Informes advierten peligro por fuentes radiactivas almacenadas en Viacha
La Paz, Erbol
416 fuentes radiactivas en desuso se encuentran almacenadas en instalaciones del Instituto Boliviano de Ciencia y Tecnología Nuclear (IBTEN) en el municipio de Viacha del departamento de La Paz. Las mismas pueden causar daños “graves” a las personas que estén expuestas a su irradiación según dos informes del Ministerio de Educación, a los que tuvo acceso ERBOL.
Los documentos, que datan de diciembre de 2013, advierten que este material puede causar “lesiones graves” a las personas que, sin percibirlo, están expuestas a su irradiación. Agregan que es peor el daño en situaciones en que el tóxico haya escapado de su contenedor para entrar en contacto directo con seres humanos.
El director del IBTEN, Luis Romero, afirmó que el almacenamiento de estos desechos radiactivos en Viacha es de carácter temporal, puesto que se quiere sacarlos del país lo más antes posible.
La responsable de seguridad radiológica del instituto científico, Lola Aguilar, señaló que las fuentes radiactivas están depositadas en condiciones seguras. “Están acondicionadas en sus propios contenedores y los niveles de radiación, que se miden al exterior de este depósito temporal, son niveles de fondo natural”, es decir, que no emanan radiactividad superior a la que existe en el ambiente, explicó.
El origen
Los informes del Ministerio aseguran que más de la mitad de las fuentes se utilizaban con fines médicos, en tratamientos oncológicos y oftalmológicos. Las demás se usaban en la industria -en prospección petrolera, minería, cementeras y cervecerías- y en investigación científica.
Precisan que el desecho radiactivo fue recogido de las ciudades de Cochabamba, Santa Cruz, Sucre, Potosí, Oruro y La Paz, con la supervisión del Viceministerio de Seguridad Ciudadana. Además, informan que 140 de las 416 fuentes fueron extraídas de un bloque de cemento donde estaban desde 1992.
Aguilar detalló que las fuentes están en su actual depósito desde los primeros días de diciembre de 2013.
En el caso del material extraído del bloque de cemento, uno de los informes revela que la radiación salió de sus contenedores. “Este elemento era utilizado para tratamientos de cuello uterino y se encontraba encapsulado. Pero el uso continuo, golpes originados por la manipulación y la presión del radón (gas), originaron microfisuras en el encapsulamiento, provocando la salida del gas radiactivo”, dice el texto.
El almacén
El material radiactivo está en un laboratorio de química construido para el Centro de Investigaciones y Aplicaciones Nucleares (CIAN), dependiente del IBTEN, indican ambos informes.
No obstante, uno de los documentos señala que “este ambiente no está diseñado para ser un depósito ni siquiera temporal de material radiactivo”, aunque rescata que en este laboratorio “la seguridad radiológica está garantizada y tiene la seguridad física adecuada”.
Por otro lado, no todo el tóxico se encuentra en este lugar. Las 140 fuentes, que estaban al interior del cemento, están “en un sector alejado al edificio principal, en condiciones totalmente precarias. Lo que hace que la seguridad radiológica sea adecuada pero la seguridad física es pobre y casi inexistente”, de acuerdo al escrito.
El Director del IBTEN aclaró que la población no corre peligro por la irradiación de este material. Es más, destacó que el personal del instituto científico que trabaja en el laboratorio tampoco tiene inconvenientes.
“En torno a esa instalación hay una zona de exclusión (restringida) pero en las cercanías está el personal que trabaja en las instalaciones o en laboratorios del IBTEN en Viacha. El resto de la población está a dos kilómetros, pero cuando estamos hablando de nuestros colegas están el orden de metros”, expuso.
Exportación sin documentos
La intención del IBTEN y del Ministerio de Educación es sacar del país estos desechos a través de la exportación. Incluso la Constitución Política del Estado obliga a expulsar estas fuentes del territorio nacional, puesto que en su artículo 344 prohíbe “la internación, tránsito y depósito de residuos nucleares y desechos tóxicos”.
Para este fin, el ministro Roberto Aguilar dio su “visto bueno” a un proyecto de Decreto Supremo que exime de requisitos aduaneros a la exportación de estas 416 fuentes radiactivas.
Esta norma es necesaria porque no todo el material radiactivo tiene documentación de ingreso al país por su antigüedad. En este marco, la Aduana Nacional de Bolivia (ANB) solicitó que se promueva el Decreto como única vía legal para realizar la exportación.
El Viceministerio de Seguridad Ciudadana recomendó que el material sea exportado a las instalaciones del Pacific Northwest National Laboratory (PNNL) y Los Alamos National Laboratory, ambos con sede en Estados Unidos. Estas organizaciones ya brindaron su asesoría en la gestión de estas fuentes.
