“El Vaticano sigue sin asumir su responsabilidad en los abusos sexuales”
Víctimas mexicanas, estadounidenses y europeas celebran la comparecencia histórica de la Santa Sede ante la ONU pero critican las respuestas "evasivas" del portavoz de Roma
Inés Santaeulalia
México, El País
El sabor que deja la comparecencia de la Santa Sede ante Naciones Unidas es agridulce para las víctimas de abusos sexuales por parte de religiosos. Los afectados celebran el carácter histórico de la cita, en la que por primera vez el Vaticano fue cuestionado por un organismo internacional sobre los casos de pederastia en el seno de la Iglesia, pero critican las respuestas "ambiguas y evasivas" del representante de Roma en Ginebra, monseñor Silvano Tomasi. El Vaticano ha reconocido este jueves que "hay abusadores entre los miembros del clero", pero "sigue sin asumir su responsabilidad como institución, que es la gran cuenta pendiente con las víctimas", dice al teléfono el exsacerdote mexicano Alberto Athié una vez terminada la comparecencia.
Desde primera hora de la mañana, miembros de organizaciones de víctimas de abusos de todo el mundo trataron de caldear el ambiente con una protesta a las puertas de la sede del Comité de los Derechos del Niño de la ONU en Ginebra, pero la policía impidió cualquier tipo de manifestación. "Sacamos pancartas con algunas fotos de víctimas, pero la protesta no duró más de cinco minutos. Solo pedimos justicia y que se detenga el encubrimiento de los casos de pederastia", explica Fátima Moneta, miembro de la organización mexicana Católicas por el Derecho a Decidir.
Al término de la sesión, portavoces de organizaciones de víctimas de Estados Unidos, México y España coincidieron al calificar de "histórica" la jornada y aplaudieron la labor de los miembros del Comité, que a lo largo de las ocho horas que duró la reunión hicieron preguntas directas y no dudaron en repreguntar cuando las respuestas no fueron claras. "Incluso mostraron irritabilidad ante las evasivas, hubo una tensión permanente en la sala", dice Athié. "Hoy los miembros del Comité fueron nuestra voz y lo hicieron de una forma excelente", aseguró en una conferencia de prensa Megan Peterson, víctima de violación de un sacerdote en EE UU cuando tenía 14 años.
El portavoz del Vaticano, que reconoció que se habían dado casos de religiosos pederastas "como los hay en todas las profesiones", trató de explicar que los abusos sexuales son un caso del pasado y que ya existen directrices para que no vuelvan a suceder. "No quieren que haya rendición de cuentas ni transparencia. Nos preguntamos seriamente si la Santa Sede se debe considerar un Estado miembro de la ONU si no es capaz de garantizar los derechos de niñas y niños", afirma Moneta.
A lo largo de la mañana muchas de las preguntas del Comité se quedaron sin respuesta. El portavoz de Roma se negó a dar datos concretos sobre el número y el nombre de los religiosos pederastas bajo el pretexto de la "privacidad" de las víctimas y esgrimió durante todo el interrogatorio la falta de jurisprudencia del Vaticano en los casos de abusos que han ocurrido en todo el mundo. Lo mismo que ya alegaron meses antes por escrito.
"Es falso que digan que la jurisdicción de la Santa Sede no obliga, que cada iglesia local hace lo que corresponde a su conciencia. Eso contradice el derecho canónico que sostiene que hay obligación de cumplir los mandatos del Papa", defiende Athié.
La lucha de las víctimas lleva años intentando que se acredite la responsabilidad del Vaticano en la perpetuación en el tiempo de los casos de abusos sexuales por su política de silenciar los hechos y de "proteger" a los abusadores al no presentarlos ante la Justicia ni apartarlos de la Iglesia. "Se le preguntó [a monseñor Tomasi] si había imposición de silencio ante los casos de abusos y dijo que no. Es falso", critica el exsacerdote mexicano.
