El Valencia de Pizzi no despega

Valencia, As
Al Valencia el punto le sabe a poco, la verdad. No por deméritos del Espanyol en conseguirlo, simplemente por las urgencias que asolan a los de Pizzi. El Valencia ya necesita prismáticos para ver la zona europea, que no deja de ser su objetivo aunque parezca una quimera; Aguirre los usa para ver el descenso.


El Valencia últimamente estaba peleado con el gol. De ahí que mañana llegue Vargas. Sin embargo la primera parte fue como un festival cara a puerta. En 45 minutos, cuatro. El Espanyol golpeó cuando más duele, al principio y al filo del descanso. Ello a pesar de que el Valencia había reaccionado bien al tanto de Córdoba. Sergio García sacó de un recurso (tacón) una asistencia y Córdoba fusiló a Diego Alves. Era lo que menos necesitaba un equipo y una afición que bastante tiene con el ruido social que le rodea. Pero esta noche en Mestalla se quería hablar solo de fútbol y los de Pizzi no se dejaron llevar por el desanimo.

Paco Alcácer, canterano al que la llegada de Pizzi le ha dado galones, se aprovechó de la duda del linier en saber si Jonas tocó o no la pelota (si lo hizo era fuera de juego) para empatar. La remontada la rubricó el propio Jonas.

Pero igual que el Valencia no se fue del partido tras el gol de Córdoba, tampoco el Espanyol. Los de Aguirre, además de tener a un Sergio García inspirado, tenían las ideas claras. Al contrario que Mathieu en la acción del penalti. Tan claro como absurdo. Gol y descanso.

La segunda parte la afrontaron uno y otro con ideas diferentes. El Valencia, haciendo suya la pelota; el Espanyol, a contragolpe que te crío. Y así cada uno tuvo sus ocasiones. A destacar una de Córdoba y otra de Míchel. Y la polémica tampoco faltó. Mestalla pidió penaltis por manos de Fuentes. Tan claras como involuntarias. No hubo más goles y el Valencia se fue cabizbajo.

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