Albertini: “El Atleti es favorito pero el Milán es la Champions”
Milán, AS
—Usted es una leyenda viva del Milán, con el que ganó dos Champions, pero también jugó un año en el Atlético. ¿El duelo es especial?
—Sí, lo es. En los últimos años también lo ha sido cuando el Milán se ha enfrentado al Barcelona, donde también jugué. Tengo que decir que, evidentemente, mi corazón está con el Milán porque significa 20 años de mi vida, pero hay un trocito también reservado al Atlético. Tengo muy buenos recuerdos, tanto del club como de Madrid, una ciudad maravillosa.
—En el Atlético aterrizó como cedido para jugar la campaña 02-03, justo la del regreso a Primera. El equipo acabó duodécimo en la tabla. No fue un año fácil.
—No porque el club estaba en reconstrucción deportiva tras dos años en Segunda. Habían llegado muchos jugadores nuevos y poco a poco había que ir devolviendo al club donde se merecía estar. Institucionalmente la situación no era tranquila, con la intervención judicial, muchos abogados y el cambio de presidente, el paso de Gil a Cerezo.
—Todavía se recuerda aquel gol suyo en el Bernabéu en el último minuto y la reacción de Luis Aragonés, al que hemos despedido hace pocos días.
—(Risas). Sí, fue un gran episodio de mi vida. Tuve la suerte de trabajar con Luis, un gran técnico y una enorme persona, y de marcar en un partido muy especial como es el derbi. Jamás olvidaré cómo Luis celebró el gol y la reacción de Gil en el palco que después pude ver en televisión. Luis tuvo mucha culpa en que yo hiciera aquel gol.
—¿Por qué?
—En el último entrenamiento previo me retó a una competición de faltas. Ya saben ustedes cómo era él. Luis ya tenía una edad, pero el toque lo mantenía. Después tuve esa falta en el minuto 93 o 94 y pude batir a Casillas. Creo que por eso Luis celebró así aquel gol. También recordaré siempre el abrazo del equipo en el centro del campo y la reacción de los aficionados colchoneros que estaban en el otro fondo, nos habían acompañado y se pudieron llevar el premio justo al final. Siento cariño por ellos. Todavía mantengo amigos en Madrid a los que veo de vez en cuando.
—De aquel Atlético al de hoy media un abismo.
—El club se ha modernizado y el equipo pelea con los mejores. Ha ganado la Europa League y la Supercopa. Sabe, yo estuve en el palco en esos dos partidos, ya que además de pertenecer a la Federación Italiana también colaboro con la UEFA, así que pude estar y felicitar a Miguel Ángel Gil. Me alegré mucho.
—Y ahora su Milán es el que está en el camino. El Atlético está mejor.
—Sí. El Atlético tiene ventaja, es favorito, lo dice su puesto en la Liga, pero no olviden una cosa. La Champions es la casa del Milán. Son siete Copas de Europa, la historia está ahí. El Atlético está haciendo una temporada impresionante, manteniendo el pulso con el Madrid y el Barcelona y jugando con mucha determinación. Es muy peligroso porque tiene esa confianza del equipo ganador.
—¿Cómo debe jugarle el Milán para hacerle daño?
—No soy entrenador, no es mi parcela. Eso se lo debe preguntar a Seedorf. El Atlético parece un equipo argentino o italiana tras la llegada de Simeone. Es durísimo. Sobre todo es un equipo equilibrado. El técnico ha transmitido un estilo y un carácter muy definidos. Equilibrio y carácter es la impronta del Atlético.
—Para Seedorf no será fácil afrontar una eliminatoria tan dura siendo un recién llegado, aunque aún mantiene jugadores de su etapa en el equipo. ¿Cuál cree que será su aportación al Milán?
—Bueno, no son muchos los jugadores que coincidieron. Abbiati, Bonera, Kaká… Yo creo que Clarence aún no ha tenido el tiempo que necesita para arreglar las cosas. Necesita más entrenamientos, más tiempo, pero lo está haciendo bien. La plantilla se ha reforzado y ha mejorado en el mercado de invierno.
