A qué se dedican los hijos del poder de América latina

Londres, AFP
Muchos de ellos crecieron en la residencia más importante de sus países, rodeados de agentes de seguridad y ante los flashes que persiguen a sus padres. Sus adquisiciones siempre están bajo la lupa y sus acciones, a veces excéntricas, pueden convertirse en una cuestión de Estado.


Los hijos de los presidentes llevan una vida que a algunos les fascina y a varios les pesa. Por eso, mientras unos se embelesan con el poder y eligen seguir el camino de sus padres, otros prefieren alejarse de la política y tomar diversos caminos, desde el empresarial hasta el artístico, como ocurre con algunos "herederos" de los mandatarios de América latina.

Los "herederos" políticos

En la Argentina, Máximo Kirchner (36) heredó la ambición de sus progenitores por el poder, pero prefiere ejecutarla desde las sombras. Los rumores sobre sus aspiraciones al Congreso o a un cargo público siempre son desmentidos por la realidad, que lo muestran viviendo en Río Gallegos, donde administra los bienes de la familia, lejos de cualquier exposición mediática. Desde esa ciudad patagónica, está a sólo un llamado de incidir en la opinión de su madre, Cristina Kirchner, y de colocar en posiciones estratégicas a los miembros de La Cámpora, la agrupación juvenil kirchnerista que él mismo creó.

Otro joven sin título universitario y con una alta influencia en su país -pero con una carrera universitaria de Economía recién empezada- es Nicolás Maduro Guerra (23), el hijo del presidente venezolano que lleva ese nombre. El heredero político de Hugo Chávez ubicó a su único heredero sanguíneo como jefe del Cuerpo de Inspectores Especiales de la Presidencia, que supervisa las acciones de gobierno de cada rincón para luego informar sobre las irregularidades al mandatario. "Me toca por ser mi papá el presidente", dijo, en un tono casi épico.

Geográfica e ideológicamente cerca de Nicolás Maduro Jr., Alejandro Castro Espín (48), en Cuba, se perfila como un auténtico "heredero" político. Quienes apuntan a la continuidad castrista en la isla comunista señalan al único hijo hombre de Raúl Castro como el próximo mandatario. Además de ser uno de los hombres fuertes del régimen, ostenta en su currículum varios títulos: es ingeniero, magíster en Relaciones Internacionales (escribió el libro El Imperio del Terror, un rapto antiyanqui) y coronel del Ejército. Desde ese rol, participó de la Guerra de Angola, en la que perdió un ojo y ganó el sobrenombre de "tuerto" entre los opositores.

Mientras Alejandro es el más temido, su hermana Mariela (51) es, por lejos, la más mediática de los cuatro hijos Castro Espín. Conocida por luchar contra la homofobia desde su Centro Nacional de Educación Sexual de Cuba (Cenesex), esta sexóloga decidió llevar su popularidad a la Asamblea Nacional en febrero del año pasado. Es la niña mimada del régimen, aun cuando es una gran generadora de controversias, como cuando confesó que "votaría por Barack Obama" y cuando lucha por derechos que la isla no está dispuesta a ceder, algo que -se sabe- generó más de una discusión con su padre. "Mi papá me dice «Bueno, ya estás en la Asamblea, ya no me plantees más problemas los domingos; di lo que tú quieras en la Asamblea»", confesó el año pasado.

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