Una comisión de la Casa Blanca pide límites al espionaje de la NSA a dirigentes extranjeros
Washington, EP
La comisión de expertos nombrada por la Casa Blanca para analizar las actividades de espionaje de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) ha propuesto limitar las interceptaciones de comunicaciones a dirigentes extranjeros y recurrir a ellas sólo en casos puntuales en los que no existan otras formas de obtener una información esencial.
El grupo de expertos, designado a raíz de la polémica desatada por las filtraciones del excontratista de la NSA Edward Snowden, ha hecho público este miércoles un informe con 46 recomendaciones en el que, si bien defiende la importancia de ciertos programas, aboga en lo general por imponer ciertos límites.
Entre las actividades de la NSA que más malestar internacional han provocado figura la interceptación de las comunicaciones de dirigentes internacionales; una práctica sobre la que las autoridades norteamericanas apenas han dado explicaciones pero que habría afectado, entre otros mandatarios, a la canciller alemana, Angela Merkel, y la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff.
La comisión sugiere que, antes de espiar a dignatarios extranjeros, los servicios de Inteligencia valoren si existen otros métodos para obtener la información y sopesen los efectos negativos --en costes económicos y diplomáticos-- que podrían tener sus operaciones en caso de hacerse públicas. La decisión final debería recaer, añaden, en el presidente y sus asesores cercanos, no en las agencias de Inteligencia.
Asimismo, los expertos piden que el espionaje a dignatarios sólo se lleve a cabo para proteger la seguridad nacional de Estados Unidos y sus aliados y en ningún caso por intereses económicos, según extractos del informe publicados por los medios estadounidenses.
La comisión plantea también mayores límites a la vigilancia de ciudadanos extranjeros --no sólo mandatarios-- y que se apliquen las protecciones de las que ya gozan los estadounidenses, gracias a las cuales el Gobierno apenas puede divulgar información de los individuos vigilados.
METADATOS
Otra de las prácticas más controvertidas de la NSA que ha salido a la luz en los documentos filtrados por Snowden es la recolección masiva de datos sobre llamadas telefónicas, algo que los cinco expertos designados por la Casa Blanca avalan, pero con matices.
Así, aunque defienden la importancia de este tipo de programas y abogan por su permanencia, piden una mayor contención y transparencia en la vigilancia tanto de llamadas telefónicas como de correos electrónicos.
En líneas generales, la comisión recomienda a los servicios de Inteligencia norteamericanos que, a la hora de poner en práctica una actividad de espionaje, no tengan en cuenta sólo los riesgos para la seguridad nacional sino también otros aspectos como el derecho a la privacidad o las relaciones con otros países.
El informe de 300 páginas difundido este miércoles por la Casa Blanca no es vinculante y, de hecho, no queda claro cuántas de las recomendaciones llegarán finalmente a ponerse en práctica, según 'The New York Times'. Algunas de ellas sólo precisan de una orden del presidente, Barack Obama, pero otras requieren de la intervención del Congreso.
La comisión de expertos nombrada por la Casa Blanca para analizar las actividades de espionaje de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) ha propuesto limitar las interceptaciones de comunicaciones a dirigentes extranjeros y recurrir a ellas sólo en casos puntuales en los que no existan otras formas de obtener una información esencial.
El grupo de expertos, designado a raíz de la polémica desatada por las filtraciones del excontratista de la NSA Edward Snowden, ha hecho público este miércoles un informe con 46 recomendaciones en el que, si bien defiende la importancia de ciertos programas, aboga en lo general por imponer ciertos límites.
Entre las actividades de la NSA que más malestar internacional han provocado figura la interceptación de las comunicaciones de dirigentes internacionales; una práctica sobre la que las autoridades norteamericanas apenas han dado explicaciones pero que habría afectado, entre otros mandatarios, a la canciller alemana, Angela Merkel, y la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff.
La comisión sugiere que, antes de espiar a dignatarios extranjeros, los servicios de Inteligencia valoren si existen otros métodos para obtener la información y sopesen los efectos negativos --en costes económicos y diplomáticos-- que podrían tener sus operaciones en caso de hacerse públicas. La decisión final debería recaer, añaden, en el presidente y sus asesores cercanos, no en las agencias de Inteligencia.
Asimismo, los expertos piden que el espionaje a dignatarios sólo se lleve a cabo para proteger la seguridad nacional de Estados Unidos y sus aliados y en ningún caso por intereses económicos, según extractos del informe publicados por los medios estadounidenses.
La comisión plantea también mayores límites a la vigilancia de ciudadanos extranjeros --no sólo mandatarios-- y que se apliquen las protecciones de las que ya gozan los estadounidenses, gracias a las cuales el Gobierno apenas puede divulgar información de los individuos vigilados.
METADATOS
Otra de las prácticas más controvertidas de la NSA que ha salido a la luz en los documentos filtrados por Snowden es la recolección masiva de datos sobre llamadas telefónicas, algo que los cinco expertos designados por la Casa Blanca avalan, pero con matices.
Así, aunque defienden la importancia de este tipo de programas y abogan por su permanencia, piden una mayor contención y transparencia en la vigilancia tanto de llamadas telefónicas como de correos electrónicos.
En líneas generales, la comisión recomienda a los servicios de Inteligencia norteamericanos que, a la hora de poner en práctica una actividad de espionaje, no tengan en cuenta sólo los riesgos para la seguridad nacional sino también otros aspectos como el derecho a la privacidad o las relaciones con otros países.
El informe de 300 páginas difundido este miércoles por la Casa Blanca no es vinculante y, de hecho, no queda claro cuántas de las recomendaciones llegarán finalmente a ponerse en práctica, según 'The New York Times'. Algunas de ellas sólo precisan de una orden del presidente, Barack Obama, pero otras requieren de la intervención del Congreso.