas en Ucrania, Obama señaló que “daba la impresión de que Putin se había tomado un tiempo para reflexionar sobre la situación”.
La apuesta por la vía diplomática de Obama en el panorama internacional ha sido criticada en el Congreso, sobre todo entre los halcones republicanos, como un síntoma de debilidad del que se ha aprovechado Putin, no solo en el caso de Ucrania, sino en Siria o Irán. Sin embargo, en esta crisis, el Capitolio respalda la estrategia del presidente. Este jueves, la Cámara de Representantes ha aprobado un paquete de ayuda para Ucrania que alivien su dependencia energética de Rusia que el viernes será aprobado por el Senado, en una rara muestra de unanimidad política.