Casillas-Diego López, imbatidos e imbatibles
Madrid, Agencias
Nunca pudo pensar Mourinho que su decisión de no contar con Casillas en abril de 2013, cuando se recuperó de su lesión, suscitaría otro salto adelante del guardameta madrileño. El portugués eligió como titular definitivo a Diego López, que se crecía partido a partido con exhibiciones soberbias de rapidez en un portero que se acerca a los dos metros de altura. Llegó Ancelotti al mando del Real Madrid y el italiano demostró su arte de la diplomacia. Hace jugar a los dos. Recuperó a Íker para el fútbol competitivo, concediéndole su primacía en la Champions y en la Copa, mientras mantenía el liderazgo de Diego López en la Liga.
Es cierto lo que dijo un diplomático inglés: “La diplomacia es el arte de saber continuar en tu puesto”. Ancelotti, que no ha sido puesto en duda (ya le llegará, como a todos, es ley del fútbol), ha sembrado para el futuro. Se gana a todos los futbolistas de su plantel. No descarta a nadie. Conceder la Liga de Campeones a Casillas significa que el gran capitán será quien levante la Décima si el sueño se hace realidad. No es baladí la concesión, pues Diego López se ha encaramado a la titularidad por méritos propios y en esa hipotética final sería suplente, no protagonista. A cambio, el cancerbero gallego disputa más encuentros que Íker y puede levantar el trofeo liguero, que es otro hito importante en un club que ha conseguido 32 y busca el trigésimo tercero. Para ello, mantener la portería a cero es clave. Y el récord de los dos arqueros es que están batiendo sus plusmarcas de imbatibilidad jugando un día uno y otro día otro. Diego López compite el sábado o el domingo en cada jornada de Liga. Casillas lo hace el martes o el miércoles en cada encuentro de Copa del Rey.
La imbatibilidad de ambos se tiene que romper por ley de la física, será hoy o fue ayer, pero lo importante es que los dos están en plena forma para acudir al Mundial. Irá Íker, porque es el titular de España desde antes de la era prodigiosa de los títulos de Eurocopa 2008, Mundial 2010 y Eurocopa 2012. Y Diego López se merecería también estar en Brasil. Pero Del Bosque también utiliza el arte de la diplomacia, como Ancelotti. El seleccionador no tiene previsto llevar a Diego López. Primero, porque confía en Reina (Vícto Valdés es indiscutible). Y segundo, porque la Copa del Mundo de Brasil se convertiría entonces en un combate mediático en los entrenamientos, con prensa nacional e internacional que juzgaría periódicamente a uno y otro portero para votar quien es mejor. Sería meter otro gallo, el informativo, en el trabajo tranquilo de la campeona del mundo. Todo ello, con Valdés, que se merece ser titular tanto como Íker, como espectador.
Lo crucial para el Real Madrid, ahora mismo, es que la titularidad compartida de sus dos cancerberos, un arma sabia de Carlo, ha significado que los dos vivan su mejor momento de forma superados los treinta y ún años. Vecchi es un artista trabajando con los cancerberos.
Nunca pudo pensar Mourinho que su decisión de no contar con Casillas en abril de 2013, cuando se recuperó de su lesión, suscitaría otro salto adelante del guardameta madrileño. El portugués eligió como titular definitivo a Diego López, que se crecía partido a partido con exhibiciones soberbias de rapidez en un portero que se acerca a los dos metros de altura. Llegó Ancelotti al mando del Real Madrid y el italiano demostró su arte de la diplomacia. Hace jugar a los dos. Recuperó a Íker para el fútbol competitivo, concediéndole su primacía en la Champions y en la Copa, mientras mantenía el liderazgo de Diego López en la Liga.
Es cierto lo que dijo un diplomático inglés: “La diplomacia es el arte de saber continuar en tu puesto”. Ancelotti, que no ha sido puesto en duda (ya le llegará, como a todos, es ley del fútbol), ha sembrado para el futuro. Se gana a todos los futbolistas de su plantel. No descarta a nadie. Conceder la Liga de Campeones a Casillas significa que el gran capitán será quien levante la Décima si el sueño se hace realidad. No es baladí la concesión, pues Diego López se ha encaramado a la titularidad por méritos propios y en esa hipotética final sería suplente, no protagonista. A cambio, el cancerbero gallego disputa más encuentros que Íker y puede levantar el trofeo liguero, que es otro hito importante en un club que ha conseguido 32 y busca el trigésimo tercero. Para ello, mantener la portería a cero es clave. Y el récord de los dos arqueros es que están batiendo sus plusmarcas de imbatibilidad jugando un día uno y otro día otro. Diego López compite el sábado o el domingo en cada jornada de Liga. Casillas lo hace el martes o el miércoles en cada encuentro de Copa del Rey.
La imbatibilidad de ambos se tiene que romper por ley de la física, será hoy o fue ayer, pero lo importante es que los dos están en plena forma para acudir al Mundial. Irá Íker, porque es el titular de España desde antes de la era prodigiosa de los títulos de Eurocopa 2008, Mundial 2010 y Eurocopa 2012. Y Diego López se merecería también estar en Brasil. Pero Del Bosque también utiliza el arte de la diplomacia, como Ancelotti. El seleccionador no tiene previsto llevar a Diego López. Primero, porque confía en Reina (Vícto Valdés es indiscutible). Y segundo, porque la Copa del Mundo de Brasil se convertiría entonces en un combate mediático en los entrenamientos, con prensa nacional e internacional que juzgaría periódicamente a uno y otro portero para votar quien es mejor. Sería meter otro gallo, el informativo, en el trabajo tranquilo de la campeona del mundo. Todo ello, con Valdés, que se merece ser titular tanto como Íker, como espectador.
Lo crucial para el Real Madrid, ahora mismo, es que la titularidad compartida de sus dos cancerberos, un arma sabia de Carlo, ha significado que los dos vivan su mejor momento de forma superados los treinta y ún años. Vecchi es un artista trabajando con los cancerberos.