Schumacher continúa “luchando por su vida” en el hospital

Madrid, As
A orillas del río Isere, en el Boulevard de la Chantourne, se ha construido un altar improvisado. Los aficionados llegan hasta ese lugar donde se encuentra el Hospital Universitario de Grenoble y dejan gorras firmadas por Michael Schumacher, banderas de Ferrari, notas escritas a mano... Los hermanos Karim y Wael Kourani, del Líbano, rezan por su campeón, como Tel Yanis, francés, que nació en 1991 cuando el Kaiser debutó en F-1.


Mientras los aficionados velan por su héroe, los médicos tratan de salvar su vida y el siete veces campeón del mundo resiste con lesiones graves. Y es que la situación sigue siendo muy complicada para este mito del deporte mundial. El último parte médico es de ayer por la mañana, cuando cuatro doctores exhaustos, Marc Penaud, subdirector del hospital, Jean-François Payen, jefe de anestesia y reanimación, Emmanuel Gay, responsable de neurocirugía, y el profesor Chabardes, neurocirujano, hablaban de un paciente aún más especial.

Las noticias no fueron buenas. “Se encuentra en estado critico, una condición vital muy comprometida, sigue en un estado muy serio de riesgo vital. Por el momento no podemos decir nada sobre el destino de Schumacher”, explicó Penaud.

También dejaban claro que, hasta el momento, sólo ha sido necesaria una operación, la que le practicaron nada más llegar al hospital. “El control de la operación con un escaner mostró la aparición de lesiones hemorrágicas bilaterales difusas. Es demasiado pronto para comentar sobre los posibles efectos en el paciente”, respondió Chabardes. “Trabajamos al minuto, a la hora, de día y de noche para tratar de mejorar su situación, pero de momento no podemos saber mucho más. Nuestro objetivo es intentar limitar el efecto de la presión intracraneal”, sostiene Gay. Que también explicaba que “el paciente está en un estado de hipotermia terapéutica para asegurar la correcta oxigenación del cerebro”.

Y es que Schumacher sufre un edema cerebral grave y están intentando que su efecto sea lo menos dañino posible. Lo cierto es que las posibilidades estadísticas de una muerte precoz tras sufrir un traumatismo craneal severo como el del alemán son medias, según el jefe del servicio de anestesia y reanimación del hospital: “En los decesos precoces en traumatismos craneales graves, si se mira la literatura médica, se habla del 40 al 45 por ciento de pacientes, pero hay otros que salen adelante. Y trabajamos sobre pacientes, no sobre estadísticas. Así que vamos a trabajar”.

En el lugar donde habita la esperanza dos datos importantes. El primero, llevaba casco. “Cualquier persona que se somete a un accidente como éste sin casco no hubiera salvado la vida”, decía Payen.


Y el segundo, su estado físico: “No es lo mismo que pase esto con 25 que con 45 años, pero Michael está fuerte, se mantenía en forma”. Strongman, como dice un antiguo rival Fernando Alonso que enviaba sus mejores deseos para el piloto que más ha ganado en la historia de la F-1. Este último día del año más noticias, esperemos que mejores.


¿Qué es un traumatismo craneoencefálico severo?

El traumatismo craneoencefálico (TCE) se define como “una afectación del cerebro causada por una fuerza externa que puede producir una disminución o disfunción del nivel de conciencia y que conlleva una alteración de las habilidades cognitivas, físicas y/o emocionales del individuo”. En el TCE severo el paciente tiene un estado comatoso, no puede abrir sus ojos, seguir órdenes y sufre lesiones neurológicas significativas. Por lo general tiene una neuroimagen anormal, es decir, a la tomografía computerizada (TAC) se observa fractura del cráneo o hemorragia intracraneal. Estos pacientes requieren ingreso a la unidad de cuidados intensivos (UCI) y la toma de medidas urgentes para el control de la vía aérea, ventilación mecánica, evaluación o intervención neuroquirúrgica y monitorización de la presión intracraneal (PIC). La recuperación es prolongada y quizá incompleta.

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