Ancelotti, el éxito de los duelos por ser titular
Madrid, ABC
Íker Casillas versus Diego López. Arbeloa versus Carvajal. Bale versus Jesé. Benzema versus Jesé. Alonso versus Illarra. Bale versus Di María. Y ahora, Benzema versus Isco. El entrenador del Real Madrid aplica en el Real Madrid la competencia de duetos que ya utilizó en el Milán. Carlo la vivió como jugador en el club rojinegro de Arrigo Sacchi y la impuso como norma cuando colgó las botas y se vistió de largo para ser técnico. En el Real Madrid ha sido listo. Ha mantenido la competitividad que ya existía, entre Diego López y Casillas, con el acierto de ordenarla y generar un buen argumento.
Íker no podía quedarse sin jugar, como le sucedía con Mourinho. Su sucesor en el banquillo concedió la Liga a López y las otras competiciones a Casillas. El éxito es patente. Los dos rinden de forma magnífica. Lo que ha hecho el italiano es extender su filosofía al resto del equipo.
Le falta recuperar a Varane para meter de nuevo presión a Pepe y Ramos. Y eso que no le ha hecho falta incitarles con el francés, pues los dos centrales están jugando al más alto nivel de sus carreras, por razones diferentes. El sevillano, porque ha olvidado sus protestas económicas y se ha centrado en volver a ser el número uno en su puesto. El portugués, porque Ancelotti le convenció que que en el Madrid sería también un líder con él. Y así ha sido. Pepe ha mantenido el pulso de la defensa en los peores momentos. Se ha echado el Madrid a su espalda. Ahora, cuando Sergio ha “regresado”, el luso ya se había convertido igualmente en uno de los mejores “stopper” del planeta. Su antigua fama de duro le impide aspirar a los galardones de la FIFA y la UEFA, pero es uno de los grandes centrales del universo. Ancelotti ha aplicado su competencia máxima en cada posición y el rédito es un funcionamiento óptimo en la mayoría de los futbolistas.
La llegada de Carvajal ha supuesto el máximo nivel de Arbeloa. Los dos viven los mejores momentos de forma. Destacable decirlo por Álvaro, que ha ganado un Mundial y dos Eurocopas. La explosión de Jesé ha significado que Bale tiene un rival siempre en la sombra y que Benzema también viera peligrar su primacía. El canterano provoca que el galés y el francés vean un adversario interno. Las lesiones de Gareth dejan sitio a Jesé en el once. Y Karim observa que el canario puede jugar igualmente de nueve. El compendio de esta situación es que todos trabajan al máximo y el nivel se eleva.
A Bale también le presionaba Di María, hasta que la colocación del argentino como medio izquierda, en el sistema 4-3-3, ha dejado la banda derecha en cosa de dos, Bale y Jesé. La continuidad del sistema de tres centrocampistas, olvidando el 4-2-3-1, ha perjudicado a Isco, que no es titular porque no sabe realizar la función defensiva necesaria para cubrir esa misión destructiva por la banda izquierda que exige Carletto, con el fin de taponar por detrás las subidas constantes de Marcelo. Isco no sabe hacer eso. No es lo suyo. No baja. Y por eso no suele ser titular. El Madrid se puede permitir el lujo de la liberación defensiva de Bale, Cristiano y Benzema, pero no admite un cuarto hombre sin labor de siega.
Por eso, Ancelotti presiona ahora a Benzema con Isco como posible nueve falso, al estilo Cesc. En los pivotes, es Illarra el que presiona a los dos consagrados, Xabi y Modric. Alonso observa que el chaval crece cada día. Y Luka vio las orejas al lobo y desde principios de temporada, conocido el fichaje del joven guipuzcoano, ofrece el mejor fútbol de su vida. El resultado de todas estas dobles parejas es tener a todo el mundo en danza, motivado, sin poderse dormir. Y el Madrid funciona. Es una pena que Coentrao no sirva para azuzar a Marcelo. No todo es posible en esta vida.