—¿Será un duelo entre dos jóvenes atacantes: Costa y Balotelli?
—Los dos vienen de demostrar este fin de semana de lo que son capaces. Son dos futbolistas de una calidad impresionante pero creo que los dos saben que sin el equipo no son nada.
—¿Qué se va a encontrar el Atlético en San Siro?
—(Risas). Yo siempre jugué como local en San Siro, pero puedo decir que se va a encontrar uno de los campos más calientes del fútbol. Es un teatro histórico. San Siro es como La Scala del fútbol y el jugador decide cómo lo afronta, con miedo o como una motivación.
—Usted ha ganado dos Ligas de Campeones. ¿Cuál es la fórmula maestra?
—Confianza en sí mismo. Hay equipos con mucha calidad, otros muy fuertes físicamente, pero lo principal es esa determinación que te da la confianza en tus posibilidades.
—Sólo un equipo italiano en octavos de final. ¿Qué le sucede al Calcio?
—El Nápoles tuvo algo de mala suerte y la Juventus falló en un par de partidos, algo que en esta competición se paga. Está claro que hemos perdido el potencial que teníamos en los años 90. Económicamente los equipos italianos son menos poderosos que un Madrid o un Barcelona. Hemos perdido nuestro sitio en el ranking europeo también porque en la Europa League no hemos estado bien. En los 90 había muchos equipos, no sólo la Juventus y el Milán, también la Fiorentina, el Lazio, el Inter, el Parma… Había un gran nivel.
—¿Preocupa en su Federación lo que esto pueda influir en la Nazionale porque los jugadores italianos no disputan esos partidos del máximo nivel?
—Todo preocupa, pero creo que no es un problema de talento del futbolista italiano.
—Pero ustedes reconocen que se fijan en canteras como la española.
—Claro. Nos fijamos en España, en Alemania, en Portugal… Cogemos lo mejor de cada uno, pero cada uno debe tener su propio modelo. Ellos llevan tiempo haciendo algo que nosotros estamos ahora llevando a cabo. Pero no es problema de talento.
—Verrati, Immobile, Insigne, Berardi, Florenzi, De Sciglio… Jóvenes con talento tienen.
—Balotelli… Claro que los tenemos. En el Europeo Sub-21 que ganó España, Italia sólo perdió ese partido, la final. Así que mal no lo hacemos. El problema es que después falta que los entrenadores apuesten por nuestros jóvenes y les hagan jugar con el primer equipo. Hay muchos extranjeros en Italia. Caldirola y Donati jugaron aquella final y este verano se marcharon al Werder Bremen y al Leverkusen…
—El Mundial está a la vuelta de la esquina. ¿Esta vez Italia no es favorita?
—Para mí España, Brasil, Alemania y Argentina están un peldaño por encima de las demás. Pero Italia siempre es competitiva. Hemos ganado sólo un Mundial menos que Brasil. Venimos de un tercer puesto en la Copa confederaciones. Pocos equipos han obligado a España a cambiar su estilo como ante Italia en semifinales. Ganaron ustedes en los penaltis, pero Italia pudo pasar también. España viene de enlazar Europeo-Mundial-Europeo eso es increíble. Italia siempre está ahí.
—¿El primer partido de Italia ante Inglaterra puede marcar su futuro?
—Siempre es muy importante ese primer duelo en este tipo de torneos, es evidente. Lo será.
—Lo decía por la entidad del rival y que en el caso de Italia no siempre el primer partido ha marcado su destino. Ahí están los Mundiales del 82 y del 94…
—Es cierto, ahí tiene usted razón. Es nuestro carácter, nos superamos.
—¿Asistirá en directo a los duelos de Champions?
—Me pierdo la ida, porque estaré toda la semana en Brasil en unas jornadas de trabajo y después inspeccionando la sede. Pero estaré en el Calderón para la vuelta. Lo viviré en el palco. Será un placer regresar.
