Los diarios de Venezuela, al borde del cierre por falta de papel
-El Instituto Prensa dice que al menos 21 medios impresos de nueve Estados del país tiene dificultades para adquirir papel periódico
-Desde septiembre, siete han dejado de circular
Alfredo Meza
Caracas, El País
Este viernes el diario El Nacional de Caracas decidió romper con la costumbre de presentar los titulares de su primera página. Su editor Miguel Henrique Otero ordenó imprimir una falsa portada que reproduce una carta dirigida al presidente Nicolás Maduro. La misiva y el hecho inédito de darle semejante difusión no podrían ser más elocuentes. El periódico, fundado en 1943 y abiertamente enfrentado con el Gobierno venezolano, no recibe divisas para importar papel periódico desde mayo –cuando la estatal Comisión de Administración de Divisas (Cadivi) le entregó casi 3.300.000 millones de dólares- y se está quedando sin inventarios para imprimir sus informaciones.
Fue una manera de llamar la atención del gobernante venezolano para que agilice el trámite. El diario considera que el retraso no solo le ocasiona graves inconvenientes con los proveedores internacionales, sino que afecta al "derecho que tiene el pueblo venezolano de estar informado, que es un valor democrático”. Otero contó a este diario que El Universal y Ultimas Noticias, sus competidores directos, también pasan por una situación similar.
El Instituto Prensa y Sociedad de Venezuela (Ipys) afirma que durante la primera quincena de 2014 al menos 21 medios impresos en nueve Estados del país reportaron dificultades para adquirir papel periódico y demás insumos necesarios debido a las restricciones en la entrega de divisas. La organización también pudo corroborar que desde el pasado mes de septiembre siete periódicos han dejado de circular. Tres de ellos -El Sol de Maturín (Estado Monagas), El Diario de Sucre (Estado Sucre), Antorcha (Estado Anzoátegui)- se mantenían fuera de circulación a mediados de enero y otros dos - El Oriental y La Verdad de Monagas- decidieron no imprimir los fines de semana.
Al menos 14 medios de la capital y de la provincia, siempre según Ipys, han disminuido su paginación y eliminado sus suplementos y revistas de los fines de semana. A finales del año pasado El Nacional anunció que su suplemento cultural Papel Literario solo podría leerse en la versión web. Para ahorrar papel El Correo del Caroní, del Estado Bolívar, ajustó su paginación y pasó de 32 a 8 hojas. Es el mismo caso de El Oriental del estado Monagas (de 32 a 8), de La Nación del Estado Táchira (de 36 a 8 páginas), de La Noticia y La Prensa del Estado Barinas (de 28 a 20 páginas) y de El Nuevo País de Caracas y Provincia del Estado Sucre (de 16 a 8 páginas).
En Venezuela, un país de arraigada vocación importadora, rige un severo control de cambios desde febrero de 2003. Con el paso de los años la revolución chavista ha colocado obstáculos burocráticos que retrasan las solicitudes de dólares del sector privado. Al declararse socialista en 2007, el Gobierno de Hugo Chávez estableció una alcabala antes de solicitar los dólares a Cadivi: la emisión por parte del Ministerio de Industrias del Certificado de No Producción Nacional o de Producción Nacional Insuficiente a quienes importaran bienes no prioritarios. El trámite no es expedito. Entre la lista de prioridades importables estaba el papel de prensa en bobinas, pero en 2012 el Ministerio de Planificación y Finanzas los dejó fuera de la lista.
El alto gobierno no se ha dado por aludido, a pesar de los insistentes comentarios en las redes sociales con la etiqueta #sinpapelnohayperiodico impulsada por El Nacional. Solo el diputado del Partido Socialista Unido de Venezuela Julio Chávez ha salido al ruedo. Chávez aseguró que Cadivi había liquidado 80 millones de dólares a los medios privados, “todo lo que han solicitado”. En una entrevista con el canal oficial Venezolana de Televisión el parlamentario cuestionó la queja de los medios. En 2013, según sus cuentas, estos solicitaron 143.000 toneladas métricas, algo más que en 2012 (unas 129.000). El Gobierno sospecha que los medios impresos están acaparando más papel del que necesitan para luego revender las bobinas sobrantes a cabeceras pequeñas de la provincia.
