¿De dónde viene el olor de las cosas?
Revista BBC Focus
Las sustancias generan un aroma específico cuando sus moléculas aterrizan en las llamadas "neuronas olfativas" de nuestras narices. (Y pensar en ese aterrizaje es, en algunos casos, bastante asqueroso).
Pero la naturaleza exacta de esa interacción es motivo de controversia entre científicos.
Hasta hace poco, se creía que las moléculas físicamente se encajaban en las paredes de las neuronas olfativas, como si fuera una llave que se inserta en una cerradura. Esto implicaba, a su vez, que la forma molecular era la que determinaba el olor específico.
Pero esto no permitía explicar por qué algunas moléculas con formas similares pueden oler completamente diferente, mientras que otras con formas distintas generan olores parecidos.
Estos dilemas llevaron al científico Luca Turin, del Centro de Investigación Biomédica Alexander Fleming de Atenas, en Grecia, a sugerir que el elemento crítico para el olor es la vibración molecular.
Este académico, exprofesor de University College London (UCL), publicó recientemente un cuerpo de evidencia de que la forma molecular no lo es todo: lo hizo comparando dos moléculas de formas idénticas pero diferentes propiedades vibratorias, de las que efectivamente obtuvo olores distintos.
La viscosidad de la sangre -es decir, cuán espesa es- en un ser humano se determina parcialmente por el número y el tamaño de los glóbulos rojos que contiene.
Estas células constituyen entre 41 y 53% del volumen sanguíneo en los hombres y entre 36 y 46% de la sangre en las mujeres.
Este valor es más elevado si una persona es obesa, lo que puede incrementar la viscosidad de la sangre en hasta 15% y puede, en determinadas circunstancias, disparar un ataque cardíaco.
Pero la deshidratación también podría tener un impacto directo en la consistencia de la sangre.
Un estudio reciente descubrió que con sólo permanecer sentado en una habitación a altas temperaturas por un lapso de cuatro horas y sin beber líquido se incrementaba la viscosidad sanguínea en un 10%.
Se necesitan seis moléculas de CO2 por cada molécula de glucosa generada, que luego se usará como energía y para la estructura de la planta misma.
Esta reacción bioquímica es idéntica para todos los seres vegetales. Pero cuanto más rápido crezca la planta, más dióxido de carbono consumirá por segundo en el proceso fotosintético.
Bajo este principio, el bambú podría ser el mejor en "comerse" el CO2 atmosférico.
Sin embargo, las plantas que crecen rápido no viven por mucho tiempo y, cuando mueren, los insectos, hongos y microbios rompen todo el carbono que éstas han acumulado, que se libera como CO2 nuevamente.
Entonces, las plantas que se consideran más aptas para "bloquear" el dióxido de carbono fuera de la atmósfera son las más longevas y de mayor masa: árboles de madera dura.
Todo es temporal, sin embargo: finalmente cada ser verde devolverá a la atmósfera todo el dióxido de carbono que ha consumido durante su vida.
Cada correo electrónico que circula en las redes tiene un encabezado invisible con información de rutina, como una estampilla digital con el horario de envío.
Pero no contiene datos personales como el nombre de la calle donde vive el remitente o su número de teléfono.
Sí incluye, en tanto, la dirección IP (Internet Protocol, en inglés: así se conoce a las direcciones de internet) desde la que se ha enviado el e-mail.
La IP es una etiqueta numérica que identifica a una computadora u otro dispositivo que es parte de una red, pero puede cambiar cada vez que el equipo en cuestión se conecta.
Esto puede limitar el origen del mensaje a una ciudad o un distrito, pero raramente sirve para localizar algo más específico, como una casa, y ciertamente no permite identificar a un individuo.
Los servicios de correo sobre la web son incluso más anónimos: un mensaje de Gmail, por ejemplo, sólo puede ser rastreado hasta una dirección IP de la empresa Google, que es la dueña del servicio, pero no más allá.
Pero la naturaleza exacta de esa interacción es motivo de controversia entre científicos.
Hasta hace poco, se creía que las moléculas físicamente se encajaban en las paredes de las neuronas olfativas, como si fuera una llave que se inserta en una cerradura. Esto implicaba, a su vez, que la forma molecular era la que determinaba el olor específico.
Pero esto no permitía explicar por qué algunas moléculas con formas similares pueden oler completamente diferente, mientras que otras con formas distintas generan olores parecidos.
Estos dilemas llevaron al científico Luca Turin, del Centro de Investigación Biomédica Alexander Fleming de Atenas, en Grecia, a sugerir que el elemento crítico para el olor es la vibración molecular.
Este académico, exprofesor de University College London (UCL), publicó recientemente un cuerpo de evidencia de que la forma molecular no lo es todo: lo hizo comparando dos moléculas de formas idénticas pero diferentes propiedades vibratorias, de las que efectivamente obtuvo olores distintos.
El consumo de agua, ¿afecta la viscosidad de la sangre?
Estas células constituyen entre 41 y 53% del volumen sanguíneo en los hombres y entre 36 y 46% de la sangre en las mujeres.
Este valor es más elevado si una persona es obesa, lo que puede incrementar la viscosidad de la sangre en hasta 15% y puede, en determinadas circunstancias, disparar un ataque cardíaco.
Pero la deshidratación también podría tener un impacto directo en la consistencia de la sangre.
Un estudio reciente descubrió que con sólo permanecer sentado en una habitación a altas temperaturas por un lapso de cuatro horas y sin beber líquido se incrementaba la viscosidad sanguínea en un 10%.
¿Todas las plantas son igual de efectivas para absorber el CO2?
Las plantas consumen dióxido de carbono (CO2) durante la fotosíntesis para crear glucosa.Se necesitan seis moléculas de CO2 por cada molécula de glucosa generada, que luego se usará como energía y para la estructura de la planta misma.
Bajo este principio, el bambú podría ser el mejor en "comerse" el CO2 atmosférico.
Sin embargo, las plantas que crecen rápido no viven por mucho tiempo y, cuando mueren, los insectos, hongos y microbios rompen todo el carbono que éstas han acumulado, que se libera como CO2 nuevamente.
Entonces, las plantas que se consideran más aptas para "bloquear" el dióxido de carbono fuera de la atmósfera son las más longevas y de mayor masa: árboles de madera dura.
Todo es temporal, sin embargo: finalmente cada ser verde devolverá a la atmósfera todo el dióxido de carbono que ha consumido durante su vida.
¿Por qué no se puede rastrear al remitente de un e-mail?
Pero no contiene datos personales como el nombre de la calle donde vive el remitente o su número de teléfono.
Sí incluye, en tanto, la dirección IP (Internet Protocol, en inglés: así se conoce a las direcciones de internet) desde la que se ha enviado el e-mail.
La IP es una etiqueta numérica que identifica a una computadora u otro dispositivo que es parte de una red, pero puede cambiar cada vez que el equipo en cuestión se conecta.
Esto puede limitar el origen del mensaje a una ciudad o un distrito, pero raramente sirve para localizar algo más específico, como una casa, y ciertamente no permite identificar a un individuo.
Los servicios de correo sobre la web son incluso más anónimos: un mensaje de Gmail, por ejemplo, sólo puede ser rastreado hasta una dirección IP de la empresa Google, que es la dueña del servicio, pero no más allá.