Hay constancia de que, al menos desde los años 60, la Santa Sede definió un proceder para resolver los casos de pederastia. Una instrucción de 1962 obligaba a guardar silencio a todos los miembros de la Iglesia ante las denuncias de abusos sexuales bajo pena de excomunión y, aunque el documento fue modificado a lo largo de los años, la esencia de mantener los casos en secreto se mantuvo incluso en la revisión de 2001.
Hasta este jueves ningún organismo internacional se había atrevido a cuestionar a la Santa Sede, que se ha visto obligada a comparecer en Ginebra como Estado firmante desde 1990 de la Convención sobre los Derechos del Niño. El tratado obliga a presentar informes quinquenales sobre el cumplimiento de los artículos en cada país, pero la Santa Sede solo entregó un primer informe en 1995 y no volvió a hacer otro hasta 2011, cuando los escándalos de pederastia ya habían golpeado de frente a la institución.
El Comité aprovechó el pasado mes de julio la entrega atrasada del informe -que no hace mención a los abusos- para citar a la Iglesia y solicitar, entre otras cosas, “información detallada de todos los casos de abusos sexuales cometidos por clérigos, monjes y monjas o puestos en conocimiento de la Santa Sede”. El Vaticano, en su respuesta por escrito el pasado diciembre, al igual que este jueves en persona, no citó casos concretos y alegó que la investigación de los hechos corresponde a los países en los que se cometen los delitos.
Organizaciones y víctimas estadounidenses, mexicanas y europeas hicieron llegar al Comité en Ginebra informes con sus denuncias y numerosos casos de pederastia documentados. La organización estadounidense SNAP (Red de supervivientes de abusos de sacerdotes) acreditó más de 15.000 casos concretos y desde México, que presentó más de 200 incidentes particulares, 169 organizaciones y ciudadanos han solicitado que el caso sea tratado como un crimen de Estado y que el Vaticano acabe siendo juzgado por las Naciones Unidas.
Habrá que esperar hasta finales de mes para conocer las recomendaciones que emite el Comité de los Derechos del Niño tras evaluar las respuestas de Tomasi, pero las asociaciones mexicanas advierten de que el camino no ha hecho más que empezar. "Este jueves solo hemos abierto la primera puerta", avisa Athié.
Inés Santaeulalia
México, El País
El sabor que deja la comparecencia de la Santa Sede ante Naciones Unidas es agridulce para las víctimas de abusos sexuales por parte de religiosos. Los afectados celebran el carácter histórico de la cita, en la que por primera vez el Vaticano fue cuestionado por un organismo internacional sobre los casos de pederastia en el seno de la Iglesia, pero critican las respuestas "ambiguas y evasivas" del representante de Roma en Ginebra, monseñor Silvano Tomasi. El Vaticano ha reconocido este jueves que "hay abusadores entre los miembros del clero", pero "sigue sin asumir su responsabilidad como institución, que es la gran cuenta pendiente con las víctimas", dice al teléfono el exsacerdote mexicano Alberto Athié una vez terminada la comparecencia.
Desde primera hora de la mañana, miembros de organizaciones de víctimas de abusos de todo el mundo trataron de caldear el ambiente con una protesta a las puertas de la sede del Comité de los Derechos del Niño de la ONU en Ginebra, pero la policía impidió cualquier tipo de manifestación. "Sacamos pancartas con algunas fotos de víctimas, pero la protesta no duró más de cinco minutos. Solo pedimos justicia y que se detenga el encubrimiento de los casos de pederastia", explica Fátima Moneta, miembro de la organización mexicana Católicas por el Derecho a Decidir.
Al término de la sesión, portavoces de organizaciones de víctimas de Estados Unidos, México y España coincidieron al calificar de "histórica" la jornada y aplaudieron la labor de los miembros del Comité, que a lo largo de las ocho horas que duró la reunión hicieron preguntas directas y no dudaron en repreguntar cuando las respuestas no fueron claras. "Incluso mostraron irritabilidad ante las evasivas, hubo una tensión permanente en la sala", dice Athié. "Hoy los miembros del Comité fueron nuestra voz y lo hicieron de una forma excelente", aseguró en una conferencia de prensa Megan Peterson, víctima de violación de un sacerdote en EE UU cuando tenía 14 años.
