EEUU investiga una disputa entre la CIA y senadores
Washington, EP
El Departamento de Justicia de Estados Unidos está supervisando una disputa por un supuesto caso de espionaje por parte de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) a miembros del Comité de Inteligencia del Senado, que revisaban documentos confidenciales sobre el uso de la tortura durante los interrogatorios a presuntos terroristas durante el mandato de George W. Bush.
La petición de mediación al Departamento de Justicia ha sido emitida por la CIA, después de las quejas de miembros del Congreso, que acusan a oficiales de la agencia de acceder indebidamente a su trabajo, un hecho que habría obligado a abrir una investigación por parte del organismo de control interno de la Agencia de Inteligencia --autorizado por el inspector general de la CIA, David B. Buckley--.
De la misma forma, pide que también se estudien las denuncias contra los investigadores del Senado, que podrían haber accedido de forma inapropiada a documentos que la CIA considera como "ultra sensibles". Personal de la Agencia insiste en que se trataría de documentos confidenciales, internos y privilegiados a los que los funcionarios del Senado no deberían haber tenido acceso.
Posteriormente, como parte de su esfuerzo para descubrir qué pasos estaban dando los investigadores del Senado, los propios agentes de la CIA pudieron haber espiado los ordenadores del Congreso, algo que en ningún caso ha llegado a confirmarse.
El borrador del informe de la comisión del Senado, que estaría compuesto por cerca de 6.000 páginas, concluye que hay pocas evidencias de que las llamadas "técnicas mejoradas de interrogatorio" --autorizadas en 2002 y aplicadas en las cárceles de Guantánamo y Abu Ghraib-- ayudaran a conseguir avances en la lucha antiterrorista. El informe, sin embargo, sigue siendo altamente clasificado.
El presidente del de la Comisión de Fuerzas Armadas del Senado, el demócrata Carl Levin, ha dicho en un comunicado que "si, como se alega en los medios, la CIA accede sin permiso a una red informática utilizada por un comité del Senado, sería un asunto muy grave". En este sentido, ha insistido en que podría suponer un impedimento para llevar a cabo tareas de supervisión constitucional.
Por su parte, el director de la CIA, John Brennan, ha afirmado estar "profundamente consternado de que algunos miembros del Senado hayan decidido hacer acusaciones falsas sobre las acciones de la CIA".
Por ello, ha pedido que hasta que termine la investigación se abstengan de hacer declaraciones que hacen un "flaco favor" a las relaciones que deben mantener funcionarios de Inteligencia y supervisores del Congreso.
El Departamento de Justicia de Estados Unidos está supervisando una disputa por un supuesto caso de espionaje por parte de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) a miembros del Comité de Inteligencia del Senado, que revisaban documentos confidenciales sobre el uso de la tortura durante los interrogatorios a presuntos terroristas durante el mandato de George W. Bush.
La petición de mediación al Departamento de Justicia ha sido emitida por la CIA, después de las quejas de miembros del Congreso, que acusan a oficiales de la agencia de acceder indebidamente a su trabajo, un hecho que habría obligado a abrir una investigación por parte del organismo de control interno de la Agencia de Inteligencia --autorizado por el inspector general de la CIA, David B. Buckley--.
De la misma forma, pide que también se estudien las denuncias contra los investigadores del Senado, que podrían haber accedido de forma inapropiada a documentos que la CIA considera como "ultra sensibles". Personal de la Agencia insiste en que se trataría de documentos confidenciales, internos y privilegiados a los que los funcionarios del Senado no deberían haber tenido acceso.
Posteriormente, como parte de su esfuerzo para descubrir qué pasos estaban dando los investigadores del Senado, los propios agentes de la CIA pudieron haber espiado los ordenadores del Congreso, algo que en ningún caso ha llegado a confirmarse.
El borrador del informe de la comisión del Senado, que estaría compuesto por cerca de 6.000 páginas, concluye que hay pocas evidencias de que las llamadas "técnicas mejoradas de interrogatorio" --autorizadas en 2002 y aplicadas en las cárceles de Guantánamo y Abu Ghraib-- ayudaran a conseguir avances en la lucha antiterrorista. El informe, sin embargo, sigue siendo altamente clasificado.
El presidente del de la Comisión de Fuerzas Armadas del Senado, el demócrata Carl Levin, ha dicho en un comunicado que "si, como se alega en los medios, la CIA accede sin permiso a una red informática utilizada por un comité del Senado, sería un asunto muy grave". En este sentido, ha insistido en que podría suponer un impedimento para llevar a cabo tareas de supervisión constitucional.
Por su parte, el director de la CIA, John Brennan, ha afirmado estar "profundamente consternado de que algunos miembros del Senado hayan decidido hacer acusaciones falsas sobre las acciones de la CIA".
Por ello, ha pedido que hasta que termine la investigación se abstengan de hacer declaraciones que hacen un "flaco favor" a las relaciones que deben mantener funcionarios de Inteligencia y supervisores del Congreso.