Un patético Boca no pudo quebrar a nueve juveniles de Lanús
Boca resignó definitivamente sus chances de ser campeón. En el Sur, caía con Lanús por un gol del juvenil Marcos Astina primero y uno de Junior Benítez después, pero llegó dos veces al empate y no le alcanzó para conseguir la victoria necesaria para llegar con chances a la última fecha del Torneo Inicial. El conjunto de Guillermo Barros Schelotto jugó con mayoría de suplentes por decisión de su entrenador, pensando en la final de la Copa Sudamericana y se lo empató 2-2. El Granate todavía sigue con chances de alcanzar el título.
El partido comenzó con un buen ritmo. Sin un dominador claro, Boca y Lanús se acercaron rápido al área rival. Emanuel Insúa para la visita, con un remate que se fue desviado y Víctor Ayala con otro que tapó Agustín Orion, para el local, fueron lo más claro de ese arranque. Pero uno de los dos equipos iba a pisar el acelerador.
Después de un cabezazo de Ribair Rodríguez que Agustín Marchesín controló abajo, Lanús reaccionó y fue con todo por el primer gol del partido. En el área contraria, Facundo Monteseirín cabeceó en el punto del penal y la pelota dio en el palo derecho, cruzó la línea y salió, tras chocar en el izquierdo. Milagro, le dicen, en el arco de Boca.
Pero ese iba a ser un aviso de lo que vendría inmediatamente. A los 22, el juvenil Marcos Astina, de 17 años, quedó mano a mano con Orion y definió como un experimentado goleador. Toque de derecha cruzado y alegría de Lanús, que impensadamente se subía a la punta porque en el Nuevo Gasómetro, San Lorenzo empataba con Estudiantes.
Boca iba a tener una muy clara sobre el final de la etapa. Emmanuel Gigliotti se las ingenió para sacar un remate peligroso y Marchesín se disfrazó de héroe para meter la mano y mantener el cero. Pero el goleador del equipo de Bianchi iba a tener revancha.
A los 6 minutos del segundo tiempo, Gigliotti metió la cabeza a un centro de Sánchez Miño, quien recién había ingresado, y puso el 1-1, resultado que todavía no le alcanzaba a Boca para llegar con chances a la última fecha, pese a que San Lorenzo ya había terminado 0-0. Y la visita iba a tratar de aprovechar ese envión para pasar al frente, empujado por la expulsión de Jorge Ortiz por doble amonestación.
Pero a Boca, como en gran parte del campeonato, le iba a fallar una de sus piezas, llamativamente, la que mejor rindió en el torneo. Orion quiso salir del fondo jugando y le dio un pase servido a Jorge Pereyra Díaz. El ex Ferro no dudó, tiró un centro y Benítez se anticipó a Leandro Marín para meter el 2-1.
Ese error no iba a apagar a Boca, en su último intento por el campeonato. Sánchez Miño, vital desde su ingreso, tiró un enganche en la puerta del área, entró por la izquierda y sacó un bombazo de zurda que se metió por abajo del cuerpo de Marchesín.
Con el 2-2, el partido iba a quedar más que abierto para la chance de los dos. Pero Víctor Ayala iba a facilitarle las cosas a Boca, porque a poco del final se iba a ser expulsar por un pisotón sobre Martínez que el árbitro Fernando Rapallini no dejaría pasar.
Pese a los dos hombres de más, a Boca no le iba a alcanzar. Nicolás Blandi se perdió un mano a mano increíble y así se le iba a ir la última chance de pelear por el título. Lo de Lanús, con suplentes y varios juveniles, sería casi heróico, pero también fulminante, porque si ganaba se subiría a la punta. Pero no lo hizo y quedó a dos unidades con un partido por jugarse.