Asesinan a alcalde en estado mexicano de Michoacán
México, AP
Un alcalde de Michoacán, un estado en el occidente de México que se ha visto asolado por la violencia de grupos del crimen organizado, fue abatido el sábado frente a su domicilio por personas no identificadas que le dispararon al menos 18 tiros con tres armas de fuego diferentes.
La Procuraduría General de Justicia de Michoacán informó en un comunicado que el atentado contra Gustavo Garibay García, presidente municipal de Tanhuato, ocurrió a primera hora del sábado y en el lugar se encontraron además de los cartuchos percutidos, una camioneta de seguridad pública que presentaba impactos de bala.
Garibay, miembro del Partido de Acción Nacional (PAN), ya había sufrido otro atentado en octubre de 2012 del que salió con vida aunque tuvo que ser intervenido quirúrgicamente. En febrero de este año asesinaron a su secretario general, José Pedro Córdoba Aguirre.
Tras el primer atentado contra Garibay, el entonces presidente Felipe Calderón, con el que tenía cercanía personal además de política, le mostró todo su apoyo y se comprometió a pedir a su sucesor, Enrique Peña Nieto, del Partido Revolucionario Institucional (PRI), más ayuda para los alcaldes michoacanos.
La zona donde tuvo lugar el atentado es limítrofe con el estado de Jalisco, un área que se disputa el cártel de los Caballeros Templarios y el de Jalisco Nueva Generación y donde se han encontrado diversas fosas comunes.
En la misma región, en noviembre de 2011, días antes de las elecciones en Michoacán, fue asesinado el alcalde de La Piedad, Ricardo Guzmán, también del PAN.
El presidente del partido, Gustavo Madero, condenó el atentado contra Garibay en un comunicado en el que lamentó que "no se brinde una mínima seguridad" ni se den "garantías" a los funcionarios electos para hacer su trabajo de forma segura en un estado, actualmente gobernado por el PRI, "donde el gobierno no existe".
Michoacán lleva más de un año inmerso en una fuerte violencia y es el escenario donde se levantaron en armas grupos de civiles, llamados autodefensas, que ahora trabajan junto con el gobierno federal en contra del cártel de los Caballeros Templarios.
Un alcalde de Michoacán, un estado en el occidente de México que se ha visto asolado por la violencia de grupos del crimen organizado, fue abatido el sábado frente a su domicilio por personas no identificadas que le dispararon al menos 18 tiros con tres armas de fuego diferentes.
La Procuraduría General de Justicia de Michoacán informó en un comunicado que el atentado contra Gustavo Garibay García, presidente municipal de Tanhuato, ocurrió a primera hora del sábado y en el lugar se encontraron además de los cartuchos percutidos, una camioneta de seguridad pública que presentaba impactos de bala.
Garibay, miembro del Partido de Acción Nacional (PAN), ya había sufrido otro atentado en octubre de 2012 del que salió con vida aunque tuvo que ser intervenido quirúrgicamente. En febrero de este año asesinaron a su secretario general, José Pedro Córdoba Aguirre.
Tras el primer atentado contra Garibay, el entonces presidente Felipe Calderón, con el que tenía cercanía personal además de política, le mostró todo su apoyo y se comprometió a pedir a su sucesor, Enrique Peña Nieto, del Partido Revolucionario Institucional (PRI), más ayuda para los alcaldes michoacanos.
La zona donde tuvo lugar el atentado es limítrofe con el estado de Jalisco, un área que se disputa el cártel de los Caballeros Templarios y el de Jalisco Nueva Generación y donde se han encontrado diversas fosas comunes.
En la misma región, en noviembre de 2011, días antes de las elecciones en Michoacán, fue asesinado el alcalde de La Piedad, Ricardo Guzmán, también del PAN.
El presidente del partido, Gustavo Madero, condenó el atentado contra Garibay en un comunicado en el que lamentó que "no se brinde una mínima seguridad" ni se den "garantías" a los funcionarios electos para hacer su trabajo de forma segura en un estado, actualmente gobernado por el PRI, "donde el gobierno no existe".
Michoacán lleva más de un año inmerso en una fuerte violencia y es el escenario donde se levantaron en armas grupos de civiles, llamados autodefensas, que ahora trabajan junto con el gobierno federal en contra del cártel de los Caballeros Templarios.