Aumentan a siete los muertos por la violencia sectaria en Trípoli
Trípoli, EP
Al menos siete personas, entre ellas un niño de tres años, han muerto desde el sábado en la ciudad de Trípoli, en el norte del país, por disparos de francotiradores, según han informado fuentes médicas y de la seguridad.
Las fuentes han señalado que tres de los muertos eran del barrio suní de Bab al Tabané, cuyos habitantes respaldan mayoritariamente a los rebeldes, principalmente suníes, que luchan para derrocar al presidente sirio, Bashar al Assad.
Otras tres personas han muerto en el barrio alauí de Jabal Mohsen, que apoya al presidente sirio, precisamente alauí. Dos de ellos han muerto como resultado del tiroteo de francotiradores, mientras que el otro ha fallecido durante un tiroteo en un enfrentamiento callejero.
Por otro lado, un niño de tres años ha muerto durante un enfrentamiento que ha tenido lugar en el cercano barrio de Qoubbe. Además, al menos 53 personas han resultado heridas durante los dos últimos días por los enfrentamientos, entre ellos cuatro soldados.
Estas víctimas son las últimas de una nueva ola de violencia provocada por las tensiones sectarias a raíz de la guerra civil en Siria. Trípoli, a unos 30 kilómetros de la frontera siria, ha estado profundamente dividida durante décadas por los enfrentamientos ente la mayoría suní y la comunidad alauí.
El Ejército libanés ha empleado "cohetes" por primera vez para aplastar los enfrentamientos entre los barrios rivales, según ha informado una fuente de seguridad, sin especificar qué tipo de arma se estaba empleando. Normalmente, los soldados emplean fusiles de asalto para combatir a los francotiradores.
El Ejército lleva meses desplegado en Trípoli con el objetivo de reducir la violencia en la ciudad. En la calle Siria, que separa los barrios rivales, y las calles adyacentes son frecuentes los ataques de francotiradores.
Al menos un centenar de personas murieron el año pasado solo en Trípoli por los enfrentamientos religiosos. Decenas de ellos murieron en tiroteos, además de en atentados con coches bomba en mezquitas suníes que provocaron la muerte de 42 personas el pasado mes de agosto.
Al menos siete personas, entre ellas un niño de tres años, han muerto desde el sábado en la ciudad de Trípoli, en el norte del país, por disparos de francotiradores, según han informado fuentes médicas y de la seguridad.
Las fuentes han señalado que tres de los muertos eran del barrio suní de Bab al Tabané, cuyos habitantes respaldan mayoritariamente a los rebeldes, principalmente suníes, que luchan para derrocar al presidente sirio, Bashar al Assad.
Otras tres personas han muerto en el barrio alauí de Jabal Mohsen, que apoya al presidente sirio, precisamente alauí. Dos de ellos han muerto como resultado del tiroteo de francotiradores, mientras que el otro ha fallecido durante un tiroteo en un enfrentamiento callejero.
Por otro lado, un niño de tres años ha muerto durante un enfrentamiento que ha tenido lugar en el cercano barrio de Qoubbe. Además, al menos 53 personas han resultado heridas durante los dos últimos días por los enfrentamientos, entre ellos cuatro soldados.
Estas víctimas son las últimas de una nueva ola de violencia provocada por las tensiones sectarias a raíz de la guerra civil en Siria. Trípoli, a unos 30 kilómetros de la frontera siria, ha estado profundamente dividida durante décadas por los enfrentamientos ente la mayoría suní y la comunidad alauí.
El Ejército libanés ha empleado "cohetes" por primera vez para aplastar los enfrentamientos entre los barrios rivales, según ha informado una fuente de seguridad, sin especificar qué tipo de arma se estaba empleando. Normalmente, los soldados emplean fusiles de asalto para combatir a los francotiradores.
El Ejército lleva meses desplegado en Trípoli con el objetivo de reducir la violencia en la ciudad. En la calle Siria, que separa los barrios rivales, y las calles adyacentes son frecuentes los ataques de francotiradores.
Al menos un centenar de personas murieron el año pasado solo en Trípoli por los enfrentamientos religiosos. Decenas de ellos murieron en tiroteos, además de en atentados con coches bomba en mezquitas suníes que provocaron la muerte de 42 personas el pasado mes de agosto.