República Centroafricana abre una ronda de diálogo con los grupos armados
Bangui, EP
El presidente interino de República Centroafricana, Michel Djotodia, ha abierto una ronda de diálogo con los distintos grupos armados activos en el país y podría estar estudiando una amnistía para los implicados en el brote de violencia religiosa que ha causado más de 500 muertes y unos 680.000 desplazados en las últimas semanas.
El país ha quedado sumido en una crisis política con brotes de violencia desde que las milicias de Djotodia, Séléka, de mayoría musulmana en un país mayoritariamente cristiano, tomaron el poder el pasado mes de marzo. Desde entonces, Djotodia ha perdido el control sobre estos grupos y en respuesta han surgido organizaciones armadas cristianas y animistas conocidas como antibalaka (antimachete en idioma sango).
Los antibalaka y grupos afines al derrocado presidente François Bozizé atacaron la semana pasada Bangui y provocaron una espiral de represalias sufrida principalmente por la población civil que forzó el despliegue de un millar de militares franceses para frenar la violencia.
En un discurso emitido por la radio en la noche del sábado, Djotodia ha anunciado contactos con representantes de la milicia antibalaka, que piden su inclusión en un futuro gobierno de transición.
"Los antibalaka nos han mandado a un emisario y dicen que quieren entregar las armas y dejar los bosques, pero temen por su seguridad. Tienen condiciones (...). Han pedido una amnistía y la entrada en el Gobierno", ha señalado Djotodia. "Ya se han establecido contactos y seguiremos con ellos en beneficio de la paz de todos los centroafricanos. No lo vemos como algo negativo porque este es el precio de la paz", ha añadido.
Un portavoz del Gobierno ha explicado que Djotodia no descarta ninguna de las demandas de los antibalaka y espera poder contactar con otros grupos, posiblemente las milicias Séléka. "El presidente tendrá en cuenta cualquier cosa que lleve a la paz en República Centroafricana", ha señalado el portavoz, Guy-Simplice Kodegue.
Uno de los grupos antibalaka, Juventudes de la Revolución Antibalaka, ha difundido un texto al que ha tenido acceso Reuters en el que pide un alto el fuego inmediato para facilitar las negociaciones de paz. Sin embargo se desconoce con qué influencia cuenta exactamente esta organización.
De hecho, distintas ONG han expresado su escepticismo ante la escasa interrelación de los grupos antibalaka. "Creo que la cuestión es si hay una estructura antibalaka para que se cumplan los compromisos de entrega de las armas", ha señalado el director de emergencias de Human Rights Watch, Peter Bouckaert.
Mientras, continúan los brotes esporádicos de violencia con protagonistas de ambos bandos. Una vecina de Bangui ha podido ver este mismo domingo un cadáver semidesnudo cerca del Estadio Municipal de Bangui. "Recibió dos disparos de combatientes de Séléka", ha relatado VAnessa Amina en declaraciones a Reuters.
Bouckaert, de HRW, ha señalado que también sigue habiendo violencia fuera de la capital, especialmente en la localidad de Bouca, al norte de Bangui, y en Bohong, cerca de la frontera de Camerún, donde los antibalaka mataron a 27 musulmanes la semana pasada.
El presidente interino de República Centroafricana, Michel Djotodia, ha abierto una ronda de diálogo con los distintos grupos armados activos en el país y podría estar estudiando una amnistía para los implicados en el brote de violencia religiosa que ha causado más de 500 muertes y unos 680.000 desplazados en las últimas semanas.
El país ha quedado sumido en una crisis política con brotes de violencia desde que las milicias de Djotodia, Séléka, de mayoría musulmana en un país mayoritariamente cristiano, tomaron el poder el pasado mes de marzo. Desde entonces, Djotodia ha perdido el control sobre estos grupos y en respuesta han surgido organizaciones armadas cristianas y animistas conocidas como antibalaka (antimachete en idioma sango).
Los antibalaka y grupos afines al derrocado presidente François Bozizé atacaron la semana pasada Bangui y provocaron una espiral de represalias sufrida principalmente por la población civil que forzó el despliegue de un millar de militares franceses para frenar la violencia.
En un discurso emitido por la radio en la noche del sábado, Djotodia ha anunciado contactos con representantes de la milicia antibalaka, que piden su inclusión en un futuro gobierno de transición.
"Los antibalaka nos han mandado a un emisario y dicen que quieren entregar las armas y dejar los bosques, pero temen por su seguridad. Tienen condiciones (...). Han pedido una amnistía y la entrada en el Gobierno", ha señalado Djotodia. "Ya se han establecido contactos y seguiremos con ellos en beneficio de la paz de todos los centroafricanos. No lo vemos como algo negativo porque este es el precio de la paz", ha añadido.
Un portavoz del Gobierno ha explicado que Djotodia no descarta ninguna de las demandas de los antibalaka y espera poder contactar con otros grupos, posiblemente las milicias Séléka. "El presidente tendrá en cuenta cualquier cosa que lleve a la paz en República Centroafricana", ha señalado el portavoz, Guy-Simplice Kodegue.
Uno de los grupos antibalaka, Juventudes de la Revolución Antibalaka, ha difundido un texto al que ha tenido acceso Reuters en el que pide un alto el fuego inmediato para facilitar las negociaciones de paz. Sin embargo se desconoce con qué influencia cuenta exactamente esta organización.
De hecho, distintas ONG han expresado su escepticismo ante la escasa interrelación de los grupos antibalaka. "Creo que la cuestión es si hay una estructura antibalaka para que se cumplan los compromisos de entrega de las armas", ha señalado el director de emergencias de Human Rights Watch, Peter Bouckaert.
Mientras, continúan los brotes esporádicos de violencia con protagonistas de ambos bandos. Una vecina de Bangui ha podido ver este mismo domingo un cadáver semidesnudo cerca del Estadio Municipal de Bangui. "Recibió dos disparos de combatientes de Séléka", ha relatado VAnessa Amina en declaraciones a Reuters.
Bouckaert, de HRW, ha señalado que también sigue habiendo violencia fuera de la capital, especialmente en la localidad de Bouca, al norte de Bangui, y en Bohong, cerca de la frontera de Camerún, donde los antibalaka mataron a 27 musulmanes la semana pasada.