Ayhan impulsa y Huntelaar golpea en la victoria del Schalke
Gelsenkirchen, As
De justicia sería destacar a Klaas Jan Huntelaar en la victoria del Schalke sobre el Augsburgo después de marcar los dos goles de la victoria, pero inadecuado sería no ensalzar el cambio de imagen que dio Kaan Ayhan. El joven turco, que hasta esta noche había disputado 75 minutos en la Bundelsiga, liberó a Boateng y Draxler tras el descanso para cerrar la remontada y amarrar más fuerte los puestos de Champions.
La otra cara de la moneda fue Hoogland. El lateral regaló el tanto al Augsburgo a los cinco minutos de juego y se mostró impreciso siempre que intervino. Cristiano y Bale puede hacen sangre si Jens Keller decide sacar a los menos habituales en el Santiago Bernabéu.
El encantador paseo del Schalke 04 por la Champions League está cerca de terminar en los octavos de final por culpa del contundente triunfo del Real Madrid en el Veltins-Arena (1-6) y ahora los jugadores de Keller no pueden despistarse en la competición doméstica si el año que viene quieren regresar a la élite del fútbol continental.
Por las pocas esperanzas en Europa y por la necesidad de sumar en la Bundesliga, el exportero y ahora entrenador tuvo que apelar a ocho jugadores de los que salieron ante el equipo de Ancelotti para plantar cara al Augsburgo, uno de los crecientes a las puertas de los puestos de Liga de Campeones.
Peor no pudieron empezar las cosas para el Schalke 04 que antes de los cinco minutos de partido ejemplificó el caos defensivo en el que vive instaurado esta temporada. Un saque de puerta del Augsburgo bastó para desnudar a Hoogland, que cedió mal a su portero y dejó en bandeja el tanto a Tobias Werner.
El Schalke se sacudió del aturdimiento a la media de hora de juego. Hasta entonces su creatividad fue nula y para colmo la defensa se solidarizó con Hoogland y siguió dando facilidades a los delanteros rivales. Pero pasada la media hora el conjunto de Gelsenkirchen sacó a relucir su pegada para empatar al primer intento. Un lanzamiento seco desde lejos de Kevin-Prince Boateng no fue atajado por Manninger y Huntelaar hizo honor a su apodo para cazar en aguas revueltas.
Ayhan, la pieza que propulsó al Schalke
El rival del Real Madrid apenas sudó para encontrar el empate, pero siguió anhelando el talento de futbolistas como Draxler. A Jens Keller se le revolvían las tripas en el banquillo con la abstracción de su mayor promesa y recompuso al equipo con tan solo un cambio de fichas. Probó con la entrada de Kaan Ayhan y le salió como la fórmula de la Coca-Cola. El joven turco se enfundó el mono de obra desde el centro del campo y liberó a Boateng, que avanzó unos metros, y Draxler. Y a los tres minutos de la reanudación encontró el premio. Ayhan movió al equipo en una contra que finalizó con un centro de Kolasinac al corazón del área que Huntelaar no desaprovechó.
Los papeles se invirtieron y el Augsburgo intentó retomar el mando que consiguió en la primera mitad con un cambio de delanteros (Milik por Bobadilla) porque el trabajo del Schalke en el centro del campo hacia adelante descargó a su defensa, y eso supuso un gran favor después de lo visto en el primer acto.
El Augsburgo arrinconó al Schalke en los últimos minutos pero siempre apareció una pierna rival para terminar con el peligro. El equipo minero sacó adelante una de sus nueve finales y se aúpa a la tercera plaza en la tabla con un partido más que el Bayer Leverkusen.
De justicia sería destacar a Klaas Jan Huntelaar en la victoria del Schalke sobre el Augsburgo después de marcar los dos goles de la victoria, pero inadecuado sería no ensalzar el cambio de imagen que dio Kaan Ayhan. El joven turco, que hasta esta noche había disputado 75 minutos en la Bundelsiga, liberó a Boateng y Draxler tras el descanso para cerrar la remontada y amarrar más fuerte los puestos de Champions.
La otra cara de la moneda fue Hoogland. El lateral regaló el tanto al Augsburgo a los cinco minutos de juego y se mostró impreciso siempre que intervino. Cristiano y Bale puede hacen sangre si Jens Keller decide sacar a los menos habituales en el Santiago Bernabéu.
El encantador paseo del Schalke 04 por la Champions League está cerca de terminar en los octavos de final por culpa del contundente triunfo del Real Madrid en el Veltins-Arena (1-6) y ahora los jugadores de Keller no pueden despistarse en la competición doméstica si el año que viene quieren regresar a la élite del fútbol continental.
Por las pocas esperanzas en Europa y por la necesidad de sumar en la Bundesliga, el exportero y ahora entrenador tuvo que apelar a ocho jugadores de los que salieron ante el equipo de Ancelotti para plantar cara al Augsburgo, uno de los crecientes a las puertas de los puestos de Liga de Campeones.
Peor no pudieron empezar las cosas para el Schalke 04 que antes de los cinco minutos de partido ejemplificó el caos defensivo en el que vive instaurado esta temporada. Un saque de puerta del Augsburgo bastó para desnudar a Hoogland, que cedió mal a su portero y dejó en bandeja el tanto a Tobias Werner.
El Schalke se sacudió del aturdimiento a la media de hora de juego. Hasta entonces su creatividad fue nula y para colmo la defensa se solidarizó con Hoogland y siguió dando facilidades a los delanteros rivales. Pero pasada la media hora el conjunto de Gelsenkirchen sacó a relucir su pegada para empatar al primer intento. Un lanzamiento seco desde lejos de Kevin-Prince Boateng no fue atajado por Manninger y Huntelaar hizo honor a su apodo para cazar en aguas revueltas.
Ayhan, la pieza que propulsó al Schalke
El rival del Real Madrid apenas sudó para encontrar el empate, pero siguió anhelando el talento de futbolistas como Draxler. A Jens Keller se le revolvían las tripas en el banquillo con la abstracción de su mayor promesa y recompuso al equipo con tan solo un cambio de fichas. Probó con la entrada de Kaan Ayhan y le salió como la fórmula de la Coca-Cola. El joven turco se enfundó el mono de obra desde el centro del campo y liberó a Boateng, que avanzó unos metros, y Draxler. Y a los tres minutos de la reanudación encontró el premio. Ayhan movió al equipo en una contra que finalizó con un centro de Kolasinac al corazón del área que Huntelaar no desaprovechó.
Los papeles se invirtieron y el Augsburgo intentó retomar el mando que consiguió en la primera mitad con un cambio de delanteros (Milik por Bobadilla) porque el trabajo del Schalke en el centro del campo hacia adelante descargó a su defensa, y eso supuso un gran favor después de lo visto en el primer acto.
El Augsburgo arrinconó al Schalke en los últimos minutos pero siempre apareció una pierna rival para terminar con el peligro. El equipo minero sacó adelante una de sus nueve finales y se aúpa a la tercera plaza en la tabla con un partido más que el Bayer Leverkusen.