416 fuentes radiactivas en desuso se encuentran almacenadas en instalaciones del Instituto Boliviano de Ciencia y Tecnología Nuclear (IBTEN) en el municipio de Viacha del departamento de La Paz. Las mismas pueden causar daños “graves” a las personas que estén expuestas a su irradiación según dos informes del Ministerio de Educación, a los que tuvo acceso ERBOL.
Los documentos, que datan de diciembre de 2013, advierten que este material puede causar “lesiones graves” a las personas que, sin percibirlo, están expuestas a su irradiación. Agregan que es peor el daño en situaciones en que el tóxico haya escapado de su contenedor para entrar en contacto directo con seres humanos.
El director del IBTEN, Luis Romero, afirmó que el almacenamiento de estos desechos radiactivos en Viacha es de carácter temporal, puesto que se quiere sacarlos del país lo más antes posible.
La responsable de seguridad radiológica del instituto científico, Lola Aguilar, señaló que las fuentes radiactivas están depositadas en condiciones seguras. “Están acondicionadas en sus propios contenedores y los niveles de radiación, que se miden al exterior de este depósito temporal, son niveles de fondo natural”, es decir, que no emanan radiactividad superior a la que existe en el ambiente, explicó.
El origen
Los informes del Ministerio aseguran que más de la mitad de las fuentes se utilizaban con fines médicos, en tratamientos oncológicos y oftalmológicos. Las demás se usaban en la industria -en prospección petrolera, minería, cementeras y cervecerías- y en investigación científica.
Precisan que el desecho radiactivo fue recogido de las ciudades de Cochabamba, Santa Cruz, Sucre, Potosí, Oruro y La Paz, con la supervisión del Viceministerio de Seguridad Ciudadana. Además, informan que 140 de las 416 fuentes fueron extraídas de un bloque de cemento donde estaban desde 1992.
Aguilar detalló que las fuentes están en su actual depósito desde los primeros días de diciembre de 2013.
En el caso del material extraído del bloque de cemento, uno de los informes revela que la radiación salió de sus contenedores. “Este elemento era utilizado para tratamientos de cuello uterino y se encontraba encapsulado. Pero el uso continuo, golpes originados por la manipulación y la presión del radón (gas), originaron microfisuras en el encapsulamiento, provocando la salida del gas radiactivo”, dice el texto.
El almacén
El material radiactivo está en un laboratorio de química construido para el Centro de Investigaciones y Aplicaciones Nucleares (CIAN), dependiente del IBTEN, indican ambos informes.
No obstante, uno de los documentos señala que “este ambiente no está diseñado para ser un depósito ni siquiera temporal de material radiactivo”, aunque rescata que en este laboratorio “la seguridad radiológica está garantizada y tiene la seguridad física adecuada”.
Por otro lado, no todo el tóxico se encuentra en este lugar. Las 140 fuentes, que estaban al interior del cemento, están “en un sector alejado al edificio principal, en condiciones totalmente precarias. Lo que hace que la seguridad radiológica sea adecuada pero la seguridad física es pobre y casi inexistente”, de acuerdo al escrito.
El Director del IBTEN aclaró que la población no corre peligro por la irradiación de este material. Es más, destacó que el personal del instituto científico que trabaja en el laboratorio tampoco tiene inconvenientes.
“En torno a esa instalación hay una zona de exclusión (restringida) pero en las cercanías está el personal que trabaja en las instalaciones o en laboratorios del IBTEN en Viacha. El resto de la población está a dos kilómetros, pero cuando estamos hablando de nuestros colegas están el orden de metros”, expuso.
Exportación sin documentos
La intención del IBTEN y del Ministerio de Educación es sacar del país estos desechos a través de la exportación. Incluso la Constitución Política del Estado obliga a expulsar estas fuentes del territorio nacional, puesto que en su artículo 344 prohíbe “la internación, tránsito y depósito de residuos nucleares y desechos tóxicos”.
Para este fin, el ministro Roberto Aguilar dio su “visto bueno” a un proyecto de Decreto Supremo que exime de requisitos aduaneros a la exportación de estas 416 fuentes radiactivas.
Esta norma es necesaria porque no todo el material radiactivo tiene documentación de ingreso al país por su antigüedad. En este marco, la Aduana Nacional de Bolivia (ANB) solicitó que se promueva el Decreto como única vía legal para realizar la exportación.
El Viceministerio de Seguridad Ciudadana recomendó que el material sea exportado a las instalaciones del Pacific Northwest National Laboratory (PNNL) y Los Alamos National Laboratory, ambos con sede en Estados Unidos. Estas organizaciones ya brindaron su asesoría en la gestión de estas fuentes.