El Vaticano pide paciencia
Roma pide que no se meta “prisa al Papa” para acometer las reformas
El informe sobre pederastia levanta ampollas
Pablo Ordaz
Roma, El País
El informe de la ONU sobre la pederastia ha sentado en el Vaticano como un tiro. A quemarropa. De puertas para afuera, los portavoces autorizados del Vaticano consideran que el informe que acusa a la Iglesia de encubrir los abusos a menores cometidos por sacerdotes es exagerado, redactado con ojeriza y sin tener en cuenta los esfuerzos que, desde el final del pontificado de Benedicto XVI para acá, se han venido haciendo. De puertas para adentro, lo consideran, además, injusto. “Joseph Ratzinger y Jorge Mario Bergoglio”, explica un alto prelado, “han sido los primeros papas que han afrontado con valentía un problema viejo y doloroso. No es del todo justo que la ONU, en vez de entenderlos y ayudarlos, los ataque de este modo”.
Un ataque. Un jarro de agua helada en un momento en que el Vaticano, después del escándalo provocado por el robo y la filtración de los papeles secretos de Benedicto XVI, vivía un momento de gloria mundial gracias al carisma del papa Francisco, quien —recuerdan en el Vaticano— hace unas semanas ordenó crear un grupo de trabajo para afrontar, también en relación con los abusos, la reestructuración de la Iglesia. “El diario L’Osservatore romano”, subraya el prelado, “dedicó una portada a la iniciativa del Papa dejando claro a los católicos que hay que estar siempre del lado de los niños, protegiéndolos frente a cualquiera, sacerdote o no, que intente abusar de ellos. ¿Cómo vamos a querer ocultar un problema si le dedicamos la portada de nuestro medio de difusión por excelencia? Yo creo que si el Papa no ha hablado hasta ahora sobre el informe de la ONU es porque va a contestar con hechos”.
Esperando esa contestación, quien sí se expresó ayer —mediante un artículo en la web de Radio Vaticana— fue su portavoz, Federico Lombardi. El jesuita, de natural paciente y moderado, no se esforzaba en ocultar esta vez cierta irritación. Según Lombardi, el Comité de la ONU sobre los Derechos del Niño no tuvo en cuenta las respuestas escritas y orales enviadas por la Santa Sede y de ahí su conclusión de que estaba desde hace tiempo “prácticamente escrito o por lo menos netamente enfocado”. Para el portavoz del Vaticano, “es grave que la ONU no haya comprendido la naturaleza específica de la Santa Sede” y “se haya dado mayor atención a las organizaciones no gubernamentales (ONG), con prejuicios negativos hacia la Iglesia católica y hacia la Santa Sede, que a la posición de esta, firmante de la Convención y que siempre ha estado disponible a un profundo diálogo con el Comité (…). Es típico [de estas organizaciones] no observar todo lo que ha hecho la Santa Sede y la Iglesia en los recientes años, como reconocer errores, renovar las normativas y desarrollar medidas formativas y preventivas”. En un momento de su artículo, Lombardi se llega a preguntar: “¿No son capaces de entenderlo, o no lo han querido entender?”. El portavoz del Vaticano también se muestra quejoso con la gran atención mediática, “injustamente nociva”, que se ha prestado al informe.
Aunque sin referirse directamente al informe de la ONU sobre la pederastia en la Iglesia, el anterior secretario de Estado del Vaticano, cardenal Tarcisio Bertone, reconoció ayer a una televisión italiana que en los últimos decenios la labor de la Iglesia se ha llenado de “sombras” por culpa de “comportamientos deplorables”, pero que ya se ha puesto en marcha un proceso de “limpieza” y de “reorganización administrativa” para reformar la curia. Eso sí, Bertone aboga por ir con tranquilidad: “Hace falta tener paciencia y no meterle prisa al Papa”.
El informe sobre pederastia levanta ampollas
Pablo Ordaz
Roma, El País
El informe de la ONU sobre la pederastia ha sentado en el Vaticano como un tiro. A quemarropa. De puertas para afuera, los portavoces autorizados del Vaticano consideran que el informe que acusa a la Iglesia de encubrir los abusos a menores cometidos por sacerdotes es exagerado, redactado con ojeriza y sin tener en cuenta los esfuerzos que, desde el final del pontificado de Benedicto XVI para acá, se han venido haciendo. De puertas para adentro, lo consideran, además, injusto. “Joseph Ratzinger y Jorge Mario Bergoglio”, explica un alto prelado, “han sido los primeros papas que han afrontado con valentía un problema viejo y doloroso. No es del todo justo que la ONU, en vez de entenderlos y ayudarlos, los ataque de este modo”.
Un ataque. Un jarro de agua helada en un momento en que el Vaticano, después del escándalo provocado por el robo y la filtración de los papeles secretos de Benedicto XVI, vivía un momento de gloria mundial gracias al carisma del papa Francisco, quien —recuerdan en el Vaticano— hace unas semanas ordenó crear un grupo de trabajo para afrontar, también en relación con los abusos, la reestructuración de la Iglesia. “El diario L’Osservatore romano”, subraya el prelado, “dedicó una portada a la iniciativa del Papa dejando claro a los católicos que hay que estar siempre del lado de los niños, protegiéndolos frente a cualquiera, sacerdote o no, que intente abusar de ellos. ¿Cómo vamos a querer ocultar un problema si le dedicamos la portada de nuestro medio de difusión por excelencia? Yo creo que si el Papa no ha hablado hasta ahora sobre el informe de la ONU es porque va a contestar con hechos”.
Esperando esa contestación, quien sí se expresó ayer —mediante un artículo en la web de Radio Vaticana— fue su portavoz, Federico Lombardi. El jesuita, de natural paciente y moderado, no se esforzaba en ocultar esta vez cierta irritación. Según Lombardi, el Comité de la ONU sobre los Derechos del Niño no tuvo en cuenta las respuestas escritas y orales enviadas por la Santa Sede y de ahí su conclusión de que estaba desde hace tiempo “prácticamente escrito o por lo menos netamente enfocado”. Para el portavoz del Vaticano, “es grave que la ONU no haya comprendido la naturaleza específica de la Santa Sede” y “se haya dado mayor atención a las organizaciones no gubernamentales (ONG), con prejuicios negativos hacia la Iglesia católica y hacia la Santa Sede, que a la posición de esta, firmante de la Convención y que siempre ha estado disponible a un profundo diálogo con el Comité (…). Es típico [de estas organizaciones] no observar todo lo que ha hecho la Santa Sede y la Iglesia en los recientes años, como reconocer errores, renovar las normativas y desarrollar medidas formativas y preventivas”. En un momento de su artículo, Lombardi se llega a preguntar: “¿No son capaces de entenderlo, o no lo han querido entender?”. El portavoz del Vaticano también se muestra quejoso con la gran atención mediática, “injustamente nociva”, que se ha prestado al informe.
Aunque sin referirse directamente al informe de la ONU sobre la pederastia en la Iglesia, el anterior secretario de Estado del Vaticano, cardenal Tarcisio Bertone, reconoció ayer a una televisión italiana que en los últimos decenios la labor de la Iglesia se ha llenado de “sombras” por culpa de “comportamientos deplorables”, pero que ya se ha puesto en marcha un proceso de “limpieza” y de “reorganización administrativa” para reformar la curia. Eso sí, Bertone aboga por ir con tranquilidad: “Hace falta tener paciencia y no meterle prisa al Papa”.