El portavoz del Vaticano, que reconoció que se habían dado casos de religiosos pederastas "como los hay en todas las profesiones", trató de explicar que los abusos sexuales son un caso del pasado y que ya existen directrices para que no vuelvan a suceder. "No quieren que haya rendición de cuentas ni transparencia. Nos preguntamos seriamente si la Santa Sede se debe considerar un Estado miembro de la ONU si no es capaz de garantizar los derechos de niñas y niños", afirma Moneta.
A lo largo de la mañana muchas de las preguntas del Comité se quedaron sin respuesta. El portavoz de Roma se negó a dar datos concretos sobre el número y el nombre de los religiosos pederastas bajo el pretexto de la "privacidad" de las víctimas y esgrimió durante todo el interrogatorio la falta de jurisprudencia del Vaticano en los casos de abusos que han ocurrido en todo el mundo. Lo mismo que ya alegaron meses antes por escrito.
"Es falso que digan que la jurisdicción de la Santa Sede no obliga, que cada iglesia local hace lo que corresponde a su conciencia. Eso contradice el derecho canónico que sostiene que hay obligación de cumplir los mandatos del Papa", defiende Athié.
La lucha de las víctimas lleva años intentando que se acredite la responsabilidad del Vaticano en la perpetuación en el tiempo de los casos de abusos sexuales por su política de silenciar los hechos y de "proteger" a los abusadores al no presentarlos ante la Justicia ni apartarlos de la Iglesia. "Se le preguntó [a monseñor Tomasi] si había imposición de silencio ante los casos de abusos y dijo que no. Es falso", critica el exsacerdote mexicano.
Hay constancia de que, al menos desde los años 60, la Santa Sede definió un proceder para resolver los casos de pederastia. Una instrucción de 1962 obligaba a guardar silencio a todos los miembros de la Iglesia ante las denuncias de abusos sexuales bajo pena de excomunión y, aunque el documento fue modificado a lo largo de los años, la esencia de mantener los casos en secreto se mantuvo incluso en la revisión de 2001.
Hasta este jueves ningún organismo internacional se había atrevido a cuestionar a la Santa Sede, que se ha visto obligada a comparecer en Ginebra como Estado firmante desde 1990 de la Convención sobre los Derechos del Niño. El tratado obliga a presentar informes quinquenales sobre el cumplimiento de los artículos en cada país, pero la Santa Sede solo entregó un primer informe en 1995 y no volvió a hacer otro hasta 2011, cuando los escándalos de pederastia ya habían golpeado de frente a la institución.
El Comité aprovechó el pasado mes de julio la entrega atrasada del informe -que no hace mención a los abusos- para citar a la Iglesia y solicitar, entre otras cosas, “información detallada de todos los casos de abusos sexuales cometidos por clérigos, monjes y monjas o puestos en conocimiento de la Santa Sede”. El Vaticano, en su respuesta por escrito el pasado diciembre, al igual que este jueves en persona, no citó casos concretos y alegó que la investigación de los hechos corresponde a los países en los que se cometen los delitos.
Organizaciones y víctimas estadounidenses, mexicanas y europeas hicieron llegar al Comité en Ginebra informes con sus denuncias y numerosos casos de pederastia documentados. La organización estadounidense SNAP (Red de supervivientes de abusos de sacerdotes) acreditó más de 15.000 casos concretos y desde México, que presentó más de 200 incidentes particulares, 169 organizaciones y ciudadanos han solicitado que el caso sea tratado como un crimen de Estado y que el Vaticano acabe siendo juzgado por las Naciones Unidas.
Habrá que esperar hasta finales de mes para conocer las recomendaciones que emite el Comité de los Derechos del Niño tras evaluar las respuestas de Tomasi, pero las asociaciones mexicanas advierten de que el camino no ha hecho más que empezar. "Este jueves solo hemos abierto la primera puerta", avisa Athié.