El Barcelona se ensaña con el Rayo
El Barça se dio un festín a costa de un Rayo que cuando se enfrenta al Barcelona confunde la valentía conla temeridad. Ymás, si Iniesta tiene uno de esos días en los que borda el fútbol,se pone el disfraz de repartidor de caramelos y organiza al equipo como si fuera el director de una orquesta sinfónica que ha recuperado al mejor solista del mundo, un Leo Messi que ayer con sus dos goles superó a Di Stéfano e igualó a Raúl como tercer máximo goleador de la historia de la Liga.
Un aluvión de buenas noticias y de mejores sensaciones para el Barcelona que llegan en el mejor momento posible, a tres días de medirse al Manchester City en la eliminatoria estrella de los octavos dela Champions League.Porfin, el Barça enamoró al público, que respondió asistiendo y animando, para completar una noche redonda en la que incluso regresó Neymar tras un mes lesionado. El brasileño jugó media hora y culminó su regreso con un golazo descomunal.
Martino apenas hizo concesiones a las rotaciones para recibir al Rayo. El argentino ha ido dosificando a la plantilla para poder llegar a estas alturas de campeonato con los mejores a plena disposición. Y si nos tenemos que atener a lo visto ayer, ha cumplido con su objetivo. Ayer se vio al mejor Iniesta de la temporada, a un Fàbregas estupendo y a un Messi finísimo. Declaraba La Pulga esta semana en Radio La Red que después de su lesión, se daba diez partidos para encontrarse a gusto. El de ayer fue el número 11 y sembró el pánico por donde pasó.
Justo es hacer notar que de entre todos los rivales que le pueden tocar al Barcelona, el Rayo es de los que mejor le van al conjunto barcelonista. Fiel a su idea de juego de salir tocando desde atrás y no rifar ni un balón, el equipo vallecano fue al Camp Nou a jugar a la ruleta rusa con todas las balas en el tambor del revólver. Era muy difícil que le saliera bien.
Un gol en el primer minuto de juego cuando Adriano remontó la línea frontal del área grande a pierna cambiada para ejecutar su disparo favorito ya dejó claro que a los de Jémez el partido se les iba a hacer eterno. Lejos de taparse y evitar el temporal, el Rayo siguió cargando como si fuerala Brigada Ligera. Rumboa la destrucción absoluta en busca de una muerte que no por bella y heroica acaba siendo menos muerte.
Cada pérdida del Rayo en la salida del balón era una invitación al Barça para ampliar su ventaja. Únicamente los palos de la portería de Rubén y la desesperante obsesión de algunos jugadores del Barça por priorizar el pase a Messi antes de chutar evitaron que el equipo de Martino se fuera en el marcador por la vía rápida.
A los 35 minutos, Messi a pase de Cesc, que había robado la enésima pelota a la media del Rayo se plantó solo ante Rubén al que batió con un toque sutil que honraba el récord de Di Stéfano que acababa de igualar.
En la segunda parte, los goles cayeron casi por castigo. Alexis y Pedro marcaron el tercero y el cuarto sacándose así la espina de las ocasiones falladas en la primera parte y Messi firmó el quinto, que le permitía superar a Don Alfredo y empatar con Raúl.
Pensando en el partido del martes, Martino retiró al argentino del terreno de juego y se quedo Neymar, que había salido por Pedro como máxima atracción del encuentro. El brasileño evidenció en sus primeras acciones una lógica falta de ritmo tras su lesión, pero en el último instante del partido destrozó la red de Rubén con su golazo. Sobró la celebración por poco decorosa hacia u rival que estaba muriendo con honor. El martes, todo será diferente, pero el Barça de Iniesta y Messi ha recuperado la sonrisa.