Cameron se topa con la oposición de Hollande en sus planes de reformar la UE

El jefe de Estado francés rechaza cambios profundos que aboquen a un referéndum en vísperas de las presidenciales

Patricia Tubella
Londres, El País
El Reino Unido no puede pretender que la Unión Europea “siga el ejemplo” de un único país a la hora de reclamar la inmediata reforma de sus tratados, subrayó este viernes el presidente francés, François Hollande, en su primera cumbre bilateral con el primer ministro británico, David Cameron. Aunque los dos políticos, reunidos en una base militar de Oxforshire, también subrayaron la fuerte y creciente cooperación francobritánica en materia de defensa y en el ámbito diplomático internacional, el futuro de Europa es el hueso que les enfrenta.


Cameron quiere forzar una renegociación de los lazos con Bruselas —y recuperar competencias en capítulos como la inmigración, las prestaciones públicas y la justicia— antes del prometido referéndum sobre la pertenencia del Reino Unido a la UE. La votación está prevista para el 2017, pero dos años antes el Partido Conservador debería volver a ganar las elecciones. Hollande replicó este viernes que, si bien los británicos tienen todo el derecho a celebrar ese plebiscito y que él confía en que decidan permanecer en un Unión más “eficiente”, la reforma de los tratados “no es una prioridad”. Los esfuerzos de los Estados miembros, añadió, deben concentrarse en los retos económicos.

El jefe del gobierno británico justificó, en cambio, que su causa produciría una UE “más competitiva” y mejor enfocada hacia las preocupaciones de sus ciudadanos. Muy presionado por el ala euroescéptica de su partido, que en los últimos meses le está plantando cara en el Parlamento con una serie de propuestas que contravendrían la legislación comunitaria, Cameron se aferra a la convocatoria del referéndum sobre la adhesión a la UE (“sin ninguna duda, se celebrará a finales de 2017”, aseguró este viernes). Su estrategia pasa por sugerir a Bruselas que solo la reforma de los tratados impedirá que el resultado de esa votación culmine en la salida del Reino Unido de Europa.

Cameron lanzó un dardo envenenado a Hollande al elogiar públicamente el reciente anuncio del presidente sobre la rebaja de las cargas laborales a las empresas y una reducción del gasto público. En otras palabras, el líder conservador británico subrayó el giro a la derecha de su colega francés. Las políticas económicas de los dos gobiernos "no son exactamente lo mismo" aunque el objetivo en ambos casos sea impulsar el crecimiento y el empleo, quiso precisar Hollande, quien ha sido muy criticado por ese viraje por la izquierda en su país.

La relación bilateral entre Londres y París está mucho mejor engrasada en lo que concierne a los intercambios en defensa, energía y ciencia, y que fueron objeto de la firma de una serie de acuerdos durante el encuentro en la base de Brize Norton. Entre éstos se incluye la adquisición conjunta de misiles antibuque por valor de 500 millones de libras (609 millones de euros), un proyecto que estudiará la creación de un nuevo tipo de dron (aviones no tripulados) y la participación en el futuro Sistema Aéreo de Combate.

Los dos dirigentes europeos coincidieron en la inquietud ante la radicalización de algunos jóvenes de sus respectivos países, de los que al menos siete centenares (franceses y británicos) se han trasladado a Siria para participar en los combates. Y recalcaron que la cooperación anglofrancesa en materia de defensa y en el frente diplomático apunta a tener "un impacto global", frente a crisis como las que se vive en aquel país árabe o en la República Centroafricana.

Antes de que dieran por cerrada su cita con el almuerzo en un pub local, celebraron una rueda de prensa conjunta en la que François Hollande declinó responder sobre su separación de Valérie Trierweiler.

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