El Barcelona noqueó al City
La victoria de ayer del Barça en el Etihad Stadium de Manchester ante el City por 0-2 en la ida de los octavos de final de la Champions League tiene visos de marcar un antes y un después en la trayectoria de Gerardo Martino en el Barcelona. Con este triunfo el Barça se asegura en un elevado porcentaje el pase a los cuartos de final y además consigue un triunfo de autor que debería consolidar definitivamente el proyecto de Martino. De Manchester salió el Tata con un partido para recordar.
Queda culminar la tarea en el partido de vuelta, pero el Tata necesitaba un partido en su currículum blaugrana para poder alardear. Un partido fetiche. Ya lo tiene. Todos los entrenadores tienen un encuentro que les marca la carrera. Martino llegó ayer a Manchester con unos números estupendos, pero le faltaba un hito. Lo logró ayer. El primer gran triunfo del Tata acaeció ayer en Manchester.
Siempre aparecerá alguien que discuta si el penalty a Messi que originó el 0-1 fue dentro o fuera del área. Lo que nunca nadie tendrá valor de discutir será el monólogo barcelonista en Inglaterra. El City de Pellegrini se transformó en un equipo de Mourinho. El Barça le quitó la pelota al City desde el silbido inicial y a partir de ahí el partido se desarrolló por donde quiso el equipo de Martino, absoluto dominador del juego de cabo a rabo del encuentro.
Estaba claro que el balón iba a ser el juez del duelo entre ambos equipos. City y Barça comparten virtudes y defectos y únicamente el balón es capaz de equilibrar la balanza entre ambos. El equipo que conquistara el balón acentuaría los defectos del rival. Y no hubo discusión. La pelota fue del Barça y se le vieron más las costuras al City que al equipo catalán.
Transcurrió la primera parte sin sobresaltos en las áreas, pero con la pelota siempre pegada a los pies de los barcelonistas. Únicamente una mano clamorosa de Clichy dentro de área (un penalty de libro que el árbitro ignoró) pudo desequilibrar la contienda. Fueron 45 minutos de presentación de credenciales, de mucho miedo y en el que cada equipo tuvo controlado al jugador clave del rival. Por poco habitual destacó en el bando barcelonista la concentración de todos sus jugadores, obsesionados en recuperar la pelota cuanto antes.
Se rompió el partido en la segunda parte cuando Messi encaró a De Michelis en solitario que le derribó cuando se dirigía solo a encarar al portero. Podía ser penalti o no. La falta empezó fuera del área y acabó dentro, lo que era indiscutible era la expulsión. Messi convirtió la pena máxima y el Barça se vio en superioridad con un 0-1 que le dejaba abierta la puerta a liquidar la eliminatoria en un solo trago.
Pero el City no sólo se defendió bien, si no que además buscó la portería de Valdés, que se reivindicó de nuevo como un portero fundamental. Aferrados a las paradas de Valdés, a la movilidad de Neymar y a la percusión de Alves, el Barça logró meter miedo
Al City. Eriksson salvó a los ingleses en primera instancia al anular un gol por inexistente fuera de juego de Piqué, pero la insistencia de Alves dio sus frutos y tras combinación con Neymar, el lateral selló el 0-2 que deja la eliminatoria en bandejas de plata. A ver quién para a este Barça.