La ruptura de negociaciones amenaza la ampliación del canal de Panamá

Madrid, AFP
La ruptura de las negociaciones, anunciada este miércoles, entre Sacyr y la Autoridad del Canal de Panamá por el sobrecoste de la ampliación del canal, amenaza una de las mayores obras civiles del mundo, y la empresa española augura años de litigio en los tribunales.
Cien años después de su inauguración, el canal, por el que navega el 5% del comercio marítimo mundial, tiene difícil terminar su tercer juego de esclusas de aquí a 2015 como estaba previsto, debido a la lentitud con que avanzan las obras desde hace semanas a la espera de una solución al conflicto.
Una solución que debería haber llegado el martes, fecha límite para las negociaciones entre la Autoridad del Canal de Panamá (ACP) y el Grupo Unidos por el Canal (GUPC), el consorcio internacional encargado de las obras y liderado por el español Sacyr.

Sin embargo, este último comunicó este miércoles la sorpresiva ruptura de las negociaciones, pese a que el lunes, el presidente del país, Ricardo Martinelli, había afirmado que las partes estaban "cerca" de llegar a un acuerdo.
"La noticia es inesperada", admitió este miércoles el vicepresidente de la Comisión Europea, Antonio Tajani, en un comunicado.
"Confío y espero que ambas partes reconsideren sus posiciones en los próximos días ya que una interrupción de las obras sería una mala noticia para el empleo, la economía global, la ampliación del canal y las partes mismas", añadió.
También la ministra de Fomento (obras públicas) española, Ana Pastor, aseguró que "hemos pedido a las partes que lleguen a acuerdos porque está en juego una gran infraestructura que repercute en la economía no solo de allá, de Panamá, sino de todo el mundo".
Sacyr asegura que el consorcio "sigue buscando una solución de financiamiento para terminar el proyecto y las obras en 2015", y achaca el fracaso de las negociaciones a la ACP.
"La ruptura de las negociaciones pone la expansión del Canal de Panamá y hasta 10.000 puestos de trabajo en riesgo inminente", afirma Sacyr.
"Sin una solución inmediata, Panamá y ACP enfrentarán años de disputas ante los tribunales nacionales e internacionales sobre los pasos que han llevado el proyecto al borde del fracaso", advirtió el grupo español, cuyas acciones caían un 6,11% a 3,37 euros en la Bolsa de Madrid a las 14h07 GMT.
En el origen del conflicto figura una factura mucho más cara de lo previsto inicialmente: el consorcio reclama 1.600 millones de dólares (1.200 millones de euros) más para cubrir sobrecostes debido a "condiciones geológicas imprevistas".
Tal cantidad "es una carga de tal magnitud que ningún contratista o empresa privada puede soportarla por sí misma", asegura GUPC, que integran también la italiana Salini-Impregilo, la belga Jan De Nul y la panameña Constructora Urbana.
El consorcio ya había amenazado a finales de diciembre con suspender los trabajos en caso de que no se pagara esa cantidad, que supone la mitad del contrato inicial fijado en 3.200 millones de dólares.
El grupo de empresas propone compartir "la carga del financiamiento hasta la terminación del proyecto a través de un cofinanciamiento 50%-50%" y después "un tribunal internacional de arbitraje decidirá quién se hace responsable de los sobrecostes adicionales y quién debe pagar por ellos".
"Nosotros estamos luchando hasta el último momento porque estamos convencidos que nuestra oferta es la mejor", aseguró el presidente de Sacyr, Manuel Manrique, a la radio pública española, asegurando que a última hora del martes "enviamos una carta a la ACP pidiendo la reconsideración de la situación y estamos esperando su contestación".
"Es injusto e imposible para ACP y Panamá esperar que las empresas privadas financien por sí mismas 1.600 millones en costos en un proyecto que debería ser financiado en su totalidad por la ACP", afirma el consorcio.
La obra, que el grupo asegura haber concluido en un 70%, acumula un retraso de nueve meses, sin contar los reveses de estas últimas semanas. Los constructores consideran, según una estimación de la aseguradora Zurich, la conclusión del proyecto se retrasaría entre tres y cinco años si no hay acuerdo.
El canal de Panamá, de 80 km, fue inaugurado en 1914 y explotado por Estados Unidos hasta su devolución a Panamá en 1999.
Su ampliación permitirá el paso de buques de más de 12.000 contenedores, tres veces mayor de lo que admite actualmente.

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