Otros 32 implicados por fraude al fingir traumas tras el 11-S

Washington, EP
Los fiscales de Nueva York han anunciado que otros 32 personas han sido acusadas de participar en un multimillonario fraude a la seguridad social por fingir traumas tras los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001. Hasta la fecha, más de cien personas, entre ellas 72 policías y ocho bomberos retirados, estaban implicados.


"Han sido acusadas de inventarse una serie de condiciones psiquiátricas con el objetivo de obtener fraudulentamente el seguro de discapacidad del Seguro Social, reservada para aquellos que verdaderamente lo necesitan", ha denunciado el fiscal de distrito de Manhattan, Cyrus Vance, a través de un comunicado.

"Estos demandados son acusados de jugar con el sistema al mentir sobre su estilo de vida, incluyendo su capacidad para trabajar, conducir, manejar el dinero, comprar y relacionarse, para poder obtener beneficios a los que no tenían derecho", ha añadido el fiscal, en unas declaraciones que recoge la cadena estadounidense CNN.

El escándalo estalló por primera vez en enero, cuando se anunciaron las acusaciones de 106 personas --la cifra ascendería ahora a 138--. En aquel momento, las autoridades estimaban que los acusados podrían haber defraudado un total de 400 millones de dólares (unos 294 millones de euros) de los fondos públicos.

Dieciséis de los nuevos acusados también cobraban pensiones como jubilados del Departamento de Policía de Nueva York; otros cuatro del Departamento de Bomberos de la misma ciudad. Sin embargo, los seis primeros en declarar han asegurado que son inocentes de estos delitos.
UNA DOBLE VIDA

Según los medios estadounidenses, los acusados "tenían unos estilos de vida que contradecían las declaraciones realizadas para obtener las ayudas". De hecho, mientras afirmaban que rara vez salían de casa y que tenían relaciones sociales limitadas, hubo solicitantes que llegaron a conducir un helicóptero, montar en una moto de agua o abrir una escuela de artes marciales.

De la misma forma, la mayoría de los demandantes de ayudas afirmaron que no podían usar el ordenador, sin embargo, los informes ponen de manifiesto que muchos tenían perfiles abiertos en redes sociales como Facebook y Twitter o canales de vídeos en YouTube, donde subían alguna de las imágenes que les delataban.

Cuatro de los hombres están acusados de planear el supuesto fraude y de dar consejos a quienes reclamaban los beneficios sobre cómo fingir problemas psicológicos (algo que venían haciendo desde 1988), a cambio de una suma de dinero que podría alcanzar hasta los 50.000 dólares (cerca de 37.000 euros). Se trata de Raymond Lavallee, abogado de 83 años; Thomas Hale, 89; Joseph Esposito, 64; y John Minerva, 61.

El comisionado de Policía de Nueva York , William J. Bratton, afirmó cuando salió a la luz estos hechos que los exagentes acusados "han deshonrado a todos los que fallecieron durante los esfuerzos de búsqueda y rescate del 11 de septiembre de 2001, explotando su participación en el trágico día para beneficio personal".

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