El Ejecutivo ya había revelado en octubre la cantidad de dinero aprobado por Cadivi en un intento de minimizar la denuncia impulsada por los editores. Esta vez no han podido contenerla, quizás por la cantidad de diarios involucrados. El Nacional le ha dedicado un generoso centimetraje a las protestas por esta crisis. En la edición de este jueves publicaron una fotografía en la primera página que mostraba a los trabajadores del diario El Impulso de Barquisimeto, al centrooccidente del país, mientras protestaban frente a la sede de la Inspectoría del Trabajo por la falta de insumos. Este viernes también reseñaron la entrega de un documento elaborado por diputados de la opositora Mesa de la Unidad, quienes pidieron a la Defensoría del Pueblo “que participe en la búsqueda de una salida a la crisis”. Estas reacciones se sucedieron luego de que el pasado 14 de enero, durante la homilía celebrada antes de la procesión de la Divina Pastora, una de las advocaciones marianas más veneradas en América, el arzobispo de Barquisimeto Antonio López Castillo abogara por la libertad de expresión e hiciera una alusión directa a la falta de papel para imprimir El Impulso.
La gran cantidad de medios involucrados en esta crisis podría sugerir una nueva limitación a la libertad de informar en Venezuela. La fama de intolerante con los medios independientes -buena parte de ellos involucrados en esta crisis- que se ha ganado el chavismo en todos estos años contribuye a alimentar esta percepción. Esta vez, no obstante, la falta de papel está inscrita dentro de una crisis general atribuible a causas estructurales de la economía venezolana. El Gobierno no tiene suficientes divisas para cumplir con las necesidades de la Nación.
La gran fuga de divisas –se calcula que el 40% de las importaciones públicas de 2013 fueron ficticias- y el financiamiento leonino de la factura petrolera ha disminuido el nivel de las reservas internacionales. La República solo dispone de 1.000 millones de dólares en reservas líquidas para pagar importaciones. El presidente Nicolás Maduro ha dicho que el país tiene suficiente dinero para que la economía funcione, pero no se conoce cuánto dinero tiene en los fondos parafiscales que maneja a su discreción. Al menos por esta vez hay una excusa distinta a la censura para justificar la posibilidad real de un cierre masivo de periódicos no oficialistas en Venezuela.
-Desde septiembre, siete han dejado de circular
Alfredo Meza
Caracas, El País
Este viernes el diario El Nacional de Caracas decidió romper con la costumbre de presentar los titulares de su primera página. Su editor Miguel Henrique Otero ordenó imprimir una falsa portada que reproduce una carta dirigida al presidente Nicolás Maduro. La misiva y el hecho inédito de darle semejante difusión no podrían ser más elocuentes. El periódico, fundado en 1943 y abiertamente enfrentado con el Gobierno venezolano, no recibe divisas para importar papel periódico desde mayo –cuando la estatal Comisión de Administración de Divisas (Cadivi) le entregó casi 3.300.000 millones de dólares- y se está quedando sin inventarios para imprimir sus informaciones.
Fue una manera de llamar la atención del gobernante venezolano para que agilice el trámite. El diario considera que el retraso no solo le ocasiona graves inconvenientes con los proveedores internacionales, sino que afecta al "derecho que tiene el pueblo venezolano de estar informado, que es un valor democrático”. Otero contó a este diario que El Universal y Ultimas Noticias, sus competidores directos, también pasan por una situación similar.
El Instituto Prensa y Sociedad de Venezuela (Ipys) afirma que durante la primera quincena de 2014 al menos 21 medios impresos en nueve Estados del país reportaron dificultades para adquirir papel periódico y demás insumos necesarios debido a las restricciones en la entrega de divisas. La organización también pudo corroborar que desde el pasado mes de septiembre siete periódicos han dejado de circular. Tres de ellos -El Sol de Maturín (Estado Monagas), El Diario de Sucre (Estado Sucre), Antorcha (Estado Anzoátegui)- se mantenían fuera de circulación a mediados de enero y otros dos - El Oriental y La Verdad de Monagas- decidieron no imprimir los fines de semana.