Íker Casillas versus Diego López. Arbeloa versus Carvajal. Bale versus Jesé. Benzema versus Jesé. Alonso versus Illarra. Bale versus Di María. Y ahora, Benzema versus Isco. El entrenador del Real Madrid aplica en el Real Madrid la competencia de duetos que ya utilizó en el Milán. Carlo la vivió como jugador en el club rojinegro de Arrigo Sacchi y la impuso como norma cuando colgó las botas y se vistió de largo para ser técnico. En el Real Madrid ha sido listo. Ha mantenido la competitividad que ya existía, entre Diego López y Casillas, con el acierto de ordenarla y generar un buen argumento.
Íker no podía quedarse sin jugar, como le sucedía con Mourinho. Su sucesor en el banquillo concedió la Liga a López y las otras competiciones a Casillas. El éxito es patente. Los dos rinden de forma magnífica. Lo que ha hecho el italiano es extender su filosofía al resto del equipo.
Le falta recuperar a Varane para meter de nuevo presión a Pepe y Ramos. Y eso que no le ha hecho falta incitarles con el francés, pues los dos centrales están jugando al más alto nivel de sus carreras, por razones diferentes. El sevillano, porque ha olvidado sus protestas económicas y se ha centrado en volver a ser el número uno en su puesto. El portugués, porque Ancelotti le convenció que que en el Madrid sería también un líder con él. Y así ha sido. Pepe ha mantenido el pulso de la defensa en los peores momentos. Se ha echado el Madrid a su espalda. Ahora, cuando Sergio ha “regresado”, el luso ya se había convertido igualmente en uno de los mejores “stopper” del planeta. Su antigua fama de duro le impide aspirar a los galardones de la FIFA y la UEFA, pero es uno de los grandes centrales del universo. Ancelotti ha aplicado su competencia máxima en cada posición y el rédito es un funcionamiento óptimo en la mayoría de los futbolistas.
La llegada de Carvajal ha supuesto el máximo nivel de Arbeloa. Los dos viven los mejores momentos de forma. Destacable decirlo por Álvaro, que ha ganado un Mundial y dos Eurocopas. La explosión de Jesé ha significado que Bale tiene un rival siempre en la sombra y que Benzema también viera peligrar su primacía. El canterano provoca que el galés y el francés vean un adversario interno. Las lesiones de Gareth dejan sitio a Jesé en el once. Y Karim observa que el canario puede jugar igualmente de nueve. El compendio de esta situación es que todos trabajan al máximo y el nivel se eleva.
A Bale también le presionaba Di María, hasta que la colocación del argentino como medio izquierda, en el sistema 4-3-3, ha dejado la banda derecha en cosa de dos, Bale y Jesé. La continuidad del sistema de tres centrocampistas, olvidando el 4-2-3-1, ha perjudicado a Isco, que no es titular porque no sabe realizar la función defensiva necesaria para cubrir esa misión destructiva por la banda izquierda que exige Carletto, con el fin de taponar por detrás las subidas constantes de Marcelo. Isco no sabe hacer eso. No es lo suyo. No baja. Y por eso no suele ser titular. El Madrid se puede permitir el lujo de la liberación defensiva de Bale, Cristiano y Benzema, pero no admite un cuarto hombre sin labor de siega.
Por eso, Ancelotti presiona ahora a Benzema con Isco como posible nueve falso, al estilo Cesc. En los pivotes, es Illarra el que presiona a los dos consagrados, Xabi y Modric. Alonso observa que el chaval crece cada día. Y Luka vio las orejas al lobo y desde principios de temporada, conocido el fichaje del joven guipuzcoano, ofrece el mejor fútbol de su vida. El resultado de todas estas dobles parejas es tener a todo el mundo en danza, motivado, sin poderse dormir. Y el Madrid funciona. Es una pena que Coentrao no sirva para azuzar a Marcelo. No todo es posible en esta vida.