Entrenando como nunca

Casillas, que quiere jugar hasta los 40, aumenta la intensidad en sus sesiones en el Madrid



Casillas, Marca
La selección es el lugar donde Iker Casillas jamás se ha sentido cuestionado, por lo que, aunque resulte un contrasentido, cada convocatoria internacional tiene el aroma de una vuelta a casa. En Las Rozas, el capitán se siente en paz con todos, con la confianza de un seleccionador que combate la presión y el ego con una pócima compuesta por temple y relativismo. El entrenador que sentó a un imberbe Casillas en el Madrid para colocar a César y que hizo internacional a Diego López, es el mismo que ha sacado al capitán del asiento por entender que ni las razones, ni las circunstancias eran las mismas de entonces, por creer que la fortaleza de un equipo está en el uno para todos y todos para uno, y por ser fiel a una de las conclusiones a las que le ha llevado la alquimia de un liderazgo muy autodidacta: la justicia no es tratar a todos por igual. Ni por sus paradas imposibles, ni por su estilo iconoclasta, ni por su trayectoria, ni por sus actos, Casillas jamás ha sido igual a los demás, es evidente.


La decisión de alinearlo no ha de partir, pues, tanto de su trabajo diario como de su capacidad competitiva. Es un portero que no estudia a los lanzadores rivales, ni siquiera ante la posibilidad de una tanda de penaltis. Simplemente, dice, se deja llevar por su instinto. Se trata de un animal competitivo. Para sus rivales en la portería es difícil luchar contra semejante condición. Lo es para Diego López como lo es para Víctor Valdés, dos porteros hechos en el estajanovismo y en la compresión táctica de su rol en los equipos. Casillas, en lo sustancial, es como cuando tenía 17 años.

Debate interior

Sin embargo, algo ha cambiado. Es la duda, sea en la portería, en el banquillo o en la grada. No hay peor pareja de un portero. La situación llevó a Casillas y a su entorno a un debate interior que todavía no han resuelto, y es el de la conveniencia de dejar o no el Madrid. El capitán tenía trazada su hoja de ruta: abandonar la selección tras el Mundial de Brasil y dedicarse al Madrid hasta el final de su contrato, que concluiría a sus 37 años. Ahora no cierra la puerta a una salida al final de la temporada si la situación actual se prolongara, porque la solución de Ancelotti no le satisface en absoluto. Casillas cree que no es buena ni para él, ni para Diego López, escrutados al límite en cada partido. Hasta Emilio Butragueño, la voz de la institución, afirmó tras el derbi que «tal vez Diego López no viese bien el balón en el segundo gol». La presión para el gallego aumenta tras su fallo. Si el trabajo de un año depende de un error, es que está mal hecho.

Una vez conocida la voluntad de Vicente del Bosque, que habla con los hechos, como la titularidad de Casillas en Finlandia, el portero decidió esperar y entregarse a los entrenamientos con una intensidad que nunca había creído necesaria. Lo admitió Mourinho en sus últimos días en Valdebebas, pero ahora es un hecho para todos los testigos de los entrenamientos del Madrid. Cuando se le pregunta, siempre repite que trabaja para tener la confianza del entrenador. Lo dice, no obstante, con poca esperanza. Si el vestuario no entendió la opción salo
mónica de Ancelotti, influido por Villiam Vecchi, su preparador de porteros, menos comprendería una marcha atrás por un error del que, estadísticamente, no se salva ningún jugador, no sólo los porteros. El Madrid, además, es líder de la Liga con Diego López.

'Jugar hasta los 40'

Casillas dijo que le gustaría jugar hasta los 40 en una entrevista en Melodia FM. Admitió que ahora atraviesa una «edad de madurez diferente», en la que ha de cuidarse más, algo indispensable para alcanzar la longevidad deseada. A Casillas le gustaría que ello sucediera en su propio club, según explicó, pero admitió que la llegada de porteros más jóvenes supondrá una dura competencia. No es el caso de Diego López, unos meses más joven. Ambos tienen con 32 años.

De las decisiones que tome el Madrid dependerá la suya, ya que Florentino Pérez podría facilitarle su salida en caso de no jugar, pese a tener contrato en vigor. El Arsenal está dispuesto a esperarle, según fuentes cercanas al club de Londres, y a ofrecerle un contrato de una duración similar a los años que le restan en el Madrid. Para cualquier opción se prepara Casillas como nunca.

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