Los errores defensivos matan al Everton ante un gran Liverpool


Liverpool, As
El partido ya tenía suficientes alicientes: cuarto contra quinto de la Premier League, un solo punto entre ambos y la posibilidad de finalizar la jornada en la última plaza de Champions. Pero en el encuentro de Anfield desembocaban muchos más sentimientos, y la mayoría de ellos enfrentados entre sí: el derbi de Merseyside; Liverpool contra Everton.


El arranque correspondió con el buen momento de ambos conjuntos. En menos de diez minutos las dos áreas habían sido más que frecuentadas. La verticalidad de Sturridge y un atento Luis Suárez, que se movía como pez en el área, ponían en aprietos a los de Roberto Martínez. Aún así, la banda derecha del Everton parecía cargada de pólvora.

A pesar del ida y vuelta continuo, las mejores ocasiones siempre se acercaban a la portería de Howard. Las combinaciones entre Suárez y Gerrard no tenían mucha oposición. Tanto iba el cántaro a la fuente que, en un córner botado por el uruguayo, el capitán 'red' cazó el balón y lo envió directo a la red, pasando antes por la escuadra del primer palo. Fue un gran cabezazo que merecía más oposición tratándose de una jugada a balón parado.

Aunque Mignolet tuvo que esmerarse en un buen disparo posterior de Mirallas, una vez abierta la lata, lo difícil para la zaga del Everton fue intentar cerrarla. Un robo de balón en la línea de medio campo llegó a los pies de Coutinho. El luso asistió con clase a Sturridge, que definió sin problemas, porque no había defensas a su alrededor. Apenas dos minutos después, un centro a la espalda de Jagielka y Alcaraz que más bien parecía un despeje improvisado alcanzó, de nuevo, a Sturridge. El delantero respondió al primer toque para marcar desde fuera del área a la salida desesperada de Howard. Y todavía quedaban 55 minutos.

Nada más comenzar la segunda parte salió a jugar el Everton de verdad. La tuvo Osman para los de azul en un periodo de acecho al campo del Liverpool. Tan grande fue ese acecho que, con el resto del equipo por delante, los dos centrales regalaron el balón a Luis Suarez para que cruzara el terreno de juego y rematara a portería y al Everton. Era el cuarto. Le persiguieron Jagielka y Alcaraz, aunque más bien parecía que corrían clamando la retirada. Sturridge pudo hacer el quinto en un penalti que lanzó a la grada y el sexto tras un contraataque que no supo finalizar. Después fue sustituido con ovación de Anfield incluida, porque el trabajo ya estaba hecho. En Liverpool reinó el rojo.

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