Iker Casillas no encuentra la felicidad con su titularidad en Copa y Champions
Madrid, El Confidencial
"Tendremos que ir a la guerra para lograr que Casillas se quede", afirmó hace unos días Carlo Ancelotti en RNE a la hora de hablar del futuro del capitán del Real Madrid. La temporada avanza y el rol del portero no cambia. Su decisión de abandonar la disciplina de la entidad madridista el próximo verano parece firme. Quiere más minutos. No disfruta sabiendo que juega un día y desparece otro. Se siente titular, aunque respeta al
máximo la decisión de Ancelotti y el trabajo que está realizando Diego López.
Casillas no está disfrutando pese a la plena felicidad que le ha producido el nacimiento de su hijo Martín. La situación deportiva no le convence. Cada partido que juega es como si pudiera ser el último por aquello de que una eliminación le dejaría sentado en el banquillo, su destino en el campeonato doméstico. Y es que el campeón del mundo lleva un año sin jugar partido de Liga alguno, circunstancia que es nueva para él. Precisamente su último partido del campeonato fue en Mestalla, escenario en el que caería lesionado cuatro días después en partido de Copa.
El capitán del Real Madrid, de no cambiar la situación tal y como parece, tiene por delante 12 partidos como máximo antes de iniciar la concentración previa al Mundial, siempre y cuando el equipo blanco logre llegar a las finales de Copa y Champions. El panorama no le gusta. Pese a jugar las citadas competiciones, considera que la Liga da el puesto de titular y de ahí que su decisión de cambiar de aires al término de la temporada parece firme a día de hoy.
Su compromiso con el Real Madrid está fuera de toda duda. Lo demuestran sus 23 años en la entidad madridista, pero el capitán busca algo más y ahora mismo no se siente cómodo con la situación que atraviesa. El portero ha transmitido esta inquietud al presidente del Real Madrid, tal y como hizo en verano y ante su suplencia en Liga cuando pidió que le abrieran las puertas del club para su posible salida.
A Florentino le gustaría que siguiese
Con su declaración suplicando la continuidad de Casillas, Ancelotti se ha colocado el uniforme de hombre de club que ha llevado a lo lardo de toda su carrera profesional. El italiano, en el momento de elegir a principio de temporada, se decantó por la forma de Diego López, pero al poco asumió que había creado un problema para la entidad. Al poco tiempo rectificó en parte y decidió dar la titularidad al capitán en Copa y Champions, aumentando un problema con una solución que no gusta a ninguno de los dos porteros.
La relación entre Florentino Pérez y Casillas es buena, quizás más fluida que nunca. Al presidente madridista le gustaría, como le dijo en agosto cuando se presentó en su despacho pidiendo la salida del club, que el portero continuara en el Real Madrid y que no se cuestionara su permanencia en el que ha sido el único club del campeón del mundo. Y más cuando el ambiente de la plantilla ahora mismo es excelente. El Balón de Oro y la celebración de todo el grupo es el mejor síntoma de que el actual Real Madrid piensa en equipo. El premio del portugués ha sido el triunfo de lo colectivo.
"Tendremos que ir a la guerra para lograr que Casillas se quede", afirmó hace unos días Carlo Ancelotti en RNE a la hora de hablar del futuro del capitán del Real Madrid. La temporada avanza y el rol del portero no cambia. Su decisión de abandonar la disciplina de la entidad madridista el próximo verano parece firme. Quiere más minutos. No disfruta sabiendo que juega un día y desparece otro. Se siente titular, aunque respeta al
máximo la decisión de Ancelotti y el trabajo que está realizando Diego López.
Casillas no está disfrutando pese a la plena felicidad que le ha producido el nacimiento de su hijo Martín. La situación deportiva no le convence. Cada partido que juega es como si pudiera ser el último por aquello de que una eliminación le dejaría sentado en el banquillo, su destino en el campeonato doméstico. Y es que el campeón del mundo lleva un año sin jugar partido de Liga alguno, circunstancia que es nueva para él. Precisamente su último partido del campeonato fue en Mestalla, escenario en el que caería lesionado cuatro días después en partido de Copa.
El capitán del Real Madrid, de no cambiar la situación tal y como parece, tiene por delante 12 partidos como máximo antes de iniciar la concentración previa al Mundial, siempre y cuando el equipo blanco logre llegar a las finales de Copa y Champions. El panorama no le gusta. Pese a jugar las citadas competiciones, considera que la Liga da el puesto de titular y de ahí que su decisión de cambiar de aires al término de la temporada parece firme a día de hoy.
Su compromiso con el Real Madrid está fuera de toda duda. Lo demuestran sus 23 años en la entidad madridista, pero el capitán busca algo más y ahora mismo no se siente cómodo con la situación que atraviesa. El portero ha transmitido esta inquietud al presidente del Real Madrid, tal y como hizo en verano y ante su suplencia en Liga cuando pidió que le abrieran las puertas del club para su posible salida.
A Florentino le gustaría que siguiese
Con su declaración suplicando la continuidad de Casillas, Ancelotti se ha colocado el uniforme de hombre de club que ha llevado a lo lardo de toda su carrera profesional. El italiano, en el momento de elegir a principio de temporada, se decantó por la forma de Diego López, pero al poco asumió que había creado un problema para la entidad. Al poco tiempo rectificó en parte y decidió dar la titularidad al capitán en Copa y Champions, aumentando un problema con una solución que no gusta a ninguno de los dos porteros.
La relación entre Florentino Pérez y Casillas es buena, quizás más fluida que nunca. Al presidente madridista le gustaría, como le dijo en agosto cuando se presentó en su despacho pidiendo la salida del club, que el portero continuara en el Real Madrid y que no se cuestionara su permanencia en el que ha sido el único club del campeón del mundo. Y más cuando el ambiente de la plantilla ahora mismo es excelente. El Balón de Oro y la celebración de todo el grupo es el mejor síntoma de que el actual Real Madrid piensa en equipo. El premio del portugués ha sido el triunfo de lo colectivo.