El aniversario de la muerte de Chávez convocará nuevas protestas

La oposición trata de mantener el clima de insurrección que despertaron las protestas estudiantiles desde el 12 de febrero

Ewald Scharfenberg
Caracas, El País
Este martes, por cuarto día consecutivo, cazabombarderos Sukhoi de fabricación rusa y otros equipos de la Fuerza Aérea sobrevolaban con estruendo la ciudad de Caracas. En las zonas de clase media de la capital venezolana, escenario desde el 12 de febrero de protestas y barricadas, el paso rasante de las aeronaves se tomó desde el primer día como un caro gesto de intimidación por parte del Gobierno. Pero se trata, en realidad, de las prácticas que los pilotos hacen antes de participar este miércoles en el desfile militar en conmemoración del primer aniversario del fallecimiento de Hugo Chávez, el Comandante Supremo –en la neolengua oficial- de la autodenominada Revolución Bolivariana.


La parada tendrá lugar en el Paseo de Los Próceres, al suroeste del valle caraqueño. Por un estrecho callejón entre montañas, erizado de edificios, deben volar los aviones de combate. “Tal vez fallamos en avisar de que se harían estas prácticas”, admitía el presidente Nicolás Maduro, con una sonrisa, durante la transmisión el sábado, en cadena nacional de radio y televisión, de la segunda sesión de la Conferencia de Paz organizada por el Gobierno.

Mientras los aviones surcaban el cielo, dos marchas convocadas por la oposición atravesaban este martes el valle de Caracas. De norte a sur, una concentración convocada por la diputada María Corina Machado y Lilian Tintori, la esposa del encarcelado dirigente Leopoldo López, rendía homenaje a los manifestantes asesinados durante las protestas que ya cumplen tres semanas. De oeste a este, una marcha estudiantil se encaminaba hacia los linderos de Petare, el barrio de chabolas más grande del país y vivero del apoyo popular para el chavismo (aunque el municipio donde se encuentra, que incluye también barrios de clase media, es gobernado por la oposición).

El comando opositor, que a veces parece actuar de manera concertada y, otras, se disgrega en diversos focos de vocería –la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), las cabezas visibles del movimiento de La Salida, o una recién aparecida Junta Patriótica Estudiantil y Popular-, intenta en todo caso mantener vivos, en medio de las fechas del Carnaval, los raptos insurreccionales que despertaron las protestas estudiantiles desde el 12 de febrero y que el Gobierno ha contenido, a sangre y fuego –de acuerdo al parte de víctimas mortales, 18, hasta el momento- pero selectivamente, con cargas de los cuerpos de seguridad y de los grupos paramilitares del chavismo.

En ese propósito está recibiendo una ayuda inesperada del mismo Gobierno. En ocasión del aniversario del fallecimiento del comandante Chávez –ocurrido el 5 de marzo de 2013, tras un cáncer-, la todavía joven administración del presidente Maduro ha organizado unas pompas para las que se espera la presencia de dignatarios internacionales. Entre estos, la visita de los presidentes de Nicaragua y Cuba, Daniel Ortega y Raúl Castro, confirmada al momento de cerrar esta información, resulta especialmente irritante para los sectores de oposición. Las redes sociales hervían el martes con llamados espontáneos de usuarios para bloquear las vías y entorpecer el desplazamiento por la ciudad de las personalidades invitadas. Durante las manifestaciones de las últimas semanas se han visto episodios de quema de banderas de Cuba, a cuyo régimen la oposición ve como mentor del gobierno de Maduro y beneficiario de cuantiosas dádivas petroleras que escamotea a la economía venezolana, que atraviesa serios problemas.

Las actividades de calle de la oposición a veces se anuncian con menos de 24 horas de antelación. Y seguro que habrá protestas espontáneas. Pero en este caso la MUD ya ha anunciado que no organizará ninguna actividad para este miércoles "en respeto a los sentimientos de parte de la población". Para el sábado, sí ha organizado una “Marcha de las Ollas Vacías” en Caracas y otras ciudades del país.

De lo que hay certeza es que el miércoles desfilarán los efectivos de las fuerzas armadas, cuyo rol ahora mismo está bajo discusión, no solo porque sirven como pilar al Gobierno de Maduro –que nunca duda en calificarse como producto de la unión “cívico-militar”-, sino porque uno de sus componentes, la Guardia Nacional, ha figurado en la primera línea de la represión contra las protestas.

En este contexto tuvieron especial resonancia las palabras de Luis Miquelena, expresidente de la Asamblea Constituyente de 1999, y exministro del Interior de Chávez. “No se presten a defender un régimen ilegítimo, usurpador y totalitario que está subordinado a Cuba”, instó a los militares en un comunicado que se dio a conocer el lunes en Caracas. Miquilena, de 93 años de edad, exmilitante comunista y empresario, fue tomado por mucho tiempo como tutor político y protector del fallecido teniente coronel. Sin embargo, rompió con el chavismo durante los sucesos del 11 de abril de 2002, que desembocaron en un fugaz derrocamiento de Chávez por 47 horas. Desde entonces, como un oráculo, hace pronunciamientos en determinados y decisivos momentos. En este, que en el documento califica como “la hora más oscura de la historia”, el veterano dirigente no ha dudado en respaldar las protestas estudiantiles, originadas de acuerdo a su visión por “la inequidad generada por el manejo irresponsable de las políticas económicas de este gobierno, mal remedo del cubano”.

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