—Usted es una leyenda viva del Milán, con el que ganó dos Champions, pero también jugó un año en el Atlético. ¿El duelo es especial?
—Sí, lo es. En los últimos años también lo ha sido cuando el Milán se ha enfrentado al Barcelona, donde también jugué. Tengo que decir que, evidentemente, mi corazón está con el Milán porque significa 20 años de mi vida, pero hay un trocito también reservado al Atlético. Tengo muy buenos recuerdos, tanto del club como de Madrid, una ciudad maravillosa.
—En el Atlético aterrizó como cedido para jugar la campaña 02-03, justo la del regreso a Primera. El equipo acabó duodécimo en la tabla. No fue un año fácil.
—No porque el club estaba en reconstrucción deportiva tras dos años en Segunda. Habían llegado muchos jugadores nuevos y poco a poco había que ir devolviendo al club donde se merecía estar. Institucionalmente la situación no era tranquila, con la intervención judicial, muchos abogados y el cambio de presidente, el paso de Gil a Cerezo.
—Todavía se recuerda aquel gol suyo en el Bernabéu en el último minuto y la reacción de Luis Aragonés, al que hemos despedido hace pocos días.
—(Risas). Sí, fue un gran episodio de mi vida. Tuve la suerte de trabajar con Luis, un gran técnico y una enorme persona, y de marcar en un partido muy especial como es el derbi. Jamás olvidaré cómo Luis celebró el gol y la reacción de Gil en el palco que después pude ver en televisión. Luis tuvo mucha culpa en que yo hiciera aquel gol.
—¿Por qué?
—En el último entrenamiento previo me retó a una competición de faltas. Ya saben ustedes cómo era él. Luis ya tenía una edad, pero el toque lo mantenía. Después tuve esa falta en el minuto 93 o 94 y pude batir a Casillas. Creo que por eso Luis celebró así aquel gol. También recordaré siempre el abrazo del equipo en el centro del campo y la reacción de los aficionados colchoneros que estaban en el otro fondo, nos habían acompañado y se pudieron llevar el premio justo al final. Siento cariño por ellos. Todavía mantengo amigos en Madrid a los que veo de vez en cuando.
—De aquel Atlético al de hoy media un abismo.
—El club se ha modernizado y el equipo pelea con los mejores. Ha ganado la Europa League y la Supercopa. Sabe, yo estuve en el palco en esos dos partidos, ya que además de pertenecer a la Federación Italiana también colaboro con la UEFA, así que pude estar y felicitar a Miguel Ángel Gil. Me alegré mucho.
—Y ahora su Milán es el que está en el camino. El Atlético está mejor.
—Sí. El Atlético tiene ventaja, es favorito, lo dice su puesto en la Liga, pero no olviden una cosa. La Champions es la casa del Milán. Son siete Copas de Europa, la historia está ahí. El Atlético está haciendo una temporada impresionante, manteniendo el pulso con el Madrid y el Barcelona y jugando con mucha determinación. Es muy peligroso porque tiene esa confianza del equipo ganador.
—¿Cómo debe jugarle el Milán para hacerle daño?
—No soy entrenador, no es mi parcela. Eso se lo debe preguntar a Seedorf. El Atlético parece un equipo argentino o italiana tras la llegada de Simeone. Es durísimo. Sobre todo es un equipo equilibrado. El técnico ha transmitido un estilo y un carácter muy definidos. Equilibrio y carácter es la impronta del Atlético.
—Para Seedorf no será fácil afrontar una eliminatoria tan dura siendo un recién llegado, aunque aún mantiene jugadores de su etapa en el equipo. ¿Cuál cree que será su aportación al Milán?
—Bueno, no son muchos los jugadores que coincidieron. Abbiati, Bonera, Kaká… Yo creo que Clarence aún no ha tenido el tiempo que necesita para arreglar las cosas. Necesita más entrenamientos, más tiempo, pero lo está haciendo bien. La plantilla se ha reforzado y ha mejorado en el mercado de invierno.
