La incertidumbre provoca una huida en masa de capitales desde Rusia

El FMI ultima un rescate de Ucrania hasta 15.000 millones de euros

Amanda Mars
Madrid, El País
La pieza que Rusia ha ganado en el tablero, Crimea, no saldrá gratis para la economía del país, plagada de incertidumbres y atacada por la fuga de capitales, pero eso sí, con una baza que acostumbra a tener a Europa en vilo: su poder energético. El país tendrá que reservar una parte de sus presupuestos públicos para ayudar a esta península que se ha embolsado, pero hay más facturas inmediatas. El Banco Mundial advirtió este miércoles de que el país afronta una pérdida de alrededor de 150.000 millones de dólares (alrededor de 108.700 millones de euros), una estimación que supera ampliamente los 120.000 millones de dólares (casi 87.000 millones de euros) que se esfumaron en plena crisis financiera global, en 2008.


De momento, el Gobierno ruso ha reconocido que solo en el primer trimestre del año ya se ha producido una erosión 70.000 millones de dólares, más que en todo el año pasado (63.000 millones). “Los recientes acontecimientos en Crimea han convertido el prolongado problema de confianza en una crisis de confianza”, dijo este miércoles el economista jefe para Rusia del Banco Mundial, Birgit Hansl, en la presentación del último informe del país, según recogió Reuters.

Juan Ignacio Crespo, analista financiero, explica que “muchos oligarcas rusos e inversores extranjeros llevarán a cabo desinversiones por el miedo a las represalias”. Y es que a la incertidumbre general por la marcha de la economía se suman temores mucho más tangibles, como los efectos que las sanciones económicas desde Estados Unidos pueden tener directamente sobre los fondos invertidos en el país.

Los problemas en Rusia complican la marcha de unas economías emergentes que han dejado de ser la locomotora de la recuperación mundial. El Banco Mundial ha hecho unos números del lastre para el crecimiento que puede suponer la crisis de Crimea y la volatilidad de los mercados de conlleva y, en un escenario optimista, con un impacto de corto recorrido, el avance de la economía rusa se puede ralentizar al 1,1% en 2014 (frente al 1,3% de 2013, que ya quedó muy por debajo de las expectativas), pero si el escenario más envenenado proyecta una caída del producto interior bruto (PIB) del 1,8%.

Dentro de este contexto, la agencia de calificación de riesgos Standard & Poor’s rebajó la semana pasada la nota de Rusia un a dos pasos del bono basura.

Para Juan Ignacio Crespo, “la baza energética que juega Rusia es también una debilidad porque significa que depende en un alto grado de las exportaciones”.

Sin embargo, los mercados se calmaron este miércoles y empezaron a acercarse a los niveles previos a cuando Vladímir Putin anunció su intención de anexionar Crimea. Los inversores llevan días percibiendo que la situación se está destensando y el rublo logró así cerrar este miércoles su cuarta jornada al alza: avanzó un 0,3%, hasta alcanzar un cambio de 35,4 contra el dólar contra el dólar estadounidense.

Aun así, la incertidumbre y la fuga de capitales castigará a la divisa. “Esperamos que el rublo se deprecie tanto en 2014 como 2015 y vemos una volatilidad muy alta”, apuntó Hansl, del Banco Mundial. De hecho, la divisa acumula una caída del 7% en lo que va de año.

Este miércoles también Ucrania sirvió para calmar las aguas. El Gobierno del país y el Fondo Monetario Internacional (FMI) estaban ultimando las negociaciones para firmar el rescate financiero por un montante de entre 15.000 y 20.000 millones de dólares (de 10.800 a cerca de 15.000 millones de euros). Los flecos pendientes del proceso tenían que ver con los subsidios públicos al gas natural, informa Bloomberg, pero la firma del programa de auxilio podría tener lugar hoy mismo a tenor de las declaraciones del ministro de Economía, Oleksandr Shlapak, quien señaló el martes: “Espero que acabemos hoy las conversaciones con el FMI”, aunque añadió: “si no acabamos hoy, tendremos tiempo hasta mañana”.

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