Bieber, el último niño bueno caído en desgracia
El arresto este jueves de Justin Bieber abre un nuevo capítulo en el historial de problemas legales del artista canadiense, aunque sigue la estela hollywoodiense de niños buenos convertidos en chicos malos.
Bieber fue arrestado el jueves en Miami cuando conducía al doble de la velocidad permitida, supuestamente en una carrera de coches a bordo de un Lamborghini amarillo y bajo la influencia de sustancias. Tan sólo unos días antes se habría gastado 75.000 dólares en un club de striptease de la ciudad de Florida, según la prensa.
Por si fuera poco, la semana pasada la policía de Los Angeles registró la casa del cantante, que está acusado de vandalismo por un vecino, y uno de sus amigos fue detenido por posesión de drogas.
Bieber, de 19 años, se convirtió en una estrella hace cuatro años, cuando saltó al estrellato gracias a YouTube y se ganó el corazón de miles de fans preadolescentes de todo el mundo con su cara de niño y su conducta angelical.
Pero el ídolo musical no ha sido el primero en sucumbir a la fama y la fortuna llegadas antes incluso de cumplir la mayoría de edad. El éxito en la juventud ha resultado ser tóxico para generaciones de jóvenes, ricos y famosos, desde estrellas de los 70, como Leif Garrett o Danny Bonaduce, a íconos más actuales, como Britney Spears, Lindsey Lohan o Amanda Bynes.
El ex presidente de la Asociación Americana de Psicología Frank Farley asegura que lo mismo que lleva a las estrellas infantiles a lo más alto puede llevarles a infringir la ley.
“Es lo que les lleva a donde están. Asumen riesgos”, explicó en declaraciones a Discovery News.
Lindsey Lohan debutó en el remake de Disney “The Parent Trap” a los 11 años y se convirtió en una diva adolescente gracias a varias películas de éxito. Su caída comenzó cuando fue arrestada por posesión de cocaína en 2007, con 20 años. Desde entonces compareció en los tribunales más de 20 veces, acusada de conducir embriagada, de robo y agresión. Aun así, sólo tuvo que cumplir dos semanas en prisión y un mes de arresto domiciliario.
Otra de las estrellas infantiles, Amanda Bynes, comenzó su carrera en el canal de televisión para niños Nickelodeon, y después pasó a la gran pantalla. A comienzos de 2013 fue arrestada por posesión de drogas y después tuvo que ser internada en una institución mental. A sus 27 años, logró alcanzar un acuerdo en dos casos de conducción temeraria pero tiene otro pendiente en California.
Pero los “juguetes rotos” no son un fenómeno de las últimas décadas.
Leif Garrett saltó a la gran pantalla en 1969, cuando tenía ocho años. A los 16 estaba en lo más alto de las listas de éxitos musicales. Tres días antes de cumplir los 18 se estrelló cuando conducía bajo la influencia de las drogas y su mejor amigo quedó parapléjico como consecuencia del accidente. Desde entonces tuvo numerosos encontronazos con la Justicia y libró varias batallas contra la adicción.
Ahora, sobrio y a sus 51 años, Garrett recordaba recientemente sus salidas de tono en una entrevista con Fox, en la que también habló de Justin Bieber.
“De media, la vida útil de un ídolo adolescente es de cinco años”, afirmó. “Cuanto tienes tal poder siendo tan joven, y todo a tus pies, sacas esa imagen de chico malo. A esa edad, con la testosterona, las hormonas, quieres ver en que más puedes salirte con la tuya”, explicó.
Pero Garrett tenía también una advertencia para Bieber: “No se crea su propia publicidad”.
