El BCE cree que el mayor problema de la banca española es la falta de rentabilidad

“Hay una gran pérdida de confianza en el sector”, dice Inciarte, vicepresidente del Santander

Bruselas, El País
El miembro del Comité Ejecutivo del Banco Central Europe (BCE), Peter Praet, destacó este miércoles que “el principal problema de la banca es la falta de rentabilidad” y cómo lograrla en un entorno de bajos márgenes. Otros representantes bancarios, como Matías Rodríguez Inciarte, vicepresidente del Santander, y Santiago Fernández de Lis, de BBVA Research, coincidieron con la opinión de Praet. Todos participaron en la presentación del monográfico "La Banca ante el siglo XXI" del Instituto de Estudios Económicos (IEE). Fuentes del sector ratificaron esta idea y recordaron que la rentabilidad media sobre los recursos propios es más baja que el coste de la financiación.


La escasez de crédito no fue un tema estrella, aunque Inciarte admitió: “El crecimiento del crédito no es suficiente para dar soporte al incremento económico”.

Según Praet, la banca española debe realizar “una reforma profunda” sobre la forma en la que afronta el negocio, “así como sobre la gobernanza y el tratamiento de los riesgos”. El consejero del BCE admitió que se atajó tarde la crisis financiera, pero debido a que “no había instituciones adecuadas. Estados Unidos sí las tiene y es una obligación para ellos actuar con celeridad”.

En su opinión, España se enfrente a una “situación difícil” por el bajo PIB e inflación a la vez. En términos globales, Praet incidió en que es necesario admitir que existen "graves problemas" que resolver, así como en la importancia de tener instituciones que funcionen bien, algo que no ha ocurrido hasta ahora.

Inciarte: “El crecimiento del crédito no es suficiente para dar soporte al incremento económico”

A este respecto, recalcó que la normativa va a ayudar a cambiar las cosas, pero advirtió de que también debe cambiar la forma interna en la que funcionan los bancos. "Las reformas deben partir de cada uno de los bancos, debe ser un ejercicio interno, no se puede imponer desde arriba por las autoridades", recalcó.

Asimismo, se mostró "impresionado" por la reciente mejora del entorno económico en España, ya que parece que el país ha recuperado la confianza de los mercados de capital internacionales y hay interés en la deuda soberana española y en la renta variable del sector bancario, "buenos signos de confianza".

Pese a ello, el consejero ejecutivo del BCE remarcó que España se enfrenta aún a una "situación difícil", ya que su crecimiento es "débil" y la inflación se encuentra por debajo del 1%, lejos del objetivo del 2% que marca la institución para la estabilidad de precios en el medio plazo.

En esta línea, el presidente del Instituto de Estudios Económicos (IIE), José Luis Feito, coincidió con Praet en que la intervención de saneamiento y reestructuración del sistema bancario español se "retrasó demasiado", lo que ha sido "uno de los mayores errores de política económica de toda nuestra historia". En su opinión, haber intervenido tan tarde hizo que el proceso fuera más costoso y que existieran daños irreparables y problemas de difícil solución que complicaron la salida de la crisis y entorpecieron el crecimiento que se podía haber tenido en otras circunstancias.

El consejero del BCE admitió que se atajó tarde la crisis financiera, pero debido a que “no había instituciones adecuadas”

Por otro lado, Inciarte apuntó que el sector ha sufrido “una enorme pérdida de confianza, que solo se recuperará con más transparencia, productos más sencillos y una gestión volcada en el cliente”. Rodríguez Inciarte señaló que "el enfoque de la banca comercial tradicional situando al cliente en el centro de la estrategia está hoy más vigente que nunca", recalcó.

Por otro lado, el presidente de la Asociación Española de la Banca (AEB), Miguel Martín, clausuró la jornada y comentó que estarían “contentos si se integraran” los bancos procedentes de cajas, es decir, pidió una fusión con la CECA. También destacó que las tendencias de la banca a finales del siglo XX no eran "sostenibles" y el sistema financiero creció de forma "desmesurada" en comparación con la economía real.

En este contexto, apuntó que la evolución de la banca en lo que resta de siglo XXI dependerá de cómo se termina la regulación global ofrecida en respuesta a una crisis financiera global, cómo se termina de resolver la crisis del euro y qué ocurre en el entorno económico.

En este sentido, consideró que hay que evitar crecimientos como los del siglo XX, intentando mantener la estabilidad financiera sin "cargarse" la liberalización y la innovación, los principales factores que provocaron la reciente crisis. En su opinión, esto pasa por internalizar los costes de la crisis para que las entidades eviten riesgos excesivos y no sean "demasiado grandes para caer". En el caso de Europa, instó a completar la unión bancaria, ya que solucionaría el problema de los sistemas financieros demasiado grandes, y sin la cual no podrá haber una unión monetaria única. "Para salvar el euro no hay más posibilidad que seguir este camino", añadió.

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