—¿Será un duelo entre dos jóvenes atacantes: Costa y Balotelli?
—Los dos vienen de demostrar este fin de semana de lo que son capaces. Son dos futbolistas de una calidad impresionante pero creo que los dos saben que sin el equipo no son nada.
—¿Qué se va a encontrar el Atlético en San Siro?
—(Risas). Yo siempre jugué como local en San Siro, pero puedo decir que se va a encontrar uno de los campos más calientes del fútbol. Es un teatro histórico. San Siro es como La Scala del fútbol y el jugador decide cómo lo afronta, con miedo o como una motivación.
—Usted ha ganado dos Ligas de Campeones. ¿Cuál es la fórmula maestra?
—Confianza en sí mismo. Hay equipos con mucha calidad, otros muy fuertes físicamente, pero lo principal es esa determinación que te da la confianza en tus posibilidades.
—Sólo un equipo italiano en octavos de final. ¿Qué le sucede al Calcio?
—El Nápoles tuvo algo de mala suerte y la Juventus falló en un par de partidos, algo que en esta competición se paga. Está claro que hemos perdido el potencial que teníamos en los años 90. Económicamente los equipos italianos son menos poderosos que un Madrid o un Barcelona. Hemos perdido nuestro sitio en el ranking europeo también porque en la Europa League no hemos estado bien. En los 90 había muchos equipos, no sólo la Juventus y el Milán, también la Fiorentina, el Lazio, el Inter, el Parma… Había un gran nivel.
—¿Preocupa en su Federación lo que esto pueda influir en la Nazionale porque los jugadores italianos no disputan esos partidos del máximo nivel?
—Todo preocupa, pero creo que no es un problema de talento del futbolista italiano.
—Pero ustedes reconocen que se fijan en canteras como la española.
—Claro. Nos fijamos en España, en Alemania, en Portugal… Cogemos lo mejor de cada uno, pero cada uno debe tener su propio modelo. Ellos llevan tiempo haciendo algo que nosotros estamos ahora llevando a cabo. Pero no es problema de talento.
—Verrati, Immobile, Insigne, Berardi, Florenzi, De Sciglio… Jóvenes con talento tienen.
—Balotelli… Claro que los tenemos. En el Europeo Sub-21 que ganó España, Italia sólo perdió ese partido, la final. Así que mal no lo hacemos. El problema es que después falta que los entrenadores apuesten por nuestros jóvenes y les hagan jugar con el primer equipo. Hay muchos extranjeros en Italia. Caldirola y Donati jugaron aquella final y este verano se marcharon al Werder Bremen y al Leverkusen…
—El Mundial está a la vuelta de la esquina. ¿Esta vez Italia no es favorita?
—Para mí España, Brasil, Alemania y Argentina están un peldaño por encima de las demás. Pero Italia siempre es competitiva. Hemos ganado sólo un Mundial menos que Brasil. Venimos de un tercer puesto en la Copa confederaciones. Pocos equipos han obligado a España a cambiar su estilo como ante Italia en semifinales. Ganaron ustedes en los penaltis, pero Italia pudo pasar también. España viene de enlazar Europeo-Mundial-Europeo eso es increíble. Italia siempre está ahí.
—¿El primer partido de Italia ante Inglaterra puede marcar su futuro?
—Siempre es muy importante ese primer duelo en este tipo de torneos, es evidente. Lo será.
—Lo decía por la entidad del rival y que en el caso de Italia no siempre el primer partido ha marcado su destino. Ahí están los Mundiales del 82 y del 94…
—Es cierto, ahí tiene usted razón. Es nuestro carácter, nos superamos.
—¿Asistirá en directo a los duelos de Champions?
—Me pierdo la ida, porque estaré toda la semana en Brasil en unas jornadas de trabajo y después inspeccionando la sede. Pero estaré en el Calderón para la vuelta. Lo viviré en el palco. Será un placer regresar.