Al menos 14 medios de la capital y de la provincia, siempre según Ipys, han disminuido su paginación y eliminado sus suplementos y revistas de los fines de semana. A finales del año pasado El Nacional anunció que su suplemento cultural Papel Literario solo podría leerse en la versión web. Para ahorrar papel El Correo del Caroní, del Estado Bolívar, ajustó su paginación y pasó de 32 a 8 hojas. Es el mismo caso de El Oriental del estado Monagas (de 32 a 8), de La Nación del Estado Táchira (de 36 a 8 páginas), de La Noticia y La Prensa del Estado Barinas (de 28 a 20 páginas) y de El Nuevo País de Caracas y Provincia del Estado Sucre (de 16 a 8 páginas).
En Venezuela, un país de arraigada vocación importadora, rige un severo control de cambios desde febrero de 2003. Con el paso de los años la revolución chavista ha colocado obstáculos burocráticos que retrasan las solicitudes de dólares del sector privado. Al declararse socialista en 2007, el Gobierno de Hugo Chávez estableció una alcabala antes de solicitar los dólares a Cadivi: la emisión por parte del Ministerio de Industrias del Certificado de No Producción Nacional o de Producción Nacional Insuficiente a quienes importaran bienes no prioritarios. El trámite no es expedito. Entre la lista de prioridades importables estaba el papel de prensa en bobinas, pero en 2012 el Ministerio de Planificación y Finanzas los dejó fuera de la lista.
El alto gobierno no se ha dado por aludido, a pesar de los insistentes comentarios en las redes sociales con la etiqueta #sinpapelnohayperiodico impulsada por El Nacional. Solo el diputado del Partido Socialista Unido de Venezuela Julio Chávez ha salido al ruedo. Chávez aseguró que Cadivi había liquidado 80 millones de dólares a los medios privados, “todo lo que han solicitado”. En una entrevista con el canal oficial Venezolana de Televisión el parlamentario cuestionó la queja de los medios. En 2013, según sus cuentas, estos solicitaron 143.000 toneladas métricas, algo más que en 2012 (unas 129.000). El Gobierno sospecha que los medios impresos están acaparando más papel del que necesitan para luego revender las bobinas sobrantes a cabeceras pequeñas de la provincia.
El Ejecutivo ya había revelado en octubre la cantidad de dinero aprobado por Cadivi en un intento de minimizar la denuncia impulsada por los editores. Esta vez no han podido contenerla, quizás por la cantidad de diarios involucrados. El Nacional le ha dedicado un generoso centimetraje a las protestas por esta crisis. En la edición de este jueves publicaron una fotografía en la primera página que mostraba a los trabajadores del diario El Impulso de Barquisimeto, al centrooccidente del país, mientras protestaban frente a la sede de la Inspectoría del Trabajo por la falta de insumos. Este viernes también reseñaron la entrega de un documento elaborado por diputados de la opositora Mesa de la Unidad, quienes pidieron a la Defensoría del Pueblo “que participe en la búsqueda de una salida a la crisis”. Estas reacciones se sucedieron luego de que el pasado 14 de enero, durante la homilía celebrada antes de la procesión de la Divina Pastora, una de las advocaciones marianas más veneradas en América, el arzobispo de Barquisimeto Antonio López Castillo abogara por la libertad de expresión e hiciera una alusión directa a la falta de papel para imprimir El Impulso.
La gran cantidad de medios involucrados en esta crisis podría sugerir una nueva limitación a la libertad de informar en Venezuela. La fama de intolerante con los medios independientes -buena parte de ellos involucrados en esta crisis- que se ha ganado el chavismo en todos estos años contribuye a alimentar esta percepción. Esta vez, no obstante, la falta de papel está inscrita dentro de una crisis general atribuible a causas estructurales de la economía venezolana. El Gobierno no tiene suficientes divisas para cumplir con las necesidades de la Nación.
La gran fuga de divisas –se calcula que el 40% de las importaciones públicas de 2013 fueron ficticias- y el financiamiento leonino de la factura petrolera ha disminuido el nivel de las reservas internacionales. La República solo dispone de 1.000 millones de dólares en reservas líquidas para pagar importaciones. El presidente Nicolás Maduro ha dicho que el país tiene suficiente dinero para que la economía funcione, pero no se conoce cuánto dinero tiene en los fondos parafiscales que maneja a su discreción. Al menos por esta vez hay una excusa distinta a la censura para justificar la posibilidad real de un cierre masivo de periódicos no oficialistas en Venezuela.