Amnistía denuncia que el Ejército utiliza el hambre como arma de guerra
Madrid, EP
Amnistía Internacional ha denunciado este lunes que el Ejército sirio está utilizando el hambre como arma de guerra contra los habitantes del campo de refugiados palestinos de Yarmuk, al sur de Damasco, que se encuentra bajo un "brutal" asedio de las fuerzas gubernamentales desde julio de 2013, cuando dejaron de entrar alimentos y suministros médicos a la zona.
"Las fuerzas sirias cometen crímenes de guerra al usar el hambre de la población civil como arma de guerra. Los espeluznantes relatos de familias que han tenido que comerse gatos y perros y de civiles atacados por francotiradores mientras buscan alimentos se han convertido en algo cotidiano en el horror que se vive en Yarmuk", ha manifestado el director del Programa de Amnistía Internacional para Oriente Próximo y el Norte de África, Philip Luther.
En concreto, AI denuncia que casi 200 personas han muerto en Yarmuk desde que se endureció el sitio impuesto al campo de refugiados. De los fallecidos, 128 han muerto por inanición, mientras que al menos el 60 por ciento de la población sufre malnutrición, según el informe de Amnistía 'Exprimiendo la vida en Yarmuk: Crímenes de guerra contra los civiles bajo asedio'. El documento ha sido publicado en vísperas del tercer aniversario de la crisis en Siria.
"La vida en Yarmuk se ha ido haciendo cada vez más insoportable para una población civil desesperada que pasa hambre y se encuentra atrapada en una espiral de sufrimiento de la que no puede escapar", ha denunciado Luther. "La población civil de Yarmuk está siendo manipulada como una marioneta en un juego mortífero sobre el que no tiene ningún control", ha añadido.
El informe pone de relieve que las fuerzas gubernamentales y sus aliados han lanzado repetidos ataques contra Yarmuk, incluidos ataques aéreos y bombardeos con armamento pesado sobre edificios civiles, como escuelas, hospitales y una mezquita. Algunas de las zonas atacadas han servido de refugio a desplazados internos. También han sido objeto de estos ataques médicos y personal sanitario, denuncia Amnistía.
"Lanzar ataques indiscriminados sobre zonas civiles y provocar muertes y lesiones constituye un crimen de guerra. Atacar reiteradamente una zona densamente poblada de la que la población civil no puede escapar demuestra una actitud despiadada y un desprecio cruel de los principios más elementales del derecho internacional humanitario", ha señalado Philip Luther.
Los habitantes de Yarmuk han explicado a Amnistía Internacional que llevan muchos meses sin comer fruta o verdura y los precios se han disparado, y un kilo de arroz puede costar hasta 100 dólares. Tampoco hay suministro eléctrico desde abril de 2013.
Se han dado casos de mujeres muertas durante el parto, de complicaciones por la ingesta de carne de perro o de plantas no comestibles o venenosas. Los hospitales se han quedado incluso sin los suministros médicos más básicos y cuando los centros no se han visto obligados a cerrar, han sido objeto de ataques y robos de material por parte de los grupos armados insurgentes.
"El asedio a Yarmuk constituye un castigo colectivo a la población civil que no se merece el sufrimiento que se ve obligada a soportar. El gobierno sirio debe poner fin al asedio de inmediato y permitir a las organizaciones humanitarias acceso sin restricciones para ayudar a la población civil", ha manifestado Luther.
Por todo ello, Amnistía pide que se ponga a disposición de la justicia a toda persona que presuntamente haya cometido u ordenado que se cometan crímenes de guerra o crímenes de lesa Humanidad, incluso remitiendo la situación de Siria a la fiscal del Tribunal Penal Internacional (TPI).
INTENTOS DE ROMPER EL BLOQUEO
Desde enero de este año, la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos en Oriente Próximo (UNRWA) ha intentado aliviar la situación en Yarmuk con la entrega de ayuda humanitaria, pero la escasa ayuda que ha llegado es "insuficiente" para cubrir las necesidades básicas de la población, según Amnistía.
La propia UNRWA ha informado este lunes de que ha tenido que interrumpir los envíos de ayuda humanitaria debido a los enfrentamientos y los bombardeos. "Las hostilidades activas han impedido a la UNRWA durante nueve días consecutivos distribuir ayuda humanitaria en Yarmuk", ha explicado un portavoz de la agencia de la ONU, Christopher Gunness.
"Las muertes se acrecientan en Yarmuk y la situación es desesperada. Resulta escandaloso pensar que, en muchos casos, se habrían podido salvar vidas si se hubiese dispuesto de una atención médica adecuada", ha señalado Luther, de Amnistía Internacional.
Amnistía Internacional ha denunciado este lunes que el Ejército sirio está utilizando el hambre como arma de guerra contra los habitantes del campo de refugiados palestinos de Yarmuk, al sur de Damasco, que se encuentra bajo un "brutal" asedio de las fuerzas gubernamentales desde julio de 2013, cuando dejaron de entrar alimentos y suministros médicos a la zona.
"Las fuerzas sirias cometen crímenes de guerra al usar el hambre de la población civil como arma de guerra. Los espeluznantes relatos de familias que han tenido que comerse gatos y perros y de civiles atacados por francotiradores mientras buscan alimentos se han convertido en algo cotidiano en el horror que se vive en Yarmuk", ha manifestado el director del Programa de Amnistía Internacional para Oriente Próximo y el Norte de África, Philip Luther.
En concreto, AI denuncia que casi 200 personas han muerto en Yarmuk desde que se endureció el sitio impuesto al campo de refugiados. De los fallecidos, 128 han muerto por inanición, mientras que al menos el 60 por ciento de la población sufre malnutrición, según el informe de Amnistía 'Exprimiendo la vida en Yarmuk: Crímenes de guerra contra los civiles bajo asedio'. El documento ha sido publicado en vísperas del tercer aniversario de la crisis en Siria.
"La vida en Yarmuk se ha ido haciendo cada vez más insoportable para una población civil desesperada que pasa hambre y se encuentra atrapada en una espiral de sufrimiento de la que no puede escapar", ha denunciado Luther. "La población civil de Yarmuk está siendo manipulada como una marioneta en un juego mortífero sobre el que no tiene ningún control", ha añadido.
El informe pone de relieve que las fuerzas gubernamentales y sus aliados han lanzado repetidos ataques contra Yarmuk, incluidos ataques aéreos y bombardeos con armamento pesado sobre edificios civiles, como escuelas, hospitales y una mezquita. Algunas de las zonas atacadas han servido de refugio a desplazados internos. También han sido objeto de estos ataques médicos y personal sanitario, denuncia Amnistía.
"Lanzar ataques indiscriminados sobre zonas civiles y provocar muertes y lesiones constituye un crimen de guerra. Atacar reiteradamente una zona densamente poblada de la que la población civil no puede escapar demuestra una actitud despiadada y un desprecio cruel de los principios más elementales del derecho internacional humanitario", ha señalado Philip Luther.
Los habitantes de Yarmuk han explicado a Amnistía Internacional que llevan muchos meses sin comer fruta o verdura y los precios se han disparado, y un kilo de arroz puede costar hasta 100 dólares. Tampoco hay suministro eléctrico desde abril de 2013.
Se han dado casos de mujeres muertas durante el parto, de complicaciones por la ingesta de carne de perro o de plantas no comestibles o venenosas. Los hospitales se han quedado incluso sin los suministros médicos más básicos y cuando los centros no se han visto obligados a cerrar, han sido objeto de ataques y robos de material por parte de los grupos armados insurgentes.
"El asedio a Yarmuk constituye un castigo colectivo a la población civil que no se merece el sufrimiento que se ve obligada a soportar. El gobierno sirio debe poner fin al asedio de inmediato y permitir a las organizaciones humanitarias acceso sin restricciones para ayudar a la población civil", ha manifestado Luther.
Por todo ello, Amnistía pide que se ponga a disposición de la justicia a toda persona que presuntamente haya cometido u ordenado que se cometan crímenes de guerra o crímenes de lesa Humanidad, incluso remitiendo la situación de Siria a la fiscal del Tribunal Penal Internacional (TPI).
INTENTOS DE ROMPER EL BLOQUEO
Desde enero de este año, la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos en Oriente Próximo (UNRWA) ha intentado aliviar la situación en Yarmuk con la entrega de ayuda humanitaria, pero la escasa ayuda que ha llegado es "insuficiente" para cubrir las necesidades básicas de la población, según Amnistía.
La propia UNRWA ha informado este lunes de que ha tenido que interrumpir los envíos de ayuda humanitaria debido a los enfrentamientos y los bombardeos. "Las hostilidades activas han impedido a la UNRWA durante nueve días consecutivos distribuir ayuda humanitaria en Yarmuk", ha explicado un portavoz de la agencia de la ONU, Christopher Gunness.
"Las muertes se acrecientan en Yarmuk y la situación es desesperada. Resulta escandaloso pensar que, en muchos casos, se habrían podido salvar vidas si se hubiese dispuesto de una atención médica adecuada", ha señalado Luther, de Amnistía Internacional.