La reconstrucción de Siria y el extremismo, las prioridades de Al Assad
Madrid, EP
El presidente de Siria, Bashar al Assad ha hablado este sábado de "retos postcrisis" y ha señalado al proceso de reconstrucción y al extremismo como los asuntos más apremiantes para el Gobierno, según ha informado la agencia estatal de noticias siria, SANA.
En una reunión del Partido Baaz con motivo del 51 aniversario del golpe de Estado de 1963 que aupó al poder a Hafez el Assad, el mandatario sirio ha enfatizado que los "retos postcrisis son aún más severos que los desafíos que esta crisis presenta".
Al Assad ha centrado la mayor parte de la atención en el proceso de reconstrucción, especialmente en los barrios periféricos de Damasco, como el "reto posterior a la crisis más urgente". "La reconstrucción ofrecerá una gran oportunidad para reestructurar las áreas afectadas", ha argumentado.
"El extremismo y sus colaboradores", ha apuntado, son el segundo reto que el Gobierno sirio debe abordar, mientras que el diálogo político, combatir la corrupción y reforzar la identidad nacional son otros de los asuntos prioritarios para su gabinete.
En su intento de apuntalar la estabilidad política, Al Assad ha insistido a la playa mayor de su partido que el Gobierno focalizará sus esfuerzos en "reforzar las alianzas con países amigos como Rusia, Irán, China y otros partidos árabes que quienes compartan el pensamiento y la orientación del Partido Baaz".
Al Assad sustenta estas propuestas en el "clima de diálogo" que se ha generado en el país para "reforzar los esfuerzos del Estado en la reconciliación de forma paralela al combate del terrorismo".
CONSPIRACIÓN MUNDIAL CONTRA SIRIA
Al mismo tiempo, el presidente sirio ha vuelto a contraponer la "conspiración" mundial contra su Gobierno y la "campaña mediática" que, según él, distorsiona los acontecimientos en Siria desde marzo de 2011, cuando comenzaron las revueltas.
"Estamos lidiando con una comunidad cuya visión está ahora más clara que nunca sobre el objetivo conspirativo que tiene, al tiempo que la crisis ha atraido el interés político y ha hecho que un mayor número de personas esté dispuesta a debatir, lo que da al partido un espacio para el movimiento a través del diálogo lógico y racional", ha afirmado Al Assad.
En este sentido, el jefe del Estado sirio ha denunciado los "intentos incesantes" de países de apoyar el terrorismo y debilitar a Siria, en alusión al apoyo brindado por Arabia Saudí, Catar, Estados Unidos, Francia o Reino Unido a los rebeldes.
Con el inicio de las conversaciones en la ciudad suiza de Ginebra, exenta de resultados fértiles, el Gobierno ha recrudecido su asedio contra los bastiones rebeldes y su ofensiva contra las milicias islamistas vinculadas a Al Qaeda.
Damasco ha esgrimido el acuerdo para destruir su arsenal químico como la mayor prueba de su compromiso con la comunidad internacional con traer de vuelta la paz a Siria, donde han muerto más de 130.000 personas en cerca de tres años de guerra civil.
Sin embargo, el retraso en la salida del armamento químico --debido en parte a la inestabilidad en la provincia de Latakia, desde cuyo puerto partirá el arsenal para ser destruido en alta mar y otras instalanciones repartidas por Europa-- ha vuelto a elevar las alertas, reactivando las advertencias de una escalada de las sanciones y acciones en caso de que Siria infrinja el acuerdo impulsado por Moscú y Washington.
El presidente de Siria, Bashar al Assad ha hablado este sábado de "retos postcrisis" y ha señalado al proceso de reconstrucción y al extremismo como los asuntos más apremiantes para el Gobierno, según ha informado la agencia estatal de noticias siria, SANA.
En una reunión del Partido Baaz con motivo del 51 aniversario del golpe de Estado de 1963 que aupó al poder a Hafez el Assad, el mandatario sirio ha enfatizado que los "retos postcrisis son aún más severos que los desafíos que esta crisis presenta".
Al Assad ha centrado la mayor parte de la atención en el proceso de reconstrucción, especialmente en los barrios periféricos de Damasco, como el "reto posterior a la crisis más urgente". "La reconstrucción ofrecerá una gran oportunidad para reestructurar las áreas afectadas", ha argumentado.
"El extremismo y sus colaboradores", ha apuntado, son el segundo reto que el Gobierno sirio debe abordar, mientras que el diálogo político, combatir la corrupción y reforzar la identidad nacional son otros de los asuntos prioritarios para su gabinete.
En su intento de apuntalar la estabilidad política, Al Assad ha insistido a la playa mayor de su partido que el Gobierno focalizará sus esfuerzos en "reforzar las alianzas con países amigos como Rusia, Irán, China y otros partidos árabes que quienes compartan el pensamiento y la orientación del Partido Baaz".
Al Assad sustenta estas propuestas en el "clima de diálogo" que se ha generado en el país para "reforzar los esfuerzos del Estado en la reconciliación de forma paralela al combate del terrorismo".
CONSPIRACIÓN MUNDIAL CONTRA SIRIA
Al mismo tiempo, el presidente sirio ha vuelto a contraponer la "conspiración" mundial contra su Gobierno y la "campaña mediática" que, según él, distorsiona los acontecimientos en Siria desde marzo de 2011, cuando comenzaron las revueltas.
"Estamos lidiando con una comunidad cuya visión está ahora más clara que nunca sobre el objetivo conspirativo que tiene, al tiempo que la crisis ha atraido el interés político y ha hecho que un mayor número de personas esté dispuesta a debatir, lo que da al partido un espacio para el movimiento a través del diálogo lógico y racional", ha afirmado Al Assad.
En este sentido, el jefe del Estado sirio ha denunciado los "intentos incesantes" de países de apoyar el terrorismo y debilitar a Siria, en alusión al apoyo brindado por Arabia Saudí, Catar, Estados Unidos, Francia o Reino Unido a los rebeldes.
Con el inicio de las conversaciones en la ciudad suiza de Ginebra, exenta de resultados fértiles, el Gobierno ha recrudecido su asedio contra los bastiones rebeldes y su ofensiva contra las milicias islamistas vinculadas a Al Qaeda.
Damasco ha esgrimido el acuerdo para destruir su arsenal químico como la mayor prueba de su compromiso con la comunidad internacional con traer de vuelta la paz a Siria, donde han muerto más de 130.000 personas en cerca de tres años de guerra civil.
Sin embargo, el retraso en la salida del armamento químico --debido en parte a la inestabilidad en la provincia de Latakia, desde cuyo puerto partirá el arsenal para ser destruido en alta mar y otras instalanciones repartidas por Europa-- ha vuelto a elevar las alertas, reactivando las advertencias de una escalada de las sanciones y acciones en caso de que Siria infrinja el acuerdo impulsado por Moscú y Washington.