Disfonías: ¿cómo cuidar la voz?

Madrid, EP
Para cantantes, periodistas, actores, profesores o comerciales la voz es una herramienta de trabajo. En estas profesiones sus cuidados son más necesarios pero en el día a día utilizar bien la voz al hablar es una asignatura pendiente para gran parte de la población.


Según explica a Infosalus Secundino Fernández, otorrinolaringólogo de la Clínica Universidad de Navarra y presidente de la comisión de Voz y Foniatría de la Sociedad Española de Otorrinolaringología, los trastornos de la voz son muy frecuentes ya que hasta un 5% de la población general consulta al médico por alguna alteración de este tipo.

Las afecciones que más afectan a la voz son las laringitis y las lesiones por abuso o mal uso de la voz que dan lugar a la aparición de lesiones benignas denominadas nódulos. El tratamiento o rehabilitación suele tener buenos resultados y se define según el uso que la persona haga de su voz en relación a su profesión.

La disfonía hace referencia a un trastorno en el que la voz tiene un componente aéreo, resulta rasposa o existe ronquera y se puede oír el aire al hablar. Otras características según el especialista inciden en la reducción de la gama de frecuencias de la voz, que se vuelve muy grave o monótona al no presentar cambios. La existencia de un tiempo de emisión de voz limitado o su volumen escaso son otros de los rasgos que pueden presentarse.

El doctor Fernández añade que nadie nos enseña a hablar de forma correcta ni cuando somos pequeños ni cuando debemos emplear la voz en el trabajo. Así, el especialista señala que en el curriculum de las profesiones en las que hay que emplear la voz se debería incluir un apartado dedicado a la técnica vocal y cómo emplear el aparato fonatorio. En la mayoría de personas un uso inadecuado de la voz durante la vida puede tener consecuencias con el paso de los años.

Las causas de estas disfonías pueden estar pues en este mal uso de la voz pero también en trastornos digestivos como el reflujo que irritan la garganta y que no suele relacionarse sin embargo con la voz. Además, el doctor señala que el ambiente también juega un importante papel ya que las calefacciones y aires acondicionados resecan e inciden así en la faringolaringe. Por último, el tabaco es el irritante químico más común y puede ocasionar lesiones premalignas que promueven el desarrollo del cáncer.

Los más vulnerables

Las mujeres y los niños son los dos grupos de población con más riesgo de sufrir disfonías por las características físicas de sus órganos de fonación, entre los que se encuentran las cuerdas vocales y la laringe, que en las mujeres es más pequeña que en los hombres y en los niños más delicada.

Entre el 30% y el 40% de los niños en edad escolar puede desarrollar disfonía, sobre todo por el desarrollo de nódulos benignos en las cuerdas vocales derivados de una forma incorrecta de hablar.

El desarrollo de nódulos es casi exclusivo de mujeres y niños y en algunos casos un tratamiento de logopedia o foniatría será suficiente para superar el problema, que en los casos más graves requiere una operación quirúrgica.

Es importante, señala el doctor, que si existe algún tipo de disfonía recurrente acuda al especialista ya que una lesión menor no tratada puede afectar a áreas cercanas y provocar más lesiones e incrementar la gravedad de la dolencia y que se convierta en crónica.

En los hombres es muy poco común el desarrollo de nódulos pero sí son más frecuentes los pólipos derivados de pequeños traumatismos por un abuso o mal uso de la voz que dan lugar a hemorragias reducidas. Estas lesiones son, como los nódulos, habitualmente benignas pero por sus características sí requieren de una operación.

Hablar de forma correcta

El cuidado de nuestra voz pasa por hablar de forma correcta y no forzar nuestro aparato foniátrico. El doctor Fernández ofrece a Infosalus los siguientes consejos para que nuestra voz no sufra por nuestros excesos o simplemente por desconocer cómo la perjudicamos:

1. Utilizar bien el aire: para ello debemos conseguir un ritmo respiratorio adecuado y no tensar los músculos del cuello sino emplear sobretodo los del diafragma.

2. Evitar hablar con voz residual, como cuando nos falta el aire y seguimos hablando.

3. Relajar los músculos del cuello, la mandíbula y la cara.

4. No correr al hablar o hablar demasiado deprisa.

5. Evitar el ruido ambiente: no es bueno forzar la voz para intentar sobresalir de ese ruido exterior que se puede producir cuando vamos en coche, estamos en una cafetería o en un bar.

6. No hablar por encima de nuestras posibilidades: los mayores tienen que controlar la respiración al hablar y quienes padezcan cualquier tipo de afección respiratoria tienen que controlar su voz y cómo la emplean al hablar.

7. Realizar una correcta hidratación a través del consumo de agua frecuente que evite la sequedad de las estructuras físicas que intervienen en la voz.

8. Evitar los ambientes secos y mantener la humedad suficiente en los espacios en los que pasemos más tiempo y posean equipos de aclimatación como calefactores y aires acondicionados.

9. Hay que evitar que toser o carraspear se conviertan en hábitos, así como forzar la voz.

10. Cuando existe disfonía durante más de 10 días o incluso 2 semanas hay que acudir al otorrinolaringólogo.

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