Crimea se juega su futuro en referéndum de anexión a Rusia que intensificaría crisis diplomática

Simferopol, AFP
Un millón y medio de electores de la península ucraniana de Crimea empezaron este domingo a votar en un referéndum sobre la anexión de este territorio a Rusia, una consulta con apoyo de Moscú pero considerada ilegal por los países occidentales.
“Es un momento histórico, todo el mundo será feliz”, dijo a la prensa el primer ministro prorruso de Crimea, Serguei Axionov, tras votar en la capital Simferopol. “Empieza una nueva era”, afirmó.


Los habitantes de esta región del sur de Ucrania, donde siguen desplegadas fuerzas y milicias prorrusas, deben decidir entre unirse a la Federación Rusa o seguir en Ucrania con mayor autonomía.

Según todos los pronósticos el resultado será favorable a la anexión. Los colegios electorales cerrarán a las 20h00 (18H00 GMT) y los resultados definitivos se anunciarán el lunes por la mañana, indicó el presidente de la comisión electoral, aunque este domingo se conocerán las estimaciones.

Varias personas mayores empezaron a votar a primer hora. “Todo será más fácil. Estoy completamente a favor de Rusia“, dice Raisa, una rusa de 77 años.

En Sebastopol, que alberga la flota rusa en el Mar Negro desde hace más de 200 años, Aleftina Klimova, nacida en Rusia, no pudo dormir. “Me esperaba que Estados Unidos, Francia, todos ellos, estuvieran en contra. Temía por [el presidente ruso Vladimir] Putin. No he dormido en toda la noche, he esperado el momento y todo se desarrolla como quería”, relató.

“Todo el mundo votará por Rusia”

En Bajchisarai, la principal ciudad de la comunidad musulmana tártara de Crimea, cuyos líderes pidieron boicotear el referéndum, los periodistas de la AFP vieron que solo los ucranianos de origen ruso se desplazaban para votar.

“Hemos esperado este momento desde hace años”, dijo el septuagenario Ivan Konstantinovih, y levantó los brazos en señal de victoria después de votar. “Todo el mundo votará por Rusia”, afirmó.

Crimea fue históricamente parte de Rusia hasta que la Unión Soviética la cedió a Ucrania en 1954, por decisión de Nikita Jrushchov. Sin embargo, Moscú mantuvo en el puerto crimeo de Sebastopol la base de su flota en el Mar Negro.

La población es en su mayoría rusófona y favorable a la anexión. Al contrario, las minorías ucraniana y tártara, que representan el 37% de la población, pidieron boicotear el referéndum.

Los electores deben optar entre “la reunificación con Rusia como miembro de la Federación Rusa” o la vuelta a un estatuto de 1992, que nunca fue aplicado, que da una autonomía más amplia a la región.

La opción de mantener el estatus actual dentro de Ucrania no forma parte de las opciones.

“Ilegal” y “anticonstitucional”

El gobierno ucraniano no ha cesado de repetir que se trata de un referéndum “ilegal” y “anticonstitucional” pero no tiene medios para oponerse a él.

Tras la destitución del presidente prorruso Viktor Yanukovich el 22 de febrero y la llegada a Kiev de un un nuevo gobierno prooccidental, civiles armados prorrusos, con apoyo de militares de Moscú, tomaron el control de Crimea.

Los militares, que llegaron desde la base marítima rusa de Sebastopol, en el sur de la península y también desde territorio ruso, controlan los puntos estratégicos y asedian las bases militares, donde siguen estacionadas las tropas leales a Kiev.

Los países occidentales han calificado de “ilegítimo” el referéndum, entre ellos el secretario de Estado norteamericano John Kerry, porque se lleva a cabo en un territorio ocupado por un ejército extranjero. También advirtieron que el resultado no será reconocido a nivel internacional y que la Unión Europea y Estados Unidos están dispuestos a aplicar sanciones a Rusia.

El pulso entre Moscú y Washington se ha convertido en la crisis diplomática más grave entre rusos y Occidentales desde la desaparición de la Unión Soviética en 1991 y podría afectar a largo plazo las relaciones entre estas dos grandes potencias.

La crisis también ha reavivado el separatismo en las zonas rusófonas e industriales del este de Ucrania. La concentración de tropas rusas en la frontera hace temer además a las autoridades que Rusia decida finalmente invadir el país.

Las autoridades de Simferopol indicaron que si gana la anexión a Rusia la pedirán oficialmente la semana que viene a Moscú.

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