Atascado Atlético, horrible Aranzubía y espantoso árbitro
Se dejó el Atleti el liderato en Almería en una de esas noches en las que cuando te pones a buscar culpables aquello es Fuenteovejuna: todos a una. Un rival serio y eficaz, una actuación gris oscura casi negra de los de Simeone, una decisión extraña del Cholo al quitar a Diego (el mejor hasta entonces) con 0-0, una actuación esperpéntica de Aranzubía (titular por lesión de Courtois) y, por encima de todo, un arbitraje demencial de Teixeira Vitienes I, enfrascado en un duelo a muerte con su hermano por ser el peor árbitro de la familia. Desde Ali contra Frazier no se veía combate tan salvaje.
Comenzamos por el árbitro porque fútbol, quitando los destellos de Aleix Vidal y Diego, hubo poco. Teixeira acabó con la siguiente hoja de servicios: un penalti de Trujillo a Diego Costa y otro de Suso a Manquillo sin señalar; otro posible por mano de Juanfran, una roja indiscutible perdonada a Barbosa por una entrada salvaje a Tiago (no sacó ni amarilla); una permisividad increíble con Soriano, que dejó el campo en el minuto 58 tras haber hecho nueve faltas y ver sólo una tarjeta (el Atleti cometió dos infracciones menos en todo el partido que él en una hora), y, como broche, un penalti y expulsión a Aranzubía que sentenció el partido y no era ni falta. Casanova hace una lista de conquistas y le sale más corta.
Al Atleti se le torció la noche cuando Courtois no pudo jugar, pese a haber viajado, por una sobrecarga y en su lugar entró Aranzubía. Desde aquella vez que el Madrid fue a fichar a Cafú y volvió con Vítor, no se recuerda un bajón parecido. Durante 75 minutos, el cambio pasó inadvertido porque el Almería estaba más preocupado de frenar al Atleti (lo hizo de maravilla) que de atacar. Pero en el tramo final, con el Atleti desorientado desde la sorprendente sustitución de Diego, los locales se fueron arriba liderados por Aleix Vidal, un extremo más que interesante.
Amagó Vidal con una gran jugada personal a la contra que culminó con un disparo estupendo desde fuera del área. Los postes hicieron el trabajo de Aranzubía, que no llegó, y evitaron el gol. El balón pegó en el palo derecho, recorrió la línea de gol entera y golpeó en el izquierdo antes de alejarse mansamente de la red. Un milagro y un aviso.
En el minuto 80, tras un córner, Verza centró desde la izquierda y su balón se envenenó rumbo a la portería. Aranzubía saltó hacia abajo y el balón acabó en gol. Resulta difícil imaginar el mismo desenlace con Courtois en la portería, pero antes de que el jurado decidiera sobre la culpabilidad del portero, éste se encargó de convencerle. Se lio ante la presión de Jonathan, ni recortó ni despejó ni le regateó... Es difícil saber qué hizo. Bueno, sí, perdió el balón en el área pequeña. Sin embargo, reaccionó bien y evitó el tanto con limpieza. Por alguna razón el árbitro se imaginó un penalti y le expulsó. A perro flaco... Verza sentenció con Gabi bajo los palos.
El desenlace rocambolesco y la polémica no deben ocultar los méritos del Almería (perfecto en defensa, anulando a Diego Costa sin necesidad de malas artes) ni los deméritos del Atlético, más parecido al que naufragó en el Bernabéu que al que alcanzó el liderato hace una semana. Manquillo cumplió como titular, pero Juanfran está incómodo en la izquierda y, aun así, mejoró a Insua. Filipe es indispensable. Diego y Arda volvieron a ser titulares y no acaban de mezclar, pese a que el brasileño fue el único que rozó el gol con sus insistentes disparos lejanos. Poco, muy poco. Simeone tiene excusas y también problemas. Los segundos son